En la historia del hombre sólo quedan lo escrito y los hechos, lo demás se borra en la memoria del tiempo. Es la lucha de la memoria contra el olvido.
En la presentación del libro del Dr. Giovanni Porras Ramírez en el otoño de 1984, prolongado por el Dr. Carlos Castro Medina, ex Presidente de la Sociedad Mexicana de Cirugía Pediátrica decía:
“Todos los grupos humanos tienen una dimensión histórica. Los cirujanos pediátricos no escapamos a ella. Cuando el hombre mira hacia atrás en el sendero de la historia, se despiertan en su alma cinco sentimientos, que le hacen sentir una humana presencia desde un remoto pasado y que parecen permanecer inalterables en el devenir del tiempo.
Humildad: Conocimientos de nuestras grandezas y miserias, para poder superar en la voluntad e inmensidad del espíritu.
Modestia: Entendida como honestidad, decencia y recato a las acciones y palabras.
Orgullo: Como la arrogancia que nace de las cosas nobles y virtuosas.
Esperanza: Como estado anímico en el cual se presenta como posible aquello que deseamos.
Hermandad: Como unidad de voluntades místicas que persiguen un mismo ideal.”
En el año 1958, apareció en el área latinoamericana el libro del pediatra devenido en cirujano pediátrico, un escalón más alto en el quehacer infantil, el Dr. Jesús Lozoya Solís.
A Lozoya y Cacho que son los autores del libro mexicano, que incluso se formaron con Ladd y Gross en Boston y que habían ya publicado un Libro de Cirugía Pediátrica, no los tuvieran en cuenta y ni siquiera los llamaran como colaboradores del libro. Una muestra más del desprecio que sienten por nosotros los latinoamericanos.
Robert Gross y Sydney Farber en la presentación del libro de Lozoya y Cacho escribieron: “El Dr. Jesús Lozoya, uno de los guías en el desarrollo de la Pediatría Quirúrgica, vierte su experiencia en este primer libro Pediatría Quirúrgica escrito originalmente en lengua castellana. Formado no solamente en México, si no también en los Estados Unidos de Norteamérica y en Europa, construyó la estructura de la Pediatría Quirúrgica Mexicana en el gran Hospital Infantil de la ciudad de México, creado este por un grupo valeroso de médicos, bajo la dirección del Dr. Federico Gómez. La contribución del Dr. Lozoya a la Pediatría Quirúrgica no se ha limitado exclusivamente a México. Con su celo, su espíritu misionero y su devoción al bienestar del niño y a la educación médica en toda la América Latina, ha ayudado a elevar las normas del tratamiento quirúrgico en el niño y a inspirar el más rápido desarrollo de la Cirugía Pediátrica. El libro de los Dres. Lozoya y Cacho sobre Pediatría Quirúrgica acelerará con seguridad, el desarrollo de este importante aspecto del cuidado integral del niño.”
ROBERT E. GROSS MD SIDNEY FARBER MD
Ladd Professor of Surgery Professor of Pathology
Harvard Medical School Harvard Medical School at the
Surgeon –in –Chief of the Children Hospital, Boston
Children Hospital, Boston Massachusetts, USA
Massachusetts, USA
El padre de la Cirugía Pediátrica Mejicana fue el Dr. Jesús Lozoya Solís, General Médico del Departamento de Pediatría Médico-Quirúrgica del Hospital Militar Central y Profesor Titular de la Cátedra de Pediatría Medicoquirúrgica de la Escuela Médica Militar de México; Fundador, expresidente y jefe del servicio de Cirugía del Hospital Infantil de México; expresidente de la Sociedad Mexicana de Pediatría; miembro fundador de la Asociación de Médicos Militares mexicanos; miembro de la Asociación de Médicos Militares Norteamericanos; expresidente de la rama Mexicana de la Academia Americana de Pediatría; miembro fundador de la Sección de Cirugía de la Academia Americana de Pediatría; miembro del Colegio Americano de Cirujanos; y miembro de la Sociedad Mexicana de Cirugía Pediátrica.
