Los ácidos grasos omega-3 que contiene el pescado pueden ayudar a prevenir la retinopatía, una enfermedad en los ojos capaz de causar ceguera en personas con diabetes mellitus y bebés prematuros, según un estudio publicado en la revista Science Translational Medicine, en la edición del 9 de febrero.
La retinopatía es el desarrollo anormal de vasos sanguíneos en la retina (que tiene altas concentraciones de omega-3) y una de las principales causas de la ceguera.
Los ácidos grasos de la serie omega-3 desempeñan papeles especiales en las membranas celulares del sistema nervioso, aunque según han detectado los investigadores, no están en suficientes cantidades en las dietas occidentales modernas, en las que abundan los omega-6.
Estudios recientes han demostrado que el consumo en exceso de los omega-6, concentrados en algunos alimentos grasos y en la mayoría de los aceites vegetales, incrementa el riesgo de contraer ciertas enfermedades y agudiza la depresión.
Los investigadores estudiaron la influencia de los omega-3 en la retina de ratones y descubrieron que el aumento de los ácidos grasos de este tipo derivados de la dieta limitó el crecimiento patológico de los vasos sanguíneos denominados neovasos.
En el caso de los bebés, los vasos sanguíneos de la retina empiezan a desarrollarse a los tres meses después de la concepción y completan su desarrollo en el momento del nacimiento normal, pero si nace muy prematuramente se puede alterar el desarrollo del ojo, los vasos pueden dejar de crecer o crecen de manera anormal.
La aparición rápida y desordenada de estos neovasos provoca graves perturbaciones como hemorragias en el interior del ojo y en casos más severos glaucoma y desprendimiento de la retina, que es fundamental para la visión, ya que es la encargada de transformar las sensaciones lumínicas en impulsos nerviosos.
Los ratones alimentados con dietas ricas en ácidos grasos omega-3 por el equipo de Smith tuvieron una reducción de casi el 50% del crecimiento de los vasos sanguíneos en la retina, frente a los alimentados con dietas ricas en omega-6.
«Nuestros hallazgos nos dan nueva información sobre cómo funcionan los ácidos grasos omega-3, que los hace una opción aún más prometedora para actuar como agentes protectores», dijo Lois Smith, oftalmóloga del Hospital Infantil de Boston e investigadora principal. Smith señaló además que la capacidad de impedir el crecimiento de estos neovasos con ácidos omega-3 podría ayudar a reducir los costos sanitarios.
«El costo de los suplementos vitamínicos con ácidos grasos omega-3 es de unos 10 dólares al mes, frente a los 4000 al mes que pueden costar las terapias para la terapia anti-VEGF (crecimiento endotelial vascular)», indicó.
Smith y su equipo continúan estudiando los lípidos beneficiosos para la vista, mientras que van a iniciar una nueva vía de investigación en busca de los ácidos grasos omega-6 más perjudiciales. «Hemos encontrado los buenos, ahora vamos a buscar los malos», señaló la oftalmóloga. «Si encontramos los caminos, tal vez podamos bloquear selectivamente los agentes metabólicos negativos».
En Estados Unidos, la retinopatía afecta a 4,1 millones de personas con diabetes mellitus, una cifra que se espera que se duplique en los próximos 15 años, y afecta a muchos recién nacidos prematuros. Además, otros 7 millones de estadounidenses padecen degeneración macular relacionada con la edad (AMD), también causada por el desarrollo irregular de los vasos sanguíneos, una enfermedad que también aumentará a medida que envejece la población.
Washington, febrero 9/2011 (EFE)
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