pronóstico

La biopsia líquida de la muestra de sangre ofrece una imagen precisa del paisaje genómico del tumor cancerígeno, lo que favorece la selección de la terapia adecuada para cada paciente, se conoció recientemente. En un estudio con más de 15 mil pacientes y 50 tipos de tumores, se explica que la biopsia líquida ofrece una oportunidad para vigilar los cambios en el cáncer, causados por la evolución del tumor en el tiempo. Ampliar…

En los congresos de las sociedades españolas de Hematología y Hemoterapia, y de Trombosis y Hemostasia se confirma el rumbo positivo del pronóstico de las neoplasias con los nuevos tratamientos con evidencias  de que el cáncer hematológico es cada vez más curable.
La leucemia mieloide crónica es el paradigma de las neoplasias hematológicas que se pueden curar gracias a las nuevas terapias biológicas. Así lo ha destaco  Adrián Alegre, presidente del comité organizador del congreso español  de Hematología, donde se han presentado estudios con este tipo de leucemia en la que los inhibidores de la tirosín cinasa obtienen un grado de respuesta molecular que permite incluso la suspensión terapéutica. Sin el tratamiento, los pacientes se mantienen en remisión completa durante mucho tiempo.

Para el  mieloma múltiple también hay fármacos más eficaces -segunda generación de inmunomoduladores- que, combinados con estrategias de trasplante en pacientes jóvenes, llegan a triplicar la supervivencia. Así, en una fracción de los pacientes se puede hablar de curación.

A mejorar la superviencia de los pacientes con linfoma contribuyen también los fármacos de rescate, como inhibidores de cinasas y nuevos anticuerpos monoclonales.

Referente  a la  leucemia mieloide aguda del tipo promielocítico, se ha comprobado que la combinación del trióxido de arsénico y ácido transretinoico consigue remisiones completas y curaciones.

La  terapia génica fue  otro tema destacado del congreso. Esta estrategia vive una nueva era, de mayor seguridad con el perfeccionamiento de los vectores gammarretrovirales y la llegada de los lentivirales.

En anemia de Fanconi, el grupo de Juan Bueren, del Ciemat (Madrid), junto con los hospitales Niño Jesús (Madrid) y Valle de Hebrón (Barcelona), completa la recolección de células CD34 de pacientes con la anemia. Después, realizarán la corrección genética de las células en sala blanca y es de esperar que en 2015 recluten enfermos en los que infundir las células corregidas. Bueren investiga también en la terapia génica dirigida, más precisa y segura, y de la que ya hay ensayos en pacientes con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
noviembre 19/2014 (Diario Médico)

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Los pacientes con cáncer de pulmón que reciben  un medicamento que actúa contra una disfunción genética viven más y con menores  efectos secundarios que aquellos sometidos a quimioterapias tradicionales, reveló estudio.

Investigadores encontraron que los pacientes con alteraciones en el gen ALK  que recibieron el medicamento crizotinib del laboratorio farmacéutico Pfizer se  mantuvieron libres de cáncer hasta por casi cinco meses más.

«Este estudio demuestra el valor de examinar el tejido del pulmón con  cáncer para determinar que haya una alteración del gen ALK, y subraya el  potencial de la genética del cáncer para encontrar tratamientos para cada  paciente», dijo uno de los autores del estudio, Pasi Janne, del instituto del  cáncer Dana-Farber de Harvard.

«ALK se ha convertido en el segundo gen alterado que hemos podido tratar  con otros medicamentos diferentes a la quimioterapia», dijo.

Tan sólo 5% de los pacientes con el cáncer de pulmón más común tienen el  gen ALK modificado, pero el crizotinib podría ayudar a unos 5000 pacientes al  año en Estados Unidos.

