22/08/2013
La superfetación es la fertilización exitosa de un mismo óvulo liberado durante la evolución del embarazo que da como resultado la concepción de mellizos de distinta edad gestacional. Se plantea que esto podría deberse a la continuidad de la ovulación, a pesar de haberse iniciado el embarazo. No debe confundirse con la superfecundación, en la que dos óvulos son fecundados.
La superfetación es notablemente más común entre determinadas especies animales que entre humanos.
Entre los animales, que más frecuentemente desarrollan este fenómeno cabe destacar los siguientes: roedores (ratones y ratas), animales de granja (caballos y ovejas), marsupiales y primates (monos y humanos). La superfetación también ha sido claramente demostrada en pecílidos (peces vivíparos).
El primer informe de superfetación en humanos fue publicado por Oskar Föderl en 1932. La superfetación es extremadamente poco frecuente en humanos. La mayoría de los casos en personas se han asociado con tratamientos hormonales, estimulación ovulatoria, síndrome de hiperestimulación o fertilización asistida.
En 2007, Ame y Lia Herrity, concibieron con 3 semanas de diferencia a sus hijos Amelia Spence y George Herrity en el Reino Unido. En mayo de 2007, Harriet y Thomas Mullineux, también concibieron con tres semanas de diferencia a sus hijos Charlotte y Matt Mullineux, en Benfleet, Essex (Reino Unido).
La superfetación es citado en el Talmud, en la Niddah, como un fenómeno que se debe evitar. El texto dice que una mujer puede usar un método anticonceptivo durante el embarazo con el fin de evitar la compresión y destrucción del feto por un posible segundo embrión.
En 2009 una mujer norteamericana quedó embarazada estando ya embarazada de unas ocho semanas y se consideró daría a luz dos bebés con una diferencia de edad de dos semanas y media y que no eran gemelos. La mujer, Julia Grovenburg, descubrió la situación durante una ecografía a la que se sometió a las ocho semanas de embarazo y que mostró a dos bebés separados por dos semanas y media, uno claramente más desarrollado que el otro, ante lo que los doctores apuntaron la posibilidad de que se tratara de un caso de superfetación.
Según explicó a la prensa estadounidense el especialista en Obstetricia Patrick O’Brien, portavoz del Royal College of Obstetricians and Gynaecologists, al año sólo se diagnostica un caso de este tipo en todo el mundo. «Es algo extraño, porque cuando una mujer concibe, sus hormonas cambian drásticamente y estos cambios frenan su ovulación y le impiden volver a concebir», indicó.
El doctor O’Brien advirtió que los Grovenburgs no podrán tener una certeza absoluta, ya que en su caso, los test no podrán descartar que se trate de gemelos. «En ocasiones es difícil estar seguros, porque una mujer puede estar teniendo gemelos no idénticos con marcadas diferencias en su tamaño desde el primer momento de embarazo», apuntó, recalcando que «si hay una gran diferencia de tamaños entre los bebés, la primera sospecha es que uno de ellos no se ha desarrollado tan bien».
No obstante, puntualizó, la superfetación se convierte en una sospecha más ajustada a la realidad cuando los bebés parecen tener una diferencia de edad de más de dos semanas.
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