Dres. Regina Eismann a Charly Gaul b, c Johannes Wohlrab a Wolfgang Christian Marsch a
Dermatology 2011;223:196.199
El principal síntoma de enrojecimiento recurrente de una o ambas orejas conduce a la consulta de un dermatólogo. Generalmente el carácter recurrente de la enfermedad junto con la presentación clínica (engrosamiento del cartílago de la oreja determinada por la palpación, falta de eritema del cartílago-lóbulo de la oreja libre) conduce al diagnóstico de pericondritis auricular diferenciada de la erisipela recurrente (tabla 1). El síndrome de la oreja roja (RES), es casi desconocido en dermatología, con excepción de un reporte de caso reciente, es una enfermedad con enrojecimiento recurrente de la oreja, generalmente acompañado de disestesia y relación nosológica con cefalalgia.
La Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC) inició la Campaña Mundial del Cáncer en el 2005 en respuesta a la Carta de París del 2000, que seleccionó el 4 de febrero como el Día Mundial contra el Cáncer. El cáncer de piel es desencadenado fundamentalmente por la radiación ultravioleta. Ampliar…
Dres. Smita V. Sukhatme y Alice B. Gottlieb.
Dermatologic Therapy, Vol 22, 2009, 34-39.
La psoriasis es una enfermedad crónica, inflamatoria caracterizada por pápulas y placas bien delimitadas cubiertas por una escama nacarada, que se localizan en cuero cabelludo, codos, rodillas y tronco. Afecta al 1-3% de la población mundial. Aproximadamente el 30-40% de los adultos con psoriasis reportan signos y síntomas antes de los 16 años de edad. En niños menores de 2 años la psoriasis del pañal es el hallazgo más común. En la población pediátrica la forma más común es la psoriasis generalizada en placas, seguida de las psoriasis guttata o en gotas. En la psoriasis en placas pediátrica, el cuero cabelludo es la región más frecuentemente involucrada y es el sitio de inicio en el 40-60% de los pacientes menores de 20 años de edad. El compromiso facial, intertriginoso y anogenital también es más común en niños. Se reportó compromiso ungueal en el 7-40% de los pacientes menores de 18 años de edad, siendo el pitting ungueal el cambio más común. En un ensayo en fase III de etanercept la incidencia de artritis psoriásica en niños de 4-17 años con psoriasis moderada a severa fue del 9%.
Dres. Jana Hercogová, Frederica Ricceri, Lara Tripo, Torello Lotti y Francesca Prignano
Dermatologic Therapy, Vol. 23, 2010, 152–154
La psoriasis en una enfermedad cutánea crónica mediada inmunológicamente que afecta aproximadamente el 1-3% de la población adulta. La etiología permanece en parte desconocida, pero tanto los factores genéticos como ambientales están implicados en el inicio y curso de la enfermedad. Se han reconocido varios factores de riesgo asociados con la aparición, progresión y severidad de la enfermedad: cigarrillo, dieta, depresión, traumas físicos repetidos, y eventos de estrés.
Recientemente, existe una fuerte asociación entre el incremento de adiposidad, obesidad y psoriasis. El índice de masa corporal (BMI) es un índice simple usado comúnmente para clasificar sobrepeso, obesidad y bajo peso en adultos. Se define como el peso en kg dividido la altura en metros al cuadrado (kg/m2), es independiente de la edad y el mismo para ambos sexos. Mientras existe controversia si la obesidad es consecuencia de la psoriasis, un factor de riesgo para el inicio de la psoriasis, o ambos, varios estudios sugieren relaciones significativas entre BMI y psoriasis. Naldi y col en un estudio caso-control, encontró que la prevalencia de la psoriasis era dos veces más alta en pacientes con obesidad comparado con el peso normal.
Alopecia Areata, Comorbidities, and Age of Onset
Graeme M. Lipper, MD
Comorbidity Profiles Among Patients With Alopecia Areata: The Importance of Onset Age, a Nationwide Population-Based Study
Chu SY, Chen YJ, Tseng WC, et al.
J Am Acad Dermatol. 2011;65:949-956
Study Summary
Alopecia areata (AA) is a common autoimmune-mediated form of nonscarring alopecia that typically presents with sudden-onset hair loss in solitary patches, diffuse bands, or rarely, the full scalp (ie, alopecia totalis) or full body (ie, alopecia universalis). Disease severity correlates with early age of onset, rapid onset of diffuse hair loss, and total alopecia.[1] Although the pathogenesis of AA remains unknown, the disorder occurs in genetically predisposed individuals and is linked to other autoimmune and atopic disorders, including autoimmune thyroid disease (eg, Hashimoto thyroiditis, Graves disease), vitiligo, lupus erythematosus, rheumatoid arthritis, atopic dermatitis, and psoriasis.[1-4]
When diagnosing a patient with AA, clinicians need to consider the possibility of autoimmune comorbidities. It may be prudent to screen for disorders such as hypothyroidism, lupus, or rheumatoid arthritis. To address this important clinical consideration, Chu and colleagues studied comorbidities in a cohort of Taiwanese patients with AA (n = 4334) compared with a cohort of age-matched controls (n = 784,158). Specifically, the authors sought to explore statistical links among AA, atopy, and autoimmune disease, stratified by the age of AA onset.