Una fase avanzada del estudio con 347 pacientes con células de cáncer de  pulmón mostró que aquellos que recibieron el medicamento pasaron 7,7 meses  antes de que la enfermedad empeorara, mientras que ese tiempo fue de 3 meses en  aquellos que recibieron quimioterapia.
junio 1/2013 (AFP) –

Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2013 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

Shaw AT, Kim DW, Nakagawa K, Seto T, Crinó L, Jänne PA. Crizotinib versus Chemotherapy in Advanced ALK-Positive Lung Cancer. N Engl J Med. 2013 Jun 1.DOI: 10.1056/NEJMoa1214886

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«El cáncer de ovario es una patología habitual, pero no tan frecuente como otros tumores, por lo que muchas veces se tiene más olvidada y se tarda mucho en diagnosticar», explica Marta de la Fuente, psicooncóloga de MD Anderson Cancer Center Madrid. Con el objetivo de llamar la atención sobre los síntomas de este cáncer y fomentar su detección en los estadios más iniciales para mejorar el pronóstico de la enfermedad, se celebra este 8 de mayo el Primer Día Mundial del Cáncer de Ovario.

En España, cada año se detectan más de 3.000 pacientes con cáncer de ovario, una enfermedad cuya supervivencia varía notablemente en función del estadio en que se detecte. Por eso, a la hora de afrontar el diagnóstico y el tratamiento, «es fundamental que sean realizados por ginecólogos oncólogos para reducir al máximo la enfermedad residual que pueda quedar tras la cirugía, ya que las pacientes que salen de quirófano sin evidencia visible de enfermedad son las que tienen mejor pronóstico», comenta el Dr. Antonio González, jefe del Servicio de Oncología de MD Anderson Cancer Center Madrid.

Aunque las cifras por el momento no acompañan, ya que el tumor de ovario es uno de los cánceres con peor pronóstico y representa la sexta causa de muerte por cáncer en la mujer, el futuro es especialmente esperanzador: «en estos momentos hay una intensa y extensa investigación en cáncer de ovario, con nuevas moléculas en desarrollo, que estamos seguros que cambiarán el pronóstico de las pacientes en los próximos años», augura el Dr. González.

Estos avances vienen de la mano de mejoras en la cirugía y en el tratamiento médico. En concreto, recientemente los especialistas han incorporado al tratamiento con quimioterapia una terapia antiangiogénica con un anticuerpo monoclonal frente a VEGF que mejora el pronóstico de la enfermedad de forma significativa. Además, el Grupo de Investigación en Cáncer de Ovario de España, miembro de otros grupos internacionales, permite canalizar y estructurar ensayos de investigación clínica y traslacional en este tumor, «lo que facilita en gran medida la participación de pacientes españolas en estudios clínicos con fármacos innovadores o nuevas estrategias que prometen nuevas vías terapéuticas», comenta el Dr. González.

Impacto emocional del cáncer de ovario

En paralelo al tratamiento médico, la atención emocional de la paciente con cáncer de ovario es fundamental para ayudar a asimilar el diagnóstico y afrontar el proceso terapéutico con energía y una actitud positiva. En este sentido, el papel de la Psicooncología proporciona a la paciente estrategias y técnicas para que pueda aceptar su nueva situación.

El diagnóstico de cáncer de ovario puede impactar en la mujer generando multitud de emociones como miedo, incertidumbre, ansiedad, tristeza o angustia. Por eso, es necesario intentar gestionar esas emociones para hacer más llevadero su proceso terapéutico: «No se trata de que una paciente no tenga sufrimiento, sino de saber manejar ese estado anímico negativo y aprender a expresarlo, comunicarlo, para buscar soluciones en las distintas etapas emocionales», indica Marta de la Fuente.

La psicooncóloga de MD Anderson Cancer Center Madrid insiste además en la importancia del autocuidado para sobrellevar el proceso oncológico: «es fundamental que la paciente no focalice toda su atención en la enfermedad y descuide aspectos relevantes como el ejercicio físico –en los casos que sea posible-, la alimentación o su vida social. Sabemos que no es fácil ante una noticia tan impactante como el diagnóstico de cáncer, pero es esencial», puntualiza de la Fuente. Y esto es extensible también a los familiares que, como acompañantes en el proceso de la paciente, muchas veces se descuidan a nivel personal y llegan al final del proceso con sobrecarga y alta sintomatología de estrés.

