Apenas la mitad de los niños estadounidenses hacen la cantidad recomendada de ejercicio, y menos de una tercera parte comen la cantidad sugerida de frutas y verduras cada día, según un estudio del gobierno federal.
Los investigadores encuestaron a casi 10,000 estudiantes entre los 11 y los 16 años de edad en 39 estados, y hallaron que apenas la mitad eran físicamente activos cinco o más días por semana y menos de uno de cada tres comía frutas y verduras a diario. «Los estudiantes mostraron una variabilidad sorprendente en los patrones alimentarios», señaló en un comunicado de prensa del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano de EE. UU. el autor del estudio, Ronald Iannotti, de la rama de investigación en prevención del instituto. «Pero la mayoría, alrededor del 74 por ciento, no tenían un patrón saludable».
También se pidió a los estudiantes que participaron en la investigación que describieran su imagen corporal, salud emocional y satisfacción vital general. Los investigadores clasificaron los hábitos de dieta y ejercicio de los participantes en tres categorías generales: malsanos (el 26 por ciento), saludables (el 27 por ciento) y típico (el 47 por ciento).
Los niños del grupo típico eran los menos propensos a hacer ejercicio cinco o más días por semana o a comer frutas y verduras al menos una vez al día. Eran más propensos a pasar tiempo viendo televisión, jugando videojuegos o en la computadora que los que estaban en el grupo saludable, pero también menos propensos a hacerlo que los que estaban en el grupo malsano.
Los participantes del grupo típico comían frutas y verduras con poca frecuencia, pero también consumían dulces, papitas, papas fritas o refrescos con poca frecuencia. Eran más propensos que los de los otros dos grupos a tener sobrepeso o ser obesos, y a no estar contentos con la apariencia de sus cuerpos.
Los jóvenes del grupo malsano eran los que consumían más dulces, papitas, papas fritas y refrescos, y también eran más propensos que los otros grupos a ver televisión, jugar videojuegos y usar una computadora durante más de dos horas al día, según el estudio, que aparece en la revista Journal of Adolescent Health.
A pesar de las comidas malsanas que consumían, los jóvenes del grupo malsano eran más propensos a que les faltara peso y a reportar tener que aumentar de peso. Los niños de ese grupo también eran más propensos a reportar síntomas de depresión y mala salud física, como dolores de espalda, de estómago y de cabeza, o a sentirse mareados.
Casi el 65 por ciento de los estudiantes del grupo saludable hacían ejercicio cinco o más días por semana, la tasa más alta de los tres grupos. Eran los menos propensos a pasar tiempo frente a una pantalla, los más propensos a reportar el consumo de frutas y verduras al menos una vez al día, y los menos propensos a consumir dulces, refrescos, papitas y papas fritas. Tenían las tasas más bajas de síntomas de depresión y las calificaciones más altas de satisfacción.
Los tres grupos podrían mejorar sus hábitos de salud, apuntó Iannotti, ya sea al caminar o montar bicicleta para ir y volver de la escuela, o comiendo más productos frescos cada día.
Los niños y adolescentes deben hacer una hora o más de actividad física aeróbica moderada o vigorosa cada día, lo que incluye una actividad física de intensidad vigorosa al menos tres días por semana, según las Directrices de actividad física para los estadounidenses del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU.
Tomado de HealthDay
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