infarto del miocardio

La cardiopatía isquémica es una de las principales causas de morbilidad y muerte en todo el mundo. En consecuencia, los infartos de miocardio se encuentran a menudo en autopsias clínicas y forenses, y el diagnóstico puede ser un desafío, especialmente en ausencia de una oclusión coronaria aguda. Ampliar…

Se presenta el caso de una mujer de 79 años con antecedentes de padecer diabetes mellitus tipo II para lo cual llevó tratamiento con Insulina Lenta 25 unidades al día, además de mastectomía radical izquierda por carcinoma ductal infiltrante de la mama hace 5 años que no cumplió seguimiento médico ni tratamiento oncoespecífico. Ampliar…

La Ley Antitabaco ha reducido en un 30% el riesgo de los fumadores pasivos de desarrollar enfermedades cardiovasculares e incluso cáncer, según la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la lucha contra la hipertensión arterial

El abandono del tabaco reduce a la mitad el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares al cabo de un año, recuerda la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la lucha contra la hipertensión arterial (SEH-LEHLA).

La Ley Antitabaco, que prohíbe fumar en España en espacios públicos, ha reducido en al menos en un 30 % el riesgo de que los fumadores pasivos de desarrollar enfermedades cardiovasculares e incluso cáncer, señala la presidenta de la organización, Nieves Martell, quien asegura, asimismo, que dejar de fumar, particularmente si se sufre hipertensión, «es una de las medidas más inteligentes que se pueden tomar para proteger la salud».

En este sentido, Martell recuerda que el tratamiento antihipertensivo en los pacientes que fuman «es menos eficaz y los problemas asociados a la hipertensión son más importantes y frecuentes en fumadores que en los que no lo hacen».

Para ayudar a dejar el hábito tabáquico la SEH-LEHLA ha elaborado una serie de consejos o recomendaciones, como abandonar la idea de que «no se va a fumar nunca más» por la de que «hoy no se va a fumar»; beber mucha agua y zumos de frutas, preferentemente naturales; olvidar, sobre todo al principio, las bebidas que habitualmente acompañan al tabaco como el café y el alcohol; y evitar lugares con humo durante los primeros días.

También sugiere que se alteren las rutinas para no caer en el consumo de tabaco asociado a determinados gestos, por ejemplo, saliendo de paseo, cogiendo el teléfono con un bolígrafo en la mano, lavándose los dientes justo al terminar de comer y otras . Además, si se siente una necesidad imperiosa de encender el cigarrillo, se aconseja «pensar que ésta sólo durará unos instantes y que cada vez será más controlable». «Ayuda mirar el reloj y esperar un minuto, para comprobar cómo esta necesidad desaparece», matiza Martell.

Otra recomendación es «picar» algo para reducir la ansiedad pero para evitar el aumento de peso «debe ser algo bajo en calorías, como una pieza de fruta, chicles sin azúcar y otras.»

mayo 17/2015 (JANO)

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Una investigación internacional ha identificado por primera vez un gen que, si se desactiva, reduce un 50 % el riesgo de infarto, lo que abre las puertas al desarrollo de nuevos fármacos. En el trabajo, liderado por el consorcio internacional The  Myocardial  Infarction Genetics  y en el que ha participado el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas   de Barcelona, han contado 110 000 pacientes de diferentes países, en los que se han identificado por primera vez 15 mutaciones del gen NPC1L1. Ampliar…

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Una investigación internacional ha identificado por primera vez un gen que, si se desactiva, reduce un 50% el riesgo de infarto, lo que abre las puertas al desarrollo de nuevos fármacos. En el trabajo, liderado por el consorcio internacional The  Myocardial  Infarction Genetics  y en el que ha participado el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas   de Barcelona, han contado 110.000 pacientes de diferentes países, en los que se han identificado por primera vez 15 mutaciones del gen NPC1L1. Ampliar…

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Las mujeres son más propensas que los hombres a morir de un ataque al corazón debido a un mal diagnóstico que atribuye su malestar a un ataque de ansiedad, según un estudio divulgado este lunes en Canadá.

Científicos de la Universidad de McGill en Montreal investigaron la diferencia de mortalidad entre los hombres y las mujeres que sufren ataques al corazón.

Para esto interrogaron a 1123 pacientes de 18 a 55 años hospitalizados en 24 instituciones de Canadá, pero también en un hospital de Estados Unidos y otro en Suiza. Los pacientes, todos con síndrome coronario agudo, respondieron a los científicos en las 24 horas posteriores a su ingreso al centro médico.

Las mujeres entrevistadas provenían de entornos socioeconómicos más modestos que los hombres que participaron en el estudio. Por ende, corrían más riesgo de padecer diabetes e hipertensión, había más casos de enfermedades cardiacas en sus familias y tenían más probabilidades de sufrir depresión y ansiedad que los hombres.

Los investigadores, cuyos resultados se publican en la revista de la Asociación Médica de Canadá, constataron que, en promedio, se les hacían más electrocardiogramas rápidos y desfibrilación a los hombres que a las mujeres.

Los científicos explican esta diferencia de trato por el hecho de que las mujeres suelen acudir más que los hombres al servicio de urgencias por dolor torácico de origen no cardiaco.

Además, «la prevalencia del síndrome coronario agudo es menor entre las mujeres jóvenes que entre los hombres jóvenes», señaló la investigadora principal del estudio, Louise Pilote.

