cardiopatías

Según artículo publicado en American Journal of Clinical Nutrition, los adultos que consumen una cantidad moderada de ciertas sustancias vegetales, en concreto flavonoides, son menos propensos a padecer cardiopatías o infarto cerebral.
Un estudio sobre 38 180 varones y 60 289 mujeres, con una edad media de 70 y 69 años, respectivamente, evidenció que quienes más flavonoides ingerían a través de la dieta (sustancias presentes en muchas verduras y frutas, como bayas, cítricos, manzanas, espinacas o brócoli, además de nueces, soja, chocolate amargo, té y vino) tenían menos propensión a fallecer por una enfermedad coronaria o un accidente cerebrovascular (ACV) en los siguientes siete años.
El equipo investigador dividió a los participantes en cinco grupos, según la cantidad de flavonoides que consumían. El quintil que más flavonoides ingería era un 18% menos propenso a morir por cardiopatías o ACV en relación con el quintil de menor consumo de dichas sustancias. Febrero 29/2012 (Neurologia.com)

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Un estudio reciente advierte que muchos adultos jóvenes tienen un engrosamiento de las arterias, o arteriosclerosis, no detectado, que puede provocar enfermedad cardiaca, accidente cerebrovascular y la muerte.
Los investigadores examinaron a 84 hombres y a 84 mujeres jóvenes, entre 18 y 35 años de edad, y sin antecedentes conocidos de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo como diabetes mellitus, tabaquismo, hipertensión arterial, hipercolesterolemia o antecedentes familiares de muerte cardiaca precoz.
Aunque los participantes no tenían ninguno de esos factores de riesgo tradicionales para la arteriosclerosis, muchos presentaban otras señales de la afección, como una mayor circunferencia de la cintura y grasa visceral peligrosa que cubría los órganos internos en el abdomen y el tórax, según el estudio de la Herat and Stroke Foundation of Canada.
Los hallazgos, presentados el 25 de octubre en el Congreso cardiovascular canadiense en Vancouver, verifican investigaciones anteriores que habían hallado que hasta el 80% de los estadounidenses jóvenes muertos en la guerra o en accidentes de tráfico tenían arteriosclerosis prematura y oculta (subclínica).
«La proporción de adultos jóvenes y aparentemente sanos que se supone son «ideales de salud» que ya tienen arteriosclerosis es sorprendente», señaló en un comunicado de prensa de la fundación el autor del estudio, el Dr. Eric Larose, cardiólogo intervencionista y profesor asistente de la Universidad de Laval en Canadá.
Los hallazgos muestran que las medidas de grasa visceral predicen mejor la arteriosclerosis que simplemente revisar el índice de masa corporal (IMC), una medida que toma en cuenta la estatura y el peso. Las personas con mayores cantidades de grasa visceral tienen más arteriosclerosis, aunque sean jóvenes y aparentemente sanas, y pueden beneficiarse de cambios preventivos en el estilo de vida.
«Sabemos que la obesidad es mala, pero estamos obviando a una gran proporción de adultos jóvenes que no cumplen con las medidas tradicionales de obesidad como el peso y el IMC», lamentó Larose.
Anotó que es fácil evaluar los niveles de grasa visceral en el consultorio médico. Se trata simplemente de medir la circunferencia de la cintura.
«Mi mensaje para los adultos jóvenes es que no crean que son super humanos, ni inmunes a los factores de riesgo», señaló en el comunicado de prensa la Dra. Beth Abramson, vocera de la fundación. «Es importante manejar los factores de riesgo en todas las edades. Eventualmente, el estilo de vida pasa factura. Nunca se es demasiado joven para prevenir la enfermedad cardiaca».
Las investigaciones presentadas en reuniones se deben considerar preliminares hasta que se publican en una revista médica revisada por profesionales.
Octubre 30/2011 (Medline)

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Los estudios genéticos consiguen diagnosticar el 50% de las cardiopatías hereditarias que pueden causar muerte súbita, según han asegurado los expertos reunidos en la reunión anual de la Sección de Cardiología Clínica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), celebrada en Málaga. Según han puesto de manifiesto, en la actualidad existe una manera de prevenir con éxito, en la mitad de los casos, más de ocho tipos de cardiopatías hereditarias que pueden provocar muerte súbita en personas jóvenes, a causa de problemas en el músculo del corazón o de fallos en los canales eléctricos del mismo. El programa del encuentro, en el que se han dado cita 150 especialistas en la materia, abordaba la relación entre la cardiología clínica y la Atención Primaria, focalizándose en la evaluación de los factores de riesgo cardiovascular y la traducción a la práctica clínica de las recomendaciones de las guías, así como las evidencias de los últimos trabajos publicados.
En este sentido, han apuntado que, tras el fallecimiento de una persona por muerte súbita o tras el reconocimiento en el centro de salud de un enfermo de alguna de estas enfermedades, resulta imprescindible la realización de un análisis de ADN del afectado para detectar la mutación del gen que le ha provocado la enfermedad. Tras el diagnóstico de este gen, debe de estudiarse, mediante un análisis de sangre, un electrocardiograma y una ecografía, a los familiares de primer grado (habitualmente se examinan a cinco personas por cada afectado), de modo que pueda identificarse si tienen alguna alteración cardíaca o si son portadores de este gen, aunque no hayan desarrollado aún la enfermedad», afirman los especialistas. En caso de ser así, recomiendan que los familiares sigan los consejos de los especialistas, teniendo especial cuidado en llevar hábitos de vida saludables, tratando la fiebre de forma precoz (en el caso del síndrome de Brugada), restringiendo la ingesta de determinados fármacos o controlando especialmente la práctica de deporte, según la cardiopatía de la que se trate. Los estudios genéticos para detectar cardiopatías familiares y muerte súbita deberían ser ya un estándar de actuación sanitaria, ya que cuestan muy pocos recursos y ofrecen diagnósticos precoces muy útiles para prevenir este tipo de enfermedades en varios miembros de una misma familia», comentó el coordinador del Grupo de Trabajo de Cardiopatías Familiares de la SEC, Dr. Juan Ramón Gimeno.
Según destacó, cuando se conoce el defecto genético que causa este tipo de enfermedades en una familia, además del ahorro de tiempo que supone conocer la predisposición genética en sus miembros, se reduce significativamente el gasto sanitario para la prevención de las cardiopatías familiares y la muerte súbita. A lo largo de la reunión se revisaron los últimos trabajos publicados en cardiología clínica, como el estudio «AVANCE», que demuestra que, tras evaluar durante dos años a 2039 pacientes con angina de pecho estable que se encontraban bajo tratamiento, la mitad de ellos seguía padeciendo episodios de angor regularmente (dolor, opresión o malestar, