Todos sabemos que consumir fibra regulariza la función intestinal, pero un nuevo estudio revela que quienes consumen mucho líquido son los menos propensos a tener constipación. Esto muestra la importancia de la hidratación, pero no debería hacer que se descarte el consumo de fibra ni otros hábitos de vida saludables, según opinó la autora principal, Alayne Markland, del Centro Médico del Departamento de Asuntos del Veterano en Birmingham, Alabama.
El 14 por ciento de la población padece constipación habitualmente, pero esa estimación varía según cómo los médicos definan el trastorno y les preguntan a sus pacientes, publica American Journal of Gastroenterology.
Se entiende por constipación menos de tres movimientos intestinales por semana. Pero algunos estudios habían demostrado que preguntar sobre la consistencia de la materia fecal aportaba una idea más precisa del «tránsito lento», la causa de las molestas obstrucciones intestinales.
El equipo de Markland analizó las respuestas de más de 8.000 participantes de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del 2006 y el 2008. Con las respuestas sobre la consistencia fecal, el ejercicio físico y la alimentación, los autores observaron que el 7 por ciento de los encuestados tenían constipación. El problema fue más común en las mujeres y la población con menos educación formal, pero no aumentó con la edad. Ni el ejercicio intenso ni el consumo de fibra estuvieron asociados con el riesgo de padecer constipación. Pero entre los que menos líquido (de alimentos y bebidas) diario consumían, el 8 por ciento de los hombres y el 13 por ciento de las mujeres tenían constipación versus el 3 por ciento de los hombres y el 8 por ciento de las mujeres que más líquido consumían.
«Eso es muy interesante», dijo la doctora Amy Foxx-Orenstein, del Departamento de Gastroenterología y Hepatología de la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota. A sus pacientes les recomienda que beban agua y consuman 25-30 gramos de fibra por día, de alimentos o suplementos, y desayunar con cafeína inmediatamente después de despertarse. Todo esto estimula el movimiento intestinal.
El estudio incluyó una gran cantidad de pacientes, pero no distinguió en detalle los distintos tipos de fibra, el horario de consumo o los tipos de ejercicio, según consideró Foxx-Orenstein, que coincidió en que la definición de la constipación varía enormemente.
«Usamos la consistencia de la materia fecal, por lo que aplicamos una escala validada y definimos constipación como la materia fecal más dura», explicó Markland. Dijo que eso podría haber resaltado aún más el efecto del líquido en la dieta, que influye en la consistencia fecal, pero no necesariamente en la frecuencia o la cantidad. Agregó que el ejercicio y la fibra influirían más en la frecuencia del movimiento intestinal y consideró que se necesitan más estudios para definir el umbral semanal para cada uno de esos factores.
FUENTE: Reuters Health
Alayne D Markland, Olafur Palsson, Patricia S Goode, Kathryn L Burgio, Jan Busby-Whitehead, William E Whitehead. Association of Low Dietary Intake of Fiber and Liquids With Constipation: Evidence From the National Health and Nutrition Examination Survey The American Journal of Gastroenterology 2013:108;796-803
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