Mantener los pacientes con vía oral suspendida luego del cierre de una enterostomía hasta que se considere seguro retomarla sin que haya complicaciones como fuga o dehiscencia de la anastomosis intestinal, es la práctica habitual.
Se conoce que la nutrición enteral precoz ayuda a acelerar la recuperación del paciente, acortando la estadía hospitalaria. Surge la pregunta entonces: ¿cuán precoz puede ser la apertura de la vía oral, de forma que sea conveniente y segura a la vez?
Un estudio de James Cope y coautores, de Australia, que aparece publicado en la revista Journal of Pediatric Surgery (Vol 59, No 4, 2024), trata acerca de la seguridad y eficacia de la nutrición enteral precoz luego del cierre de una enterostomía pediátrica.
Su título original es «The Safety and Efficacy of Early Enteral Nutrition After Paediatric Enterostomy Closure – The EPOC Study»; a continuación ofrecemos su resumen (traducción del editor):
Introducción
Se dice que mantener los niños con vía oral suspendida hasta el retorno de la función intestinal después de una anastomosis intestinal, reduce las complicaciones. El ayuno puede extenderse hasta cinco días, con riesgo de malnutrición y uso de nutrición parenteral. Este estudio se propone establecer la eficacia y seguridad de la nutrición enteral precoz en los niños operados de cierre de estoma intestinal.
Metodología
Se realizó un estudio retrospectivo de cohorte en niños con edades entre tres meses y 16 años, operados de cierre de estoma intestinal ente el 1/1/2019 y el 31/12/2021, en dos hospitales pediátricos terciarios. Los niños que tomaron líquidos claros dentro de las 24 horas (NEP) se compararon con los niños que se alimentaron más tarde (NET). El desenlace primario fue la duración de la estadía posoperatoria (EH); los desenlaces secundarios incluyeron el tiempo hasta la alimentación, el tiempo hasta la defecación, y las complicaciones.
Resultados
De los 129 niños que se operaron de cierre de estoma, 69 cumplieron con los criterios de inclusión: 35 (51 %) en el grupo NET y 34 (49 %) en el grupo NEP. Los niños del grupo NEP tuvieron una EH significativamente menor (92.6 h vs 121.7 h, p = 0.0045). La alimentación precoz se asoció también con un tiempo significativamente menor hasta la ingesta libre de líquidos (p < 0.001) y hasta la alimentación enteral completa (p = 0.007). No hubo una diferencia significativa entre los grupos en cuanto a las complicaciones.
Conclusión
Comenzar la alimentación en las primeras 24 horas del cierre del estoma es eficaz y seguro, con claras reducciones de la EH, del tiempo hasta la dieta libre y hasta la defecación, sin incremento de las complicaciones. Más investigaciones serían necesarias para extrapolar estos hallazgos a otras poblaciones.
El artículo completo en PDF está disponible siguiendo este enlace.
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