El Dr. Jesús Lozoya Solís, en el invierno de 1935-1936 conoció en Paris a Ombredanne y su obra en el Hospital de Niños Enfermos (Les Enfants Malade). Pediatra clínico atraído por la cirugía, decidió dedicar sus esfuerzos a mejorar el tratamiento quirúrgico de los niños, porque desde entonces se convenció de que era necesario conocer a fondo al enfermo que habría de operarse y como decía que si querías operar niños debías antes ser clínico, es decir Pediatra Completo.
Contaba que a su regreso hizo todo cuanto pude por entrar al Servicio de Pediatría del Profesor Dr. Federico Gómez, Coronel del Ejército Mexicano y Pediatra del hijo del General Lázaro Cárdenas, entonces presidente de los Estados Unidos Mejicanos.
En el viejo Hospital Militar Central de México de 1936-1938, trabajó como pediatra, antes de partir para Cleveland, Ohio, por dos años a completar su educación médica pediátrica y a Boston donde conoció y trabajó con Ladd y Gross y Farber en su espléndida escuela de cirugía pediátrica.
De 1940 a 1952 trabajó al lado del Profesor Federico Gómez, en la planeación, construcción, organización y funcionamiento del Hospital Infantil de México.
Otro grande de la Cirugía Pediátrica Mexicana y alumno de Lozoya fue el maestro Dr. Alberto Peña Rodríguez. Para conocer su trayectoria es necesario también conocer el marco donde actuó en la ciudad de México.
El Instituto Nacional de Pediatría, se inauguró el 6 de Noviembre de 1970 y a partir de ahí ha cambiado de nombre en 4 ocasiones y ha pertenecido a tres dependencias. Inicialmente lo bautizaron como el Instituto Mexicano de Asistencia a la Niñez (IMAN).
En 1972 pasa a ser el Hospital del Niño Imán. El 13 de Febrero de 1979 se convirtió en el Instituto Nacional de Pediatría, DIF (dependencia del desarrollo integral de la familia) y finalmente, descentralizado a partir del 19 de Abril de1983, con personalidad jurídica y patrimonio propios, dependiendo su presupuesto de la Secretaria de Salud, quedó hasta la fecha con el nombre de Instituto Nacional de Pediatría.
El Dr. Alberto Peña Rodríguez, estaba por concluir su adiestramiento quirúrgico en Cirugía Pediátrica en el Hospital de niños de Boston, donde realizó la residencia con los Profesores R. Gross y los maestros Ladd y Farber y se le propuso que al terminar su preparación desempeñara el cargo de jefe de la unidad de cirugía, cargo que ocupó en el mes de enero de 1972. Como se sabe él formó parte del Hospital Militar Central de México, donde fue oficial de las Fuerzas Armadas con el grado de Teniente Coronel. En este centro de 1953 a 1966, se formaron 30 pediatras clínicos, 4 pediatras sociales y 6 cirujanos pediátricos, uno de los cuales fue él.
El curso y residencia de cirugía pediátrica que comienza 1971 se realiza bajo la tutela de él y del Dr. Jesús Lozoya Solís. En enero del año siguiente Peña fue designado jefe de la Sala de Pediatría Quirúrgica del Hospital Militar Central, conjuntamente con la del Hospital del Niño (IMAN).
En 1978 dejó el Servicio de Cirugía del Hospital Militar Central, para desempeñarse solamente como Jefe del Servicio de Cirugía del Instituto Nacional de Pediatría, del cual fue posteriormente su Director por año y medio.
En 1985 recibió el premio GROSS como el más connotado cirujano pediátrico, por haber creado la técnica quirúrgica que revolucionó el tratamiento de las malformaciones anorrectales. Este galardón le fue entregado en la ciudad de Houston, Texas sentando un precedente en los EE.UU. de Norteamérica, porque era un premio a otorgar al mejor cirujano pediátrico de la Unión Americana y se le concedía por vez primera a un cirujano pediátrico no nacional. Esto representó para Peña un merecido reconocimiento a sus aportes a la cirugía pediátrica.
Al año siguiente lo nombraron Jefe de Cirugía Pediátrica del Centro Médico Judío de Long Island (Schneider Childrens Hospital). Es aquí donde desarrolló la mayor parte de sus investigaciones sobre las malformaciones anorrectales y donde celebró el número 1000 de estas intervenciones.
