04/03/2021
La epigenética es una ciencia basada en el estudio de la manera en que ciertos factores ambientales y estilos de vida (dieta, lugar de residencia y/o lugar de trabajo, tratamientos farmacológicos y hábitos no saludables) pueden determinar la expresión de determinados genes. Al comprender el impacto del ambiente en el epigenotipo, debemos de considerar dos escenarios: el desarrollo embrionario y la vida adulta. Los cambios epigenéticos se dan durante el desarrollo embrionario, tendrán un impacto mayor en la epigenético global del organismo en la adultez, ya que pueden ser transmitidos a través de divisiones mitóticas consecutivas. Las alteraciones ocurridas en células madre embrionarias individuales afectarán a muchas más células que en las células adultas del tallo y/o somáticas durante el desarrollo postnatal. Además, señala que, si los factores epigenéticos pueden ser alterados por los compuestos de la dieta, entonces también deberían ser susceptibles de alteración por sustancias farmacológicas; la evidencia para esto último aún es limitada.
Se creía hasta ahora, que padres y abuelos simplemente pasaban sus genes, que las experiencias que habían acopiado en sus vidas no se adquirían y se inutilizaban perpetuamente; porque se confiaba en que los genes se transmitían inalterables de generación en generación sin modificaciones, sin tocar el núcleo celular inmaculado. Sin embargo, hoy se sabe que el aire que respiraron nuestros abuelos, el agua que bebieron o el ambiente psicosocial en el que vivieron pudieron afectar también a sus descendientes, incluso décadas después. Los factores externos pueden influir en el complejo entramado de interruptores que hace falta conectar y desconectar para dar lugar, por ejemplo, al desarrollo de un cáncer. No se trata, por tanto, únicamente de qué genes heredamos o no de nuestros padres, sino de si están encendidos o apagados a través de interruptores epigenéticos.
Se considera que el objetivo de la terapia epigenética es revertir las alteraciones epigenéticas causales que ocurren en el cáncer, conduciendo al restablecimiento del “epigenoma normal” y que lo ideal es combinar terapias con una mayor antigüedad y terapias actuales empleando las moléculas nuevas que se están desarrollando, lo cual puede generar un gran cambio en el tratamiento contra el cáncer.
En los últimos años, se han desarrollado numerosos fármacos epigenéticos que se encuentran en ensayos clínicos. Estos potenciales agentes inhibidores se pueden clasificar según al tipo de enzima a la que se dirijan:
· Fármacos inhibidores de los “writers”: moduladores de histona acetiltransferasas (HATs) e inhibidores metiltransferasas de histonas (HMTs).
· Fármacos inhibidores de los “readers”: inhibidores de los dominios de Bromo.
· Fármacos inhibidores de los “erasers”: inhibidores de las enzimas demetilasas específicas de lisina (LSD).
Se considera que la modulación selectiva de los fenómenos epigenéticos, particularmente la metilación del ADN podría tener implicaciones de importancia clínica, en el diagnóstico, la prevención y el tratamiento del cáncer.
Sugerimos ampliar la información en el artículo «Neurociencia: Epigenética del cáncer y su relación con las emociones» de los autores Verónica Abanto-Reyes; Lourdes Chalan-Azabache; Fiorella Linares-Navarro .Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Católica de Trujillo Benedicto XVI, Trujillo, Perú. En el Journal of neuroscience and public health 1(1): 13-18, 2021
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