Las emociones cumplen funciones de la misma forma que lo hacen el dolor, la tos y la fiebre, pero aún no son lo suficientemente valoradas, lo que mantiene los diagnósticos siquiátricos al nivel de la controversia, asegura un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Michigan. El análisis representa la primera revisión hecha desde 1994 al Manual de Estadísticas y Diagnósticos de los Trastornos Mentales, y destaca la existencia de preocupaciones sobre el manejo médico de trastornos como el autismo y la depresión, por ejemplo.
El estudio, publicado en BMC Medicine, explica el debate médico que persiste sobre la exclusión del llamado periodo de «duelo» por la pérdida de un ser querido, para determinar si el paciente registra una depresión normal o anormal. Actualmente no es diagnosticada la depresión dentro de los dos meses después de la pérdida. Sin embargo, si fuera eliminada la «exclusión por duelo», «el resultado de este cambio sería que las personas que experimentan la congoja normal, recibirían un diagnóstico de depresión grave», expresa en el artículo Randolph Nesse, professor de psiquiatría en la Escuela de Medicina de la UM. «Esto incrementaría la coherencia en el diagnóstico de la depresión, pero a costa del sentido común. Aunque es claro que el dolor del duelo no es un trastorno mental», agrega.
La abolición de la «exclusión por duelo» en el diagnóstico de depresión grave es sólo un ejemplo de las presiones que existen para definir los trastornos psiquiátricos, de acuerdo con sus causas y patología cerebral. El investigador destaca que el resto de la medicina reconoce muchos trastornos que no tienen causas específicas, «las condiciones como la falla cardiaca congestiva pueden tener muchas causas, y el reconocerlo no incomoda a los médicos, porque éstos comprenden cuál es la función del corazón y cómo opera para que circule la sangre». Los médicos, agregó, reconocen que síntomas tales como la fiebre y el dolor son respuestas útiles, no enfermedades. «Estos síntomas pueden ser patológicos cuando se expresan sin una buena razón, pero antes de considerar esa posibilidad, los médicos observan cuidadosamente para detectar alguna anormalidad que surja de esos síntomas».
«De igual forma se reconoce la utilidad de la ansiedad, pero sus trastornos se definen por el número e intensidad de los síntomas, sin relación con la causa. Por lo tanto, es vital que se reconozca que las emociones cumplen funciones de la misma manera que lo hacen el dolor, la tos y la fiebre, y que las emociones negativas fuertes pueden ser respuestas normales en situaciones conflictivas o que provocan ansiedad», dice.
Nesse insta a sus colegas y a los miembros del público a que adopten expectativas realistas, «en lugar de enfermedades específicas con causas específicas muchos problemas mentales son un tanto heterogéneos y superponen síndromes que pueden tener causas múltiples».
Asegura que los transtornos mentales en su mayoría no son especies diferentes como los pájaros o las flores. «Son, más bien, como diferentes comunidades de plantas cada una con una colección típica de especies. La distinción de la tundra y de la pradera alpina, la foresta y el desierto de Sonora es útil, aunque las categorías no son enteramente homogéneas y distintas», concluyó.
Febrero 15/2012 Chicago, (Notimex).-
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Randolph M Nesse, Dan J Stein. Towards a genuinely medical model for psychiatric nosology. BMC Medicine 2012, 10:5.13 Ene 2012
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