PRIMER HOSPITAL
El Hospital de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora, conocido por el pueblo como el Hospital del Marqués, ya que fue fundado en 1524 por Hernán Cortés que en ese momento tenía el título del Marqués del Valle. A los 100 años se le cambió el nombre por el del Hospital de Jesús de Nazareno hasta el día de hoy. Los primeros facultativos de la “Nueva España” fueron Pedro López y Diego de Peraza. Esta institución al principio sólo atendía a españoles y no se habla de la admisión de niños.
En 1531 el oidor Vasco de Quiroga fundó para los indígenas de Santa Fe el hospital del mismo nombre cerca de Cuajimalpa. Casco de Quiroga sí amparó a niños. Otro de los centros donde se atendían niños lo fue el Hospital de Desamparados, fundado en 1582 por el Dr. Pedro López. De éste nació el de la Epifanía, actualmente el de la Mujer.
A medida que avanzaba la colonización se levantaban hospitales en Veracruz, Puebla, Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Querétaro, Zacateca, Oaxaca y Mérida. Alonso Pérez de Hinojosa, Cirujano Romancista, hombre práctico, sin demasiados estudios e ignorante del latín ejerció en Puebla. Fue cirujano del Hospital de Nuestra Señora y durante 14 años ejerció en el Hospital Real de Indios.
El Dr. Juan de la Fuente, conoció a España antes de venir a México en 1502 y su mayor logro fue escribir en América un libro de Cirugía y el primero que dedicó un capitulo a los niños. En 1604, en Puebla se funda el primer hospital de niños. Era más un hospicio que un hospital.
El 23 de Octubre de 1823 se creó la Escuela de Cirugía y en 1834 su programa de estudios. En 1865, durante el Imperio de Maximiliano la emperatriz Carlota construyó la casa de Maternidad e Infancia.
En Enero de 1921 en ocasión del primer congreso Mexicano del niño, se inició un nuevo periodo en la atención del niño.
El General Lázaro Cárdenas asumió el poder en 1934 y el coronel Federico Gómez pediatra de sus hijos de lo convenció para la construcción de un hospital de niños. Es el actual Federico Gómez a partir de 1938. Aun sin terminar su construcción, el ginecoobstetra Alcibíades Marván, comienza a operar la estenosis congénita del píloro y otros problemas quirúrgicos de los niños. A principios de 1939 se reiniciaron las obras de construcción del Hospital Infantil.
De 1940 a 1941 se elige al Dr. Federico Gómez como Presidente de la Sociedad Mexicana de Pediatría y consigue con su amistad con médicos norteamericanos de Boston en USA, mandar a entrenar con Farber, Ladd y Gross a médicos cirujanos.
El médico cirujano Dr. Jesús Lozaya Solís que había estudiado Pediatría Médica en Cleveland Ohio con Gestenberguer, creador de la leche maternizada, pasó al Hospital de Boston a estudiar cirugía con los profesores antes mencionados. A su regreso a México se le responsabilizó con todos los aspectos quirúrgicos y de la planificación y organización de las residencias de todo el sector quirúrgico del proyecto Hospital Infantil de México.
En 1941 el Dr. Federico Gómez dejó la Cátedra de Pediatría en la Escuela Médico Militar y nombra Profesor Titular interino al Dr. Jesús Lozoya Solís que organizó por vez primera la Cátedra de Pediatría Medicoquirúrgica.
El 30 de abril de 1943 se inauguró el Hospital Infantil de México, por celebrarse en esa fecha el día del niño, honor que correspondió al General Manuel Ávila Camacho Presidente de la Republica y el maestro Federico Gómez hizo el discurso inaugural. El Dr. Jesús Lozoya Solís fue nombrado como jefe del primer departamento de cirugía y como ayudante el Dr. Felipe Cacho.
Aunque en 1943 no había cirugía pediátrica organizada en México, sí había cirujanos pediátricos graduados como tal. La mayor parte de los procesos quirúrgicos eran resueltos por cirujanos generales de adultos. En el Hospital Infantil de México sí quedó como especialidad.
