Las mujeres embarazadas que viven o trabajan con fumadores correrían un mayor riesgo de parir un bebé muerto, tener un hijo con bajo peso al nacer o con una circunferencia cefálica más pequeña que la normal, reveló un estudio canadiense.
Se considera que el tabaquismo pasivo expone a las personas a alrededor del 1% del humo que inhalan los fumadores activos y el estudio suma evidencia de que aún este humo de segunda mano puede dañar a los bebés en gestación.
«Esta información es importante para las mujeres, sus familias y los proveedores de atención médica», escribió Joan Crane, de Eastern Health en St. John’s, Canadá, en BJOB: An International Journal of Obstetrics and Gynaecology.
«El humo que se desprende del cigarrillo encendido contiene muchos químicos dañinos y en mayor concentración que el humo inhalado a través de un filtro», indicó la experta.
Crane y sus colegas indicaron que esos químicos perjudicarían al feto de varias formas: por ejemplo, restringiendo el flujo sanguíneo y posiblemente dañando la placenta.
A través de una base de datos de mujeres embarazadas de las provincias canadienses de Newfoundland y Labrador, el equipo observó la tasa de partos de bebés muertos así como también otros resultados durante el nacimiento, como la circunferencia cefálica del feto, que se ha vinculado con un desarrollo intelectual tardío en los niños.
De las casi 12 000 mujeres de la base de datos, el 11% dijo que había estado expuesta a humo de segunda mano.
La tasa de nacimientos de bebé muerto, en el cual el feto muere durante el tercer trimestre de gestación, fue del 0,83% en las fumadoras pasivas, comparado con el 0,37% en las mujeres que no respiraban humo de tabaco.
Esto no prueba que el humo en sí sea el culpable. Aún cuando los investigadores tomaron en cuenta otros factores de riesgo -incluida la edad materna y los hábitos de consumo de alcohol y drogas-, las fumadoras pasivas todavía tenían el triple de posibilidades de parir a un bebé muerto.
En otras palabras, si el humo es por lo tanto el culpable, moriría un bebé en el útero materno por cada 117 mujeres expuestas al tabaquismo pasivo.
«Esto es enorme», dijo Hamisu Salihu, experto en partos de feto muerto de la University of South Florida en Tampa.
«Ahora podemos informar a las pacientes que el humo de segunda mano puede hacer que pierdan a su bebé», añadió.
Esa relación no se había establecido de manera concluyente hasta ahora, dijo Salihu, quien no participó del estudio.
Los investigadores canadienses también hallaron que los bebés nacidos de fumadoras pasivas pasaban unos 54 gramos menos que aquellos cuyas madres vivían y trabajaban en lugares «libres de humo». Asimismo, sus circunferencias cefálicas eran levemente más pequeñas, con un promedio de 0,24 centímetros menos.
Salihu dijo que la circunferencia cefálica se ha vinculado con el coeficiente intelectual, aunque esa relación es indirecta.
«Los diseñadores de políticas deberían tomar este tema realmente de manera seria. Debemos poner en marcha leyes para proteger a estos bebés», agregó Salihu.
A escala global, las causas más comunes de nacimiento de bebé muerto son las complicaciones durante el parto, las infecciones en el embarazo como sífilis, los problemas de salud maternos como la hipertensión arterial o la diabetes mellitus, el crecimiento fetal retardado -por el cual los bebés no crecen a la tasa adecuada- y los defectos congénitos.
Nueva York, mayo 2/2011 (Reuters)
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