Los pacientes que creen en la terapia contra el dolor sienten menos malestares

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Si un paciente tiene una firme convicción del efecto positivo de un tratamiento contra el dolor, realmente sentirá menos dolores, según un estudio de un equipo de investigadores de la Clínica Universitaria Hamburg- Eppendorf (UKE), de Alemania. Los resultados del estudio son significativos para la terapia de pacientes con dolores crónicos, indicó la directora de la investigación, la neuróloga Ulrike Bingel, en un artículo publicado en la revista Science Translational Medicine (DOI: 10.1126/scitranslmed.3001244).
Si se informara mejor a los pacientes, se podrían despertar expectativas positivas y evitar las negativas, añadió.
Los investigadores probaron en 22 voluntarios sanos entre 20 y 40 años que las esperanzas frente a una terapia influyen sobre el efecto de los medicamentos contra el dolor. Un tratamiento contra el dolor tiene mejor resultado si los pacientes esperan mucho de él. En cambio, si la expectativa es nula o mala, el dolor se reduce poco o nada.
Los voluntarios recibieron repetidas veces durante algunos segundos un estímulo de una fuente de calor que les causaba un dolor que iba de medio a intenso. En una escala de 0 a 100, el valor promedio era 70. En algunos casos, se les suministraba una infusión de un analgésico opioide, de gran efecto, el remifentanilo.
En el primer experimento, los voluntarios no sabían que se les administraba un analgésico en la infusión y la intensidad del dolor bajaba de 66 a 55. Solo entonces se les dijo a las personas que comenzaba el suministro de un analgésico, no se cambiaba en nada la dosis administrada previamente. Sin embargo, la sensación de dolor caía a un valor promedio de 39. Finalmente, se les dijo a los voluntarios que se suspendía el analgésico, aunque de nuevo no se cambiaba nada en la dosis del analgésico y el nivel de dolor percibido subió como promedio a 64, por lo tanto era casi tan alto como antes del suministro del analgésico.
«La expectativa negativa y el temor al dolor anularon por completo el efecto del medicamento», dijo Bingel. Estos efectos fueron confirmados a través de una tomografía por resonancia magnética funcional, que hace visible la actividad cerebral frente al dolor, que los especialistas realizaban al mismo tiempo que el experimento.
Si un voluntario creía en la efectividad del tratamiento, se activaba el centro de supresión del dolor propio del organismo y se potenciaba el efecto del analgésico.
Estos conocimientos son importantes para la terapia de pacientes con dolores crónicos, dijo Bingel.
«A muchos de ellos no se les pudo ayudar durante años. Están angustiados y temerosos, no tienen confianza en la medicina. Ahora sabemos que las expectativas negativas frente a una terapia influyen en su éxito y anulan los efectos de analgésicos que en realidad son potentes».
Hamburgo/Londres, febrero 17/2011 (DPA)

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