Estos resultados sugieren que el personal médico tiene más probabilidades de confundir un evento cardiaco en mujeres con los síntomas de la ansiedad, explicó.
marzo 20/2014 (AFP)

Tomado del Boletín de Prensa Latina: Copyright 2012 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

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Un nuevo estudio podría aportar otra razón para mantener la calma ante el estrés. Los investigadores afirman que los arranques de ira podrían aumentar las probabilidades de sufrir un ataque cardiaco o un accidente cerebrovascular (ACV) en las horas posteriores al incidente.

Los investigadores se apresuraron a indicar que el riesgo absoluto de cualquier persona de sufrir un problema cardiaco después de un estallido de ira sigue siendo muy bajo. No obstante, la revisión de múltiples estudios halló que el riesgo aumentó considerablemente en comparación con los periodos de calma.

«No es sorprendente que se observe dicha asociación, ya que sabemos que el enojo está asociado con un aumento en la respuesta del sistema nervioso del cuerpo ante el estrés», dijo un experto, el Dr. Sripal Bangalore, profesor asistente de medicina en el Centro Médico Langone de la NYU, en la ciudad de Nueva York.

Esta respuesta nada saludable incluye «aumentos de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial, los cuales pueden tener consecuencias adversas inmediatas», señaló Bangalore, que no participó en el estudio nuevo.

En el estudio, los investigadores analizaron los hallazgos de nueve estudios realizados entre 1966 y 2013 que incluyeron más de 4500 casos de ataque cardiaco, 462 casos de síndrome coronario agudo (un término genérico que incluye el ataque cardiaco o la angina de pecho), más de 800 casos de ACV y más de 300 casos de problemas con el ritmo cardiaco.

En el plazo de dos horas tras un estallido de ira, el riesgo de una persona de sufrir un ataque cardiaco o un síndrome coronario agudo era casi 5 veces más alto, su riesgo de ACV era casi 4 veces más alto y su riesgo de sufrir un trastorno del ritmo cardiaco peligroso llamado arritmia ventricular también aumentó, hallaron los investigadores.

El riesgo más alto lo tenían las personas que se enojaban más a menudo y que ya tenían factores de riesgo como, por ejemplo, problemas cardiacos previos, según los hallazgos, que fueron publicados en la revista European Heart Journal (doi:10.1093/eurheartj/ehu033 ).

En el estudio, el equipo dirigido por Elizabeth Mostofsky, instructora en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard, afirmó que dado que los ataques de ira son relativamente raros y los efectos parecen ser transitorios, «el impacto sobre el riesgo absoluto de un individuo de sufrir un evento cardiovascular es pequeño».

Pero algunas personas podrían tener un riesgo más alto, añadió Mostofsky.

«Aunque el riesgo de sufrir un evento (cardiaco) agudo con un solo estallido de ira es relativamente bajo, el riesgo puede acumularse para las personas con episodios frecuentes de enojo», afirmó en un comunicado de prensa de la revista. «Esto es particularmente importante para las personas que tienen un riesgo más alto debido a que tienen otros factores de riesgo subyacentes o las que ya han sufrido un ataque cardiaco, un ACV o diabetes».

«Por ejemplo, una persona sin muchos factores de riesgo de enfermedades (cardiacas) que solo experimenta un episodio de enojo al mes tiene un riesgo adicional muy pequeño, pero una persona con múltiples factores de riesgo o con antecedentes de ataque cardiaco o ACV, y que se enoja con frecuencia, tiene un riesgo adicional absoluto más alto acumulado a lo largo del tiempo», señaló.

En las personas con un riesgo cardiaco bajo y que se enojaban solo una vez al mes, los estallidos de ira podrían resultar en un ataque cardiaco adicional por cada 10 000 personas al año, indicaron los investigadores. En las personas con un riesgo de problemas cardiacos alto, el aumento era de cuatro ataques cardiacos adicionales.

En las personas que se enojaban más a menudo, 5 estallidos de enojo al día llevarían aproximadamente a 158 ataques cardiacos adicionales por cada 10 000 personas al año para las que tienen un riesgo de problemas cardiacos bajo, y a 657 ataques cardiacos adicionales en las personas con un riesgo de problemas cardiacos alto.

Los hallazgos no muestran necesariamente que el enojo provoque ataques cardiacos u otros eventos cardiacos, solo que hay una asociación entre ellos, afirmaron los investigadores. No obstante, añadieron que los hallazgos eran bastante consistentes en todos los estudios incluidos en la revisión.

«Los cardiólogos conocen desde hace mucho los efectos adversos de la depresión tras un ataque cardiaco, pero este estudio enfatiza la necesidad de no solo realizar una evaluación para la depresión, sino también de evaluar si hay otros componentes de estrés mental», indicó Bangalore.

Otra experta se mostró de acuerdo.

«Al tratar a una paciente con alguna enfermedad (cardiaca), es importante determinar si el paciente reacciona rápidamente con enojo, ya que este rasgo de la personalidad podría aumentar el riesgo de ataques cardiacos y podría valer la pena que se tratara», afirmó la Dra. Suzanne Steinbaum, cardióloga preventiva en el Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York.

«Tanto si se trata de una intervención conductual o de medicación, como médicos, debemos preguntar al paciente si tiene episodios de ira, ya que pueden aumentar el riesgo de ataques cardiacos y podrían ser una parte de lo que aconsejamos a nuestros pacientes en cuanto al cuidado de sí mismos», añadió.
marzo 5/2014(Medlineplus)

Mostofsky E, Penner EA, Mittleman MA. Outbursts of anger as a trigger of acute cardiovascular events: a systematic review and meta-analysis.Eur Heart J. 2014 Mar 3.

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