Un suplemento dietético podría ayudar a tratar la diabetes y la obesidad

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Septiembre, 2010

El aceite de pescado podría ser útil para tratar la inflamación en la obesidad y la diabetes.
Investigadores de la Escuela de Medicina de San Diego, Estados Unidos, han identificado el mecanismo molecular que convierte a los ácidos grasos omega-3 en eficaces para reducir la inflamación crónica y la resistencia a la insulina. El descubrimiento, publicado en la revista Cell, podría conducir al desarrollo de un remedio dietético simple para los pacientes de diabetes y otros trastornos.
La obesidad y la diabetes están estrechamente correlacionadas. Los investigadores hallaron un receptor clave en los macrófagos, de forma abundante en la grasa corporal obesa. Así, los científicos aseguran que los ácidos grasos omega-3 activan este receptor de macrófagos, lo que da lugar a amplios efectos anti-inflamatorios y a una mejor sensibilidad sistémica a la insulina.
Los investigadores examinaron los receptores celulares que se sabe que responden a los ácidos grasos. Se centraron finalmente en el receptor GPR120, de una familia de moléculas de señalización que participan en numerosas funciones celulares. El receptor GPR120 se encuentra sólo en los macrófagos pro-inflamatorios en las células grasas maduras.
Cuando el receptor se desactiva, el macrófago produce efectos inflamatorios. Pero expuesto a los ácidos grasos omega-3, en concreto el ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido eicosapentaenoico (EPA), el receptor GPR120 se activa y genera un efecto anti-inflamatorio fuerte.
Según explica Jerrold Olefsky, uno de los autores del estudio, «es un efecto increíblemente potente, los ácidos grasos omega-3 activan el receptor, eliminando la respuesta inflamatoria».

Experimentación en ratones
Los científicos realizaron su investigación utilizando cultivos celulares y ratones, algunos de ellos modificados genéticamente para carecer del receptor GPR120. Todos los ratones fueron alimentados con una dieta alta en grasas con o sin suplementos de ácidos grasos omega 3. El tratamiento de suplementación inhibió la inflamación y mejoró la sensibilidad a la insulina en los ratones obesos ordinarios, pero sin efecto en los ratones con GPR120 desactivado. Un agonista químico de los ácidos grasos omega-3 produjo resultados similares.
«El receptor evolucionó para responder a un producto natural, ácidos grasos omega-3, por lo que el proceso inflamatorio puede controlarse. Nuestro trabajo muestra cómo los aceites de pescado producen este efecto de forma segura y sugiere una posible vía para tratar los problemas serios de inflamación en obesidad y en condiciones como la diabetes, el cáncer y la enfermedad cardiovascular a través de una suplementación dietética simple», añade Olefsky.
Sin embargo, los investigadores indican que será necesaria más investigación, ya que sigue sin estar claro la cantidad de aceite de pescado que constituye una dosis segura y efectiva, además, su consumo elevado se ha vinculado a un mayor riesgo de hemorragia e ictus en algunas personas.
Sobre si los aceites de pescado podrían no ser prácticos como agentes terapéuticos, Olefsky señala que la identificación del receptor GPR120 significa que los investigadores pueden dirigir su investigación al desarrollo de un fármaco alternativo que imite las acciones de DHA y EPA y proporcione los mismos efectos anti-inflamatorios.

Fuente: JANO.es y agencias
Cell, Volume 142, Issue 5, 687-698

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