Key results of this nationwide cohort study were as follows:
Patients with AA were more likely to have comorbid autoimmune disorders (ie, vitiligo, lupus erythematosus, psoriasis, thyroid disease) or atopy (atopic dermatitis more than allergic rhinitis or asthma).
Childhood AA (ie, onset before 10 years of age) was most strongly associated with atopic dermatitis (odds ratio, 3.82) and lupus erythematosus (odds ratio, 9.76).
AA onset during late childhood or teen years (ie, onset at 11-20 years of age) was the only time period associated with psoriasis (odds ratio, 2.43) or rheumatoid arthritis (odds ratio, 2.57).
AA in adults 60 years of age or older correlated strongly with a risk for autoimmune thyroid disease (odds ratio, 2.52).
Are We Giving Patients Enough Information on How to Use Topical Treatments?
Analysis of 767 Prescriptions in Psoriasis
C. Pouplard, P.-A. Gourraud,* N. Meyer, C.B. Livideanu, M. Lahfa, J. Mazereeuw-Hautier, P. Le Jeunne; A.-L. Sabatini; C. Paul
Background Unclear instructions probably contribute to the suboptimal efficacy and adherence to topical agents in psoriasis.
Objectives To analyse the quality of prescriptions for topical therapy in psoriasis and to determine factors associated with high-quality prescription writing.
Methods We made a systematic analysis of 767 topical prescriptions written by dermatologists and general practitioners (GPs). The following parameters were recorded: writing mode (electronic vs. hand written), indication of formulation, frequency of administration, duration of treatment, indication of areas to be treated, and indication of amount of product to be used. We considered prescriptions of high quality to be those including at least four of the five prospectively defined quality parameters.
Results Only 35·7% of prescriptions fulfilled the definition of a high-quality prescription. Quality of prescription writing was significantly influenced by two factors: electronic writing [odds ratio (OR) 3·04, 95% confidence interval (CI) 2·2–4·21; P < 10−4] and specialty of the prescriber, dermatologists writing higher quality prescriptions compared with GPs (OR 1·61, 95% CI 1·54–2·14; P < 10−4).
Conclusions Almost two-thirds of topical prescriptions are not adequately written and do not include the required information to help patients manage their topical treatment in psoriasis correctly. The quality of topical prescriptions could be improved by making the use of electronic prescriptions widespread and by the development of aids for easy evaluation of the right amount of topical treatment to be applied according to body surface area involved.
Dres. Derek J. Williams, William O. Cooper, Lisa A. Kaltenbach, Judith A. Dudley, David L. Kirschke, Timothy F. Jones, Patrick G. Arbogast, Marie R. Griffin and C. Buddy Creech
Pediatrics 2011, 128; e479
La creciente carga de Staphylococcus Aureus resistente a la meticilina (SAMR) asociado a la comunidad (AC), que se estima representa más del 70% de las infecciones estafilocóccicas en algunas regiones de los Estados Unidos, es un problema importante en la infancia. Como causa frecuente de infecciones de piel y de tejidos blandos (IPTBs), las infecciones por SAMR-AC a menudo son más severas y llevan a resultados clínicos pobres. Las cepas de SAMR-AC son uniformemente resistentes a los antibióticos β-lactámicos, anteriormente los agentes más utilizados para IPTBs, lo que hace que el pronto reconocimiento y el inicio de un tratamiento empírico efectivo para el SAMR-AC sea extremadamente importante. Desafortunadamente, las estrategias óptimas de manejo antimicrobiano para las IPTBs en la era del SAMR-AC permanecen poco claras.
En la actualidad, los antibióticos orales más recomendados para las IPTBs pediátricas incluyen clindamicina y trimetoprima-sulfametoxazol.
Sin embargo, la escasez de estudios comparativos sobre el tratamiento antimicrobiano, así como estudios que sugieren que la terapia antibiótica puede ser innecesaria para los abscesos drenados, hacen más difíciles las decisiones terapéuticas. Además, aunque los estudios estiman que casi un tercio de las IPTBs por SAMR-AC resultan en más de un evento recurrente, pocos estudios han tratado de determinar la influencia del tratamiento antimicrobiano en el riesgo de recurrencia de las IPTBs pediátricas. Finalmente, no se han publicado, a gran escala, estudios aleatorios sobre el tratamiento antibiótico en las IPTBs en pediatría. El objetivo de este estudio fue comparar la eficacia de la clindamicina, trimetoprima-sulfametoxazol (TMP-SMX), y los β-lactámicos con respecto al tratamiento y el riesgo de recurrencia después de una IPTB incidente en una gran cohorte de niños matriculados en el plan de atención de salud pública de Tennessee durante el período 2004-2007.