La primera generación de residentes quirúrgicos se inició después de haber terminado sus dos años de Pediatría Médica, y así, la generación de Cirugía Pediátrica de 1945 a 1947, integrada por los Dres. Francisco Cisneros y Guillermo Zárate Mijangos.
El primer artículo publicado de Cirugía Pediátrica por cirujanos pediátricos fue de dos casos de invaginación intestinal por divertículo de Méckel curados por resección intestinal, cuyo autor fue el Dr. Federico Lozoya Solís, en el Boletín Médico del Hospital Infantil de México Vol 1 pp. 64-68, 1944 y así nació la cirugía pediátrica mejicana como especialidad.
DESARROLLO DE LA CIRUGIA PEDIÁTRICA EN EL HOSPITAL FEDERICO GÓMEZ
En 1951 Lozoya renunció para ocupar el cargo de Jefe del Departamento Medicoquirúrgico y Social en el Hospital Militar Central de México.
La Escuela Mexicana de Cirugía Pediátrica había sido formada y sus disciplinas vertidas en toda la Republica y en gran parte de los países de Centro América y Sur América.
A partir de 1954 bajo la jefatura del Dr. Francisco Beltrán Brown se aumentó la residencia quirúrgica a 1 año o más.
Estos dos años podían prolongarse uno más como subresidente médico colaborando en la enseñanza y la investigación.
En el primer año el residente estaba obligado a pasar 6 meses en Anatomía Patológica y Cirugía en perros en el Laboratorio de Cirugía Experimental a cargo del Dr. Arturo Silva Cuevas. También rotaba por Rayos X y por el Laboratorio Clínico. Los siguientes 6 meses tenían sesiones pases de visita, de casos clínicos, de revisiones bibliográficas, de Rayos X y de consulta externa quirúrgica. Además ayudaba en el quirófano y se adiestraba con las operaciones más sencillas. En el segundo año ya el residente intervenía en operaciones de mayor complejidad, y orientaba y ayudaba al de primer año. En el tercero, asistía como primer ayudante en el quirófano a especialistas y profesores y realizaba intervenciones de Cirugía mayor. A partir de 1954 se propiciaron las pasantías por especialidades quirúrgicas.
Desde 1957 se modificaron las incisiones cutáneas en laparotomías y las horizontales siguiendo los pliegues naturales desplazaron a las verticales. En 1963 comenzaron a practicarse las suturas intradérmicas en casos no infectados. Ese mismo año la técnica de Duhamel en la agangliosis desplazó a la de Swenson.
El cirujano Dr. Oscar Navarro Franco logró con éxito por primera vez la intervención de un niño con atresia esofágica en 1949. El primer quiste de colédoco con Y de Roux en 1958. Ese mismo año Kasai publicó su técnica para las atresias de vías biliares, pero no fue hasta 1969 que comenzaron a realizarla. Al año siguiente, 1970, iniciaron la alimentación parenteral central y periférica con grandes dificultades. Federico Gómez en 1947 había iniciado la Oncología Quirúrgica.
SOCIEDAD MEXICANA DE CIRUGÍA PEDIÁTRICA
En el año 1956 surgió la necesidad de aglutinar a los cirujanos pediátricos de México y el 16 de Mayo de 1957 se fundó ante notario la Asociación Civil y con duración indefinida la Sociedad Mexicana de Cirugía Pediátrica. Sus fundadores fueron los Dres. Eduardo Villalpando del Valle, Oscar García Pérez y Francisco León Díaz. Hasta ese año se habían efectuado 30 Congresos Nacionales.
Entre los presidentes más conocidos de esta sociedad hasta el año 1989 están:
1959-1961 Dr. Felipe Cacho de la Fuente
1961-1963 Dr. Jesús Lozoya Solís
1957-1959 Dr. Carlos Sariñana Natera
1984-1985 Dr. Alberto Peña Rodríguez
1987-1989 Dr. Giovanni Porras Ramírez
Como hechos históricos significativos la primera cirujana pediátrica mexicana, egresada del Hospital Infantil de México en el año1968, lo fue la Dra. Rosa Maria Guillen Romero y en el año 1971 se fundó la Sociedad de Cirujanos Pediátricos del Occidente como parte de la Nacional, o sea, una filial.