«Muchas veces las pacientes cometen el error de ver el cáncer como el final del camino, en lugar de verlo como un paréntesis, que aunque nos obliga a rebajar el ritmo, no debe hacernos parar y abandonar por completo nuestras actividades diarias», concluye Marta de la Fuente. Y lo cierto es que las estadísticas confirman que cada vez hay más supervivientes al cáncer de ovario, gracias a los importantes avances terapéuticos, que aumentan el control de la enfermedad de forma significativa, incluso en las pacientes con peor pronóstico.
mayo 8/2013 (vademecum.es)

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Cambiar el pronóstico de la enfermedad tumoral es un reto del que empiezan a vislumbrarse ciertos resultados.
Los esfuerzos terapéuticos que se han realizado en la última década en cáncer de pulmón están empezando a dar sus frutos. Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, el desarrollo de ciertas vías moleculares implicadas en el origen y diseminación tumoral  (mutaciones en los genes EGFR, ALK, Kras, MET o ROS1, entre otros) y la posibilidad de inhibirlas farmacológicamente, ha inaugurado una era más optimista, un futuro en el que el objetivo prioritario es cambiar el pronóstico patológico y conseguir que sea una enfermedad crónica, según Natalia Carballo, jefa de Servicio de Oncología Radioterápica, y José Miguel Sánchez Torres, oncólogo médico, ambos del MD Anderson Cancer Center de Madrid, que han presentado el I Congreso Internacional sobre el futuro del cáncer de pulmón, organizado por las centros oncológicos  Anderson de Madrid, y de Houston, en Texas, y en el que está prevista la participación de una amplia representación de la oncología española e internacional.
El pulmonar, cáncer del que se diagnostican 25 000 nuevos casos al año en España, es uno de los de mayor mortalidad. Según Carballo, solo un 15 % de los diagnosticados (operables y no operables) sobreviven a los cinco años con los tratamientos actuales de citostáticos. Las medianas de supervivencia global se cifran en un año con quimioterapia estándar, pero cuando se administran algunos de los nuevos fármacos, algunos orales, que inhiben dianas moleculares, «la mediana se alarga a los dos o tres años, como mínimo», según el oncólogo, y ha añadido que «el objetivo es la cronificación de la enfermedad, que empieza a conseguirse, y para lo cual será absolutamente necesario emplear varias terapias moleculares. Ya empieza a haber tratamientos para segunda y tercera línea. Sin embargo, hay que recalcar que aún queda mucho por recorrer». Carballo también ha señalado que en estos momentos, y teniendo como base las dianas y las moléculas que las inhiben, las investigaciones están empezando a estratificar grupos y subgrupos de pacientes, catalogando el perfil genético de cada tumor pulmonar, para ajustar cada vez más las terapias.
Novedoso tratamiento con protones
Daniel Gómez, del MD Anderson de Estados Unidos, ha explicado algunos datos de un novedoso abordaje de radioterapia instaurado en el citado centro desde hace siete años y que muchos pacientes reciben bajo ensayo clínico: terapia con protones, que frente a la de fotones española, ofrece mejor distribución de dosis, con mayores dosis y menos toxicidad.

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Científicos del Christie Cancer Hospital de Manchester (Reino Unido) aseguran que el recuento de las células tumorales en pacientes con cáncer de pulmón puede servir para determinar la gravedad de la enfermedad y decidir cuál es el mejor tratamiento en cada caso. Estas son las conclusiones de un estudio que publica el último número de la Journal of Clinical Oncology, en el que se contabilizó el número de células tumorales circulantes (CTC) en muestras de sangre de un total de 101 pacientes con cáncer de pulmón, tomadas antes y después de someterse a un ciclo de quimioterapia. De este modo, observaron que quienes presentaban más de 5 CTC en 7,5 ml de sangre presentaban una tasa de supervivencia media global de 4,3 meses, unos datos «significativamente alarmantes» que aquellos que presentaban menos de 5 CTC, cuya supervivencia media fue de 8,1 meses. Los resultados sugieren que el recuento de los CTC podría ser una forma sencilla para saber cómo un paciente está respondiendo al tratamiento a las pocas semanas de iniciarlo. «Ahora tenemos que poner a prueba este hallazgo en más pacientes pero, si los resultados se confirman, existe la posibilidad de adaptar los tratamientos a los pacientes individuales y encontrar nuevas formas de tratar la enfermedad», asegura Fiona Blackhall, autora del estudio.
Marzo 23/2011 (JANO)

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