Se presenta el caso de un hombre de 20 años con hiperpigmentación moteada asimétrica que involucraba casi la totalidad del cuerpo, que estaban presentes desde los 8 años de edad. Las primeras lesiones aparecieron en tronco y la hiperpigmentación se había extendido gradualmente con los años hasta involucrar el cuello, cara y miembros. También presentaba hipopigmentación en gotas entre las máculas hiperpigmentadas.
El paciente no presentaba enfermedades inflamatorias cutáneas ni enfermedades sistémicas previas al inicio de las lesiones. El paciente reportó cambios cutáneos similares en su padre, su hermana y dos hermanos. Sólo uno de los hermanos no presentaba lesiones.
Al exámen físico, se observaron máculas moteadas hiperpigmentadas e hipopigmentadas de tamaños variados, de 2 a 15 mm, que involucraba casi la totalidad del cuerpo (fig 1), con un patrón simétrico, sin compromiso de manos ni pies. El pelo, dientes, palmas, plantas y mucosa oral eran normales. El exámen sistémico no presentaba anormalidades y la rutina de laboratorio era normal.
Dres. Luis Castro, Ryan Lundell y col.
Comentario y resumen objetivo: Dra. Geraldina Rodriguez
Journal of the American Academy of Dermatology, Noviembre 2006 Vol. 55 Nº 5
El penfigoide gestationis (PG), también conocido como herpes gestationis es una enfermedad ampollar auto inmunitaria rara asociada al embarazo. Los hallazgos clínicos histopatológicos e inmunopatológicos son similares a los encontrados en el grupo penfigoide. PG ha sido asociado con la presencia de HLA-DR3 y HLA-DR4. El auto anticuerpo primario es el BP180 (dominio extracelular de una proteína hemidesmosomal transmembrana). PG ocurre durante el segundo o tercer trimestre de embarazo o postparto inmediato. La enfermedad se presenta como placas eritematosas, anulares urticarianas sobre las que se desarrollan ampollas, el área periumbilical está involucrada con frecuencia. Este artículo describe la experiencia de los autores con respecto a las características clínicas, histopatológicas e inmunopatologicas de la enfermedad.
AgaDerm Proven Effective Against All MRSA Strains in a Phase 2 Clinical Study
AgaDerm (NVC-422 Gel) represents a new class of topical anti-infectives known as Aganocides®, which were designed by NovaBay Pharmaceuticals, Inc., to mimic the body’s natural defense against infection. Through a differentiated mechanism of action, Aganocides have been shown to be broadly effective against both Gram-positive and Gram-negative pathogens, and were proven safe and well tolerated in human clinical trials.
AgaDerm is in Phase 2 clinical development for treating impetigo, a highly contagious skin infection affecting children worldwide, which is caused by Staphylococcus aureus, including MRSA, Streptococcus pyogenes, or both. In a clinical study, AgaDerm demonstrated a 100% response rate for treating patients with impetigo caused by MRSA, whether MRSA was the sole organism or in a mixed infection. The study, which was published recently in the International Journal of Clinical and Experimental Pathology, also tested NVC-422 against 55 recent clinical isolates of MRSA acquired from a database of patients in the U.S. and Europe, where MRSA-USA300 is more prevalent. Again, NVC-422 was shown to be rapidly bactericidal against all bacterial isolates, regardless of resistance phenotype. Although the scope of the study did not specifically identify MRSA sub-types, it is very likely that the USA300 clone was represented in this population.
Does Diet Really Affect Acne?
H. R. Ferdowsian, MD, MPH; S. Levin, MS, RD
Acne vulgaris has anecdotally been attributed to diet by individuals affected by this skin condition. In a 2009 systematic literature review of 21 observational studies and 6 clinical trials, the association between acne and diet was evaluated. Observational studies, including 2 large controlled prospective trials, reported that cow’s milk intake increased acne prevalence and severity. Furthermore, prospective studies, including randomized controlled trials, demonstrated a positive association between a high-glycemic-load diet, hormonal mediators, and acne risk. Based on these findings, there exists convincing data supporting the role of dairy products and high-glycemic-index foods in influencing hormonal and inflammatory factors, which can increase acne prevalence and severity. Studies have been inconclusive regarding the association between acne and other foods.




