dieta

Altos niveles de magnesio en sangre y en la dieta estarían asociados con una reducción del riesgo de sufrir una muerte cardíaca súbita (MCS), según artículo publicado en la The American Journal of Clinical Nutrition.
La doctora Stephanie E Chiuve dijo a Reuters Health que «la MCS es uno de los principales problema de salud pública» y que «la prevención primaria es clave para reducir su incidencia».
En modelos celulares y experimentales, el magnesio demostró sus cualidades antiarrítmicas. Una serie de autopsias reveló un menor nivel de magnesio en víctimas de MCS que en las de traumatismos.
El equipo de Chiuve, de la Escuela de Salud Pública de Harvard en Boston, Estados Unidos, determinó si existen pruebas de una relación entre los niveles de magnesio y la MCS en la población general. Para esto, realizó un análisis prospectivo de información sobre más de 88 000 mujeres participantes de «Nurses Health Study». En 26 años, se registraron 505 casos de muerte súbita o arrítmica.
Otros análisis demostraron que la MCS afectaba significativamente menos a las mujeres con más magnesio en sangre que a aquellas con los niveles más bajos. Lo mismo ocurrió con el magnesio en la dieta. Por cada 0,25 mg/dL más de magnesio en sangre, el riesgo de MCS disminuía un 41%.
La doctora Chiuve comentó: «En el estudio, un mayor nivel de magnesio, en sangre y en la dieta, estuvo asociado con un menor riesgo de sufrir una MCS». «La mayoría de los estadounidenses no ingieren las dosis diarias de magnesio recomendadas. Por lo tanto, elevar su consumo sería una estrategia de prevención primaria de la MCS», añadió la experta.
De todos modos, Chiuve insistió en que el estudio fue observacional y que «se necesitan ensayos clínicos para determinar si esas relaciones son realmente causales».
Nueva York, diciembre 10/2010 (Reuters Health)

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Los ejercicios físicos y una dieta adecuada se mostraron eficaces para controlar el crecimiento de tumores cancerígenos y mejorar la calidad de vida de animales con cáncer, según un estudio realizado por investigadores brasileños.
Una terapia diseñada por científicos de la Universidad de Campinas (Unicamp) y que combinaba dieta y ejercicio consiguió atenuar algunos de los efectos del cáncer, como la pérdida de peso y el crecimiento de los tumores, informó hoy este centro académico.
El estudio de Emilianne Miguel Salomao, investigadora del Laboratorio de Nutrición y Cáncer del Instituto de Biología de la Unicamp, mostró que la terapia es eficaz al menos en ratones de laboratorio con el llamado tumor Walker 256.
Los ratones a los que se les inyectó este tumor fueron sometidos a un tratamiento de enriquecimiento nutricional con leucina (aminoácido que funciona como fuente de energía de los músculos esqueléticos) y a sesiones de ejercicio físico por largo plazo. La terapia redujo el tamaño de los tumores de los ratones sometidos al experimento y disminuyó el riesgo de caquexia (pérdida de peso involuntaria) en los mismos. La caquexia provoca un impacto negativo en la habilidad de respuesta de los pacientes a los tratamientos contra el cáncer, por lo que interfiere en la expectativa y en la calidad de vida de los pacientes.
Los ejercicios y la dieta permitieron que los ratones ganaran peso, redujeron la degradación muscular esquelética de los animales, mejoraron la respuesta inflamatoria y aumentaron el diámetro de la fibra muscular.
«En los animales con el tumor que fueron tratados con dieta normal y sin ejercicios, en cambio, se registró un aumento de la degradación y consecuentemente, una reducción de la síntesis proteica muscular, así como un aumento de la respuesta inflamatoria», dijo la investigadora.
Según la especialista, mientras que la leucina disminuye la degradación de la proteína muscular esquelética, los ejercicios físicos promueven un aumento del consumo de glucosa, por lo que reducen la oferta de ese sustrato a las células tumorales.
La investigadora agregó que la degradación proteica es frecuentemente observada en los pacientes con cáncer y es el principal factor responsable por la reducción del tiempo de vida de los mismos.
«Los medios de comunicación divulgan muchas informaciones sobre la importancia de la actividad física para los problemas cardíacos o neurológicos, pero casi no divulgan la contribución del ejercicio para la calidad de vida en pacientes con cáncer», según Salomao. Agregó que la terapia con actividad física puede ser ofrecida a pacientes con cáncer en fase inicial o que estén en condiciones apropiadas. La investigadora admitió que la terapia no cura el cáncer, pero mejora la calidad de vida del paciente y favorece su estado anímico.
Río de Janeiro, 22 nov (Xinhua).

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