La restricción calórica, un tipo de dieta que consiste en ingerir menos calorías de las recomendadas, no alarga la esperanza de vida pero mejora la salud, según un estudio con monos publicado por la revista científica Nature.
La restricción calórica es la práctica de limitar la ingesta de calorías diarias entre un 10 y un 40 %. Los investigadores descubrieron que la restricción calórica aportó algunos beneficios al metabolismo de los primates. Observamos una mejora general en parámetros asociados con enfermedades típicas del envejecimiento, como las metabólicas (diabetes, obesidad), las cardiovasculares y el cáncer», explicó a EFE De Cabo.
En particular, los monos que comieron un 30 % menos de calorías presentaron niveles más bajos de triglicéridos, colesterol y glucosa, especialmente entre los machos, así como una incidencia «notablemente menor» de cáncer entre los primates más jóvenes.
La investigación, que según De Cabo podría prolongarse aún durante otras dos décadas, se centra ahora en averiguar las claves metabólicas y moleculares responsables de los efectos de la restricción calórica sobre el organismo de estos monos. «La respuesta es muy parecida a otras respuestas de estrés, por lo que podríamos considerar la restricción calórica como un estrés metabólico, que causa ajustes globales en el organismo y que, cuando se mantiene por un largo periodo de tiempo, provoca beneficios profundos en la salud», explicó el biólogo.
De Cabo espera asimismo comparar sus resultados con los obtenidos por el Wisconsin National Primate Research Center en una investigación paralela, también llevada a cabo con monos e iniciada en la década de 1980, que sí defiende la capacidad de esta dieta de alargar la vida de estos primates.
septiembre 2/2012 (EFE)
Tomado del Boletín de Prensa Latina: Copyright 2012 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»
Julie A. Mattison, George S. Roth, T. Mark Beasley, Edward M. Tilmont, April M. Handy, et al. Impact of caloric restriction on health and survival in rhesus monkeys from the NIA study. Nature, publicado agosto 29/2012; doi:10.1038/nature11432.
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