Un grupo de autores pertenecientes al Hospital Pediátrico Universitario “Paquito González Cueto” de Cienfuegos, liderados por Ariel Efrén Uriarte Méndez, han publicado el trabajo titulado «Bula gigante secundaria a neumonía adquirida en la comunidad en niños».
Se trata de una serie de cinco casos que presenta la Revista Cubana de Pediatría (Vol 95, 2023). Son pacientes que luego de una neumonía desarrollaron grandes lesiones cavitarias en el parénquima pulmonar, que muchos denominarían neumatoceles gigantes. Los autores explican, sobre la base de una revisión fundamentada de la terminología médica, el por qué se denominan bulas en estos casos (vea al final de la nota).
A continuación ofrecemos el resumen del artículo:
Introducción: Los neumatoceles y las bulas pulmonares son lesiones que se observan en los niños casi siempre asociadas a neumonías infecciosas, aunque sus causas pueden ser diversas. La importancia clínica de estos procesos radica en el peligro de crecimiento progresivo, que puede comprometer las funciones respiratoria y cardiovascular.
Objetivo: Describir las experiencias derivadas del proceso de diagnóstico por imágenes y del tratamiento invasivo de casos atendidos.
Presentación de los casos: Desde finales de 2021 y durante un período de un año, se atendieron, en la unidad de cuidados intensivos pediátricos del Hospital Pediátrico Universitario de Cienfuegos, cinco niños con neumonías extensas, que desarrollaron bulas de gran tamaño varios días después del tratamiento antimicrobiano adecuado. Estas necesitaron drenaje y aspiración percutáneos debido a su magnitud y a la presencia de síntomas cardiovasculares.
Conclusiones: Las bulas que aparecieron como complicación de la neumonía en el niño pueden presentarse con una frecuencia no despreciable, y hay que mantenerse atentos a su evolución, porque, a diferencia de los neumatoceles, pueden crecer progresivamente y comprometer las funciones respiratoria y cardiovascular. El drenaje percutáneo y aspiración continua por cinco días resultó un método seguro y eficaz para tratar estos procesos.
En cuanto a la disquisición diagnóstica y terminológica bula vs. neumatocele, reproducimos un resumen de la explicación que encontramos en el trabajo:
Los neumatoceles se producen por un mecanismo valvular con retención endobronquial, debido a la inflamación y secreciones bronquiales que producen atrapamiento de aire y desarrollo distal del espacio aéreoquístico. Otro de los mecanismos fisiopatológicos propuestos es que se produce inflamación y necrosis de una parte de las vías respiratorias, lo que da como resultado una comunicación directa entre estas y el intersticio broncovascular; luego el aire diseca dentro del tejido conjuntivo pulmonar. Sea cual sea el mecanismo, el aire se acumulará dentro del parénquima y la pared del neumatocele quedará formada por tejido pulmonar. Cuando se produce la obstrucción valvular, el aire sigue entrando sin salida debido a la ausencia de los poros de Kohn, por lo que se forma así un neumatocele. La mayoría de los neumatoceles retroceden en tamaño y se resuelven espontáneamente.
En cambio, las bulas son el resultado de la destrucción de los alvéolos, lo que proporciona un espacio aéreo con una pared fibrosa y posibles trabéculas intraquísticas que representan restos de tabiques interalveolares. A diferencia de los neumatoceles, las bulas tienden a aumentar de tamaño progresivamente. Como se aprecia, los casos de la serie que se presentan manifestaron bulas y no neumatoceles, pues las imágenes y la evolución coincidieron con lo anteriormente expuesto.
Vea el texto completo siguiendo este enlace al PDF.
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