Este documento es una actualización del informe científico publicado el 29 de marzo de 2020 titulado «Modos de transmisión del virus que causa la COVID-19: implicaciones para las recomendaciones de precaución para la prevención y el control de infecciones (IPC)» e incluye la nueva evidencia científica disponible, al momento de confeccionarlo, relacionada con la transmisión del SARS-CoV -2.
El informe científico Transmission of SARS-CoV-2: implications for infection prevention precautions, publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), proporciona una descripción general de los modos de transmisión del SARS-CoV-2, lo que se conoce sobre cuándo las personas infectadas transmiten el virus y las implicaciones para la prevención de las infecciones, así como las medidas de control dentro y fuera de los establecimientos de salud. No es una revisión sistemática sino la consolidación de revisiones rápidas de publicaciones de diversa índole.
La evidencia existente, en el momento de redactar este documento, sugiere que el virus que causa la COVID-19 se transmite predominantemente de persona a persona. Comprender cómo, cuándo y en qué tipo de entornos se propaga el SARS-CoV-2 es fundamental para desarrollar las medidas efectivas de salud pública relacionadas con la prevención y el control de las infecciones que permitan romper la cadena de transmisión.
El documento presenta los posibles modos de transmisión del SARS-CoV-2, que incluyen la transmisión por contacto, por gotitas, por el aire, por fómites, fecal-oral, por sangre, de madre a hijo y de animal a humano.
Transmisión por contacto y por gotitas
La transmisión del SARS-CoV-2 puede ocurrir a través del contacto directo, indirecto o cercano con personas contagiadas a través de las secreciones, como la saliva y las gotitas respiratorias, que se expulsan cuando una persona infectada tose, estornuda, habla o canta.
La transmisión por gotitas respiratorias puede ocurrir cuando una persona está en contacto cercano (dentro de 1 metro) con otra infectada que tiene síntomas respiratorios (por ejemplo, tos o estornudos) o que está hablando o cantando; en estas circunstancias, las gotitas respiratorias que contienen virus pueden llegar a la boca, la nariz o los ojos de una persona susceptible y provocar una infección.
Transmisión aérea
La transmisión aérea se define como la propagación de un agente infeccioso causada por la diseminación de núcleos de gotitas (aerosoles) que siguen siendo infecciosos cuando se suspenden en el aire durante largas distancias y tiempo.
La transmisión aérea del SARS-CoV-2 puede ocurrir durante los procedimientos médicos que generen aerosoles. La OMS, junto con la comunidad científica, ha estado discutiendo y evaluando activamente si este virus también se puede propagar a través de los aerosoles en ausencia de procedimientos que los generen, particularmente en ambientes interiores con mala ventilación.
Algunos estudios realizados en entornos de atención médica a los pacientes sintomáticos de la COVID-19, pero donde no se realizaron procedimientos de generación de aerosoles, informaron la presencia del ácido ribonucleico (ARN) del SARS-CoV-2 en muestras de aire, mientras que, en otras investigaciones similares tanto en entornos sanitarios como no sanitarios, no se encontró la presencia del ARN del SARS-CoV-2; ningún estudio de los consultados hasta la fecha de la realización de este informe, ha encontrado virus viables en muestras de aire.
El documento concluye que se necesitan más estudios para determinar si es posible detectar el SARS-CoV-2 viable en muestras de aire de entornos donde no se realizan procedimientos que generen aerosoles y qué papel podrían desempeñar esos aerosoles en la transmisión de la enfermedad.
Transmisión a través de los fómites
Según este escrito, la transmisión por contacto indirecto que implica el contacto de un hospedero susceptible con un objeto o una superficie contaminada (transmisión por los fómites) puede ser posible.
Las secreciones respiratorias o las gotitas expulsadas por las personas infectadas pueden contaminar las superficies y los objetos, creando los fómites (superficies contaminadas). El virus viable y/o el ARN del SARS-CoV-2 detectados por la prueba de la reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real (RT-PCR) pueden encontrarse en esas superficies durante períodos que van desde horas hasta días, según el entorno ambiental (incluida la temperatura y la humedad) y el tipo de superficie, en particular en altas concentraciones en los centros de salud donde se tratan a los pacientes con la COVID-19.
Por lo tanto, la transmisión también pudiera ocurrir indirectamente al tocar las superficies en el entorno inmediato o los objetos contaminados con el virus de una persona infectada (por ejemplo, estetoscopio o termómetro), seguido de tocarse la boca, la nariz o los ojos.
