Fumar cigarrillos parece aumentar el riesgo de cáncer de mama, sobre todo cuando las mujeres comienzan a fumar a una edad muy temprana, indica una investigación reciente.
Durante años, los expertos han cuestionado si fumar cigarrillos se relaciona directamente con el riesgo de cáncer de mama, o si la asociación se ve complicada por el hecho de que muchas mujeres que fuman también beben alcohol, que se ha relacionado con el riesgo de cáncer de mama.
Los estudios han producido resultados contradictorios. Cuando el Ministro de Salud de EE. UU. revisó el tema por última vez en 2004, el informe concluyó que no había una relación causal entre fumar y el riesgo de cáncer de mama. Sin embargo, unos investigadores que hicieron una nueva observación analizando datos de más de 73,000 mujeres hallaron evidencia firme de una relación entre fumar cigarrillos y el cáncer de mama.
«No se trata solo de una relación entre el alcohol y el cáncer de mama, sino que de hecho fumar en sí se relaciona con el cáncer de mama», aseguró Mia Gaudet, directora de epidemiología genética de la Sociedad Estadounidense del Cáncer (American Cancer Society). Gaudet dirigió el estudio, que aparece en la edición en línea del 28 de febrero de la revista Journal of the National Cancer Institute. El momento en que se fuma parece afectar el grado de riesgo, señaló. «Parece que las mujeres que comienzan a fumar antes de su primer parto están en el mayor riesgo de cáncer de mama», comentó Gaudet.
Los investigadores observaron datos de mujeres inscritas en un gran estudio a largo plazo de la sociedad del cáncer sobre los factores del estilo de vida y la prevención. Durante el seguimiento de casi 14 años, se hallaron más de 3,700 casos de cáncer de mama invasivo. Cuando las mujeres entraron en el estudio en 1992, tenían entre 50 y 74 años de edad. Proveyeron información sobre los hábitos de tabaquismo en el pasado y en la actualidad. Al inicio, alrededor del 8 por ciento fumaban, alrededor del 36 por ciento habían dejado de fumar, y más o menos el 56 por ciento nunca había fumado. La incidencia de cáncer de mama invasivo fue un 24 por ciento más elevada en las fumadoras actuales, y un 13 por ciento más elevada en las ex fumadoras, en comparación con las que nunca habían fumado, hallaron los investigadores.
Luego, los investigadores se enfocaron en el momento en que fumaban. «Las mujeres que comenzaron a fumar antes de su primer periodo menstrual eran un 61 por ciento más propensas a contraer cáncer de mama que las no fumadoras», advirtió Gaudet. Las mujeres que adoptaron el hábito después del inicio de su primer periodo pero once años o más antes de dar a luz tenían un riesgo un 45 por ciento más alto, en comparación con las no fumadoras.
Para analizar si fumar cigarrillos en sí, y no la combinación de beber y fumar, afecta el riesgo de cáncer de mama, Gaudet observó primero tanto el tabaquismo como el consumo de alcohol en el mismo modelo. «Mostró que seguía existiendo una relación entre fumar y el cáncer de mama», dijo. Luego, observó los grupos de bebedoras (las que nunca habían bebido, las que ya no bebían y las que bebían actualmente) por separado, y analizó su riesgo de cáncer de mama. Entre las que nunca habían bebido, fumar actualmente o haber fumado no se relacionó con el riesgo de cáncer de mama. Idealmente, apuntó, los tres grupos tendrían un riesgo similar para probar que fumar en sí es un factor de riesgo. Sin embargo, reconoció, «no fue lo que vimos».
Gaudet apuntó que no está segura de a qué se debió, pero quizás haya algo sobre la combinación de fumar y beber que afecta el riesgo de cáncer de mama. «O el número de mujeres quizás fue demasiado pequeño para mostrar un resultado preciso». Aún así, comentó, la nueva investigación sugiere que fumar en sí aumenta el riesgo de cáncer de mama. Los investigadores hallaron un vínculo o asociación, pero no pueden probar causalidad.
Un experto en cáncer elogió el estudio. «Este trabajo es otro paso importante hacia la conclusión de que fumar es un factor de riesgo independiente», señaló James Lacey, profesor asociado de etiología del cáncer del Centro Oncológico Integral City of Hope en Duarte, California. Lacey no participó en la investigación.
Apuntó que un hallazgo interesante es que el periodo antes de que una mujer tenga un hijo parece ser el que plantea el aumento más concentrado en el riesgo. «Permitirá a nuestros colegas del laboratorio observar ese periodo más detalladamente», aseguró Lacey. Dijo que entre las preguntas a contestar está «si fumar hace que el tejido sea más susceptible a otros cancerígenos o si hace que el cáncer comience en el seno».
Gaudet señaló que otros expertos creen que el tejido mamario es más susceptible a las exposiciones tóxicas antes de que una mujer dé a luz por primera vez, en comparación con después.
El hallazgo del estudio, comentó Gaudet, «provee motivación adicional para que las mujeres jóvenes que están pensando en comenzar a fumar no lo hagan». Las que habían fumado en la juventud y habían abandonado el hábito seguían teniendo un riesgo más elevado de cáncer de mama, advirtió, que las que nunca habían fumado.
FUENTES: Mia Gaudet, Ph.D., director, genetic epidemiology, American Cancer Society; James Lacey Jr., Ph.D., associate professor, cancer etiology, City of Hope Comprehensive Cancer Center, Duarte, Calif.; Feb 28, 2013, Journal of the National Cancer Institute, online
Tomado de HealthDay News
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