CONSEJO MEXICANO DE CIRUGÍA PEDIÁTRICA
En el año 1975 se formó este Consejo en Ciernes y el 14 de Agosto de 1976 pasó a ser representante del gremio de Cirugía Pediátrica.
El 15 de Julio de 1978 se llevó a cabo el primer examen para aquellos cirujanos pediátricos que no hubieran recibido su certificación por reconocimiento y los primeros certificados se entregaron en el Congreso de Cirujanos pediátricos, efectuado en Morelia-Michoacán en 1976.
Primer Presidente. Dr. Carlos Sariñana 1976-1978
Dr. Giovanni Porras Ramírez 1992-1996
Dr. Jaime Nieto Zermeño 1996-1998
Producción Bibliográfica
El primero: Espina bífida: punción. Inyección de Yodo. Hidrocefalia ligera. Curación de Hidrorquies. Muerte algún tiempo después. Dr. Francisco Cordero. Revista : Unión Médica de México 1:282-287,1856
Segundo: Ausencia Congénita de la Extremidad inferior del recto. Restablecimiento del ano normal Suceso completo a los 30 días. Dr. Domingo Servin. Revista Unión Médica de México II: 170-173,1856.
El primer articulo escrito por un cirujano pediátrico graduado fue “Dos casos de invaginación intestinal por divertículo de Méckel curados con resección intestinal” por Dr. Jesús Lozoya Solís en el Boletín Médico del Hospital Infantil de México 1:64-68,1944.
A partir de 1993 aparece el Primer número Especial de la Revista Mexicana de Cirugía Pediátrica”, Órgano Oficial de la Sociedad Mexicana de Cirugía Pediátrica y Órgano también del Consejo
Los cirujanos pediátricos mexicanos han escrito más de 15 libros sobre distintos temas, pero se destaca el Dr. Alberto Peña con 3 libros.
En 1976 publicó ¨El Niño Gravemente Enfermo. Terapia Intensiva en Pediatría. Publicaciones IMAN. México.
En 1983 ¨Decisiones Terapéuticas en en el Niño Grave”. Ed Interamericana. México.
En 1989 “Atlas de Tratamiento Quirúrgico de las Malformaciones Anorrectales. Ed Springer–Verlag. Berin Heidelberg. RFA.
Por razones obvias de una política nacional fundamentalmente y ancestralmente centralista, el desarrollo de la Cirugía Pediátrica en los estados ha sido más lento, porque los grandes centros formadores de cirujanos pediátricos, están localizados en el distrito federal y sólo recientemente se han iniciado los movimientos conducentes a formarlos en algunos estados de la República, previa autorización del Consejo Mexicano de Cirugía Pediátrica.
Esto no quiere decir en manera alguna que antes fuera de Ciudad México no se operaran niños, sino que estos eran operados por cirujanos generales, que indudablemente jugaron un papel muy importante en la sensibilización de jóvenes cirujanos para abrazar esta nueva especialidad, conscientes de que “el niño no es un adulto chiquito¨.
Desde los centros de formación del DF, algunos de los cirujanos pediátricos originarios de provincia, han preferido continuar su ejercicio profesional en el área metropolitana, mientras que otros, han vuelto a su terruño o a otros lugares del interior de la Republica tratando de convertirse en “metástasis constructivas¨ y factores de cambios en los lineamientos de la escuela que los forjó, llevando en mente los preceptos clásicos de todo cirujano de carrera: curar enfermos, perfeccionar su ciencia y su arte y sentar las bases anatómicas, fisiológicas, técnicas y éticas que sensibilicen a los jóvenes alumnos de la localidad, para que se eduquen y formen como cirujanos pediátricos en las instituciones adecuadas para ello.
Si los cirujanos pediátricos de México, como país han de ser tomados en cuenta por el resto del mundo, deberán ser por su sólida preparación científica y humanística, por su pensamiento abierto a las innovaciones del progreso y que por encima de las pasiones y miserias coloquen el espíritu hipocrático de servir bien a la niñez.