Las madres que están expuestas a la contaminación del aire por partículas como las que emiten los vehículos, la calefacción urbana y las plantas eléctricas de carbón son significativamente más propensas a tener hijos de bajo peso al nacer, según un estudio internacional publicado en ‘Environmental Health Perspectives’.
Dirigido por el coinvestigador principal Tracey Woodruff J., profesor de Obstetricia y Ginecología y Ciencias Reproductivas en la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos), junto con Jennifer Parker, del Centro Nacional de Estadísticas de Salud, Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, el equipo analizó datos recogidos de más de tres millones de nacimientos en 14 lugares de nueve países de América del Norte, América del Sur, Europa, Asia y Australia. Los investigadores encontraron que en los sitios en todo el mundo, cuanto mayor es la tasa de contaminación, mayor es la tasa de bajo peso al nacer (peso inferior a 2,500 gramos), que se asocia con consecuencias graves para la salud, incluyendo un mayor riesgo de morbilidad y mortalidad prenatal y problemas crónicos de salud en la edad adulta, como señaló el autor principal del Payam Dadvand, del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona, España.
En el estudio, se evaluaron los datos recogidos de los centros de investigación en la Colaboración Internacional sobre la Contaminación Atmosférica y los Resultados del Embarazo, un trabajo internacional de investigación creado en 2007. La mayoría de los datos evaluados fueron recogidos durante la década de 1990, a mediados de la década de 2000, y en algunos casos, más temprano. Lo que es significativo es que estos son los niveles de contaminación del aire a los que prácticamente todos en el mundo estamos expuestos –dijo Woodruff–. Estas partículas microscópicas, que son más pequeñas que el grosor de un cabello humano, se encuentran en el aire que respiramos».
Woodruff señaló que las naciones con regulaciones más estrictas sobre la contaminación por partículas tienen menores niveles de estos contaminantes en el aire. «En Estados Unidos, hemos demostrado a lo largo de las últimas décadas que los beneficios para la salud y el bienestar por la reducción de la contaminación del aire son mucho mayores que los costos», señaló Woodruff.
La contaminación de partículas de aire se mide en tamaño (micras) y peso (microgramos por metro cúbico). En los Estados Unidos, las regulaciones federales requieren que la concentración media anual en el aire no supere los 12 g/m3 de partículas de menos de 2,5 micras. En la Unión Europea, el límite es de 25 g/m3, y las agencias reguladoras actualmente debaten la posibilidad de bajarlo.
«Este estudio llega en el momento adecuado para llevar el asunto a la atención de los políticos», dijo el coautor del estudio, Mark Nieuwenhuijsen, de CREAL, quien destacó que las partículas contaminantes del aire en Beijing (China) recientemente tienen una medida superior a 700 g/m3. «Desde la perspectiva de la salud mundial, los niveles de este tipo son, obviamente, totalmente insostenibles», alertó.
Fuente: Europa Press
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