A pesar de la evidencia existente en cuanto a la contaminación de las superficies por el SARS-CoV-2 y la supervivencia del virus en muchas de ellas, no hay informes específicos, hasta el momento de redactar este reporte, que hayan demostrado directamente la transmisión a través de los fómites. Sin embargo, se considera como un modo probable de transmisión del SARS-CoV-2, dados los hallazgos sobre la contaminación ambiental con este virus en las cercanías de los casos infectados y el hecho de que otros coronavirus y otros virus respiratorios también pueden transmitirse por esta vía.
Otros modos de transmisión
También se ha detectado el ARN del SARS-CoV-2 en otras muestras biológicas, incluidas la orina y las heces de algunos de los pacientes. En uno de los estudios revisados por los autores se reveló la presencia de este virus, viable, en la orina de un paciente. Otras investigaciones han reportado el cultivo del SARS-CoV-2 a partir de las muestras de heces fecales. Sin embargo, hasta la fecha de redacción de este documento, no se han publicado informes de transmisión del virus causante de la COVID-19 a través de las heces o de la orina.
De igual manera, aunque el virus puede replicarse en las células sanguíneas, el papel de la transmisión sanguínea sigue siendo incierto; y los exiguos títulos virales detectados en el plasma y en el suero sugieren que el riesgo de transmisión por esta vía puede ser bajo.
Al momento de confeccionar este informe, no hay evidencia de la transmisión intrauterina del SARS-CoV-2 de mujeres embarazadas infectadas a sus fetos, aunque los datos siguen siendo limitados
Si bien mediante pruebas de la RT-PCR se han encontrado fragmentos del ARN viral en algunas muestras de la leche materna de las madres infectadas con el SARS-CoV-2, los estudios dirigidos al cultivo y al aislamiento no han detectado el virus viable. La OMS recomienda que se aliente a las madres, sospechosas o confirmadas con la COVID-19, a que inicien o continúen amamantando.
El papel de un hospedero intermedio para facilitar la transmisión en los primeros casos humanos conocidos sigue sin estar claro.
La evidencia revisada por los autores de este texto sugiere que los humanos infectados con el SARS-CoV-2 pueden infectar a otros mamíferos, incluidos los perros, los gatos y los visones de granja. Sin embargo, no está claro si estos mamíferos infectados presentan un riesgo significativo de transmisión a los humanos.
Período de transmisibilidad
Saber cuándo una persona infectada puede transmitir el SARS-CoV-2 es tan importante como conocer cómo se propaga el virus.
La evidencia consultada sugiere que el ARN del SARS-CoV-2 puede detectarse en las personas entre el primer y el tercer día antes de la aparición de los síntomas, con las cargas virales más altas, medidas por la RT-PCR, observadas alrededor del día de la aparición de los síntomas, seguidas de una disminución gradual en el tiempo. La duración de la positividad de la RT-PCR parece ser, generalmente, de 1 a 2 semanas para personas asintomáticas y de hasta 3 semanas o más para individuos con la enfermedad leve a moderada. En pacientes con las manifestaciones graves de la COVID-19, este período puede ser mucho más prolongado.
Prevenir la transmisión
La detección del ARN viral no significa necesariamente que una persona sea infecciosa y pueda transmitir el virus a otra persona. Se ha aislado el virus viable de los casos asintomáticos, de pacientes con la enfermedad leve a moderada hasta 8 a 9 días después del inicio de los síntomas, y durante un mayor período de tiempo en los gravemente enfermos. Se necesitan estudios adicionales para determinar la duración de la diseminación del virus viable entre los individuos infectados.
Los primeros datos de China sugirieron que las personas sin síntomas podrían infectar a otras. Para comprender mejor el papel de la transmisión a partir de individuos infectados sin síntomas, es importante distinguir entre la transmisión de personas infectadas que nunca desarrollan síntomas (transmisión asintomática) y la transmisión de personas infectadas pero que no han desarrollado síntomas todavía (transmisión presintomática). Esta distinción es importante al desarrollar las estrategias de salud pública para controlar la transmisión.
El SARS-CoV-2 parece propagarse principalmente a través de las gotitas respiratorias y el contacto cercano con casos sintomáticos infectados. Múltiples estudios han demostrado que las personas infectan a otros antes de que ellos mismos se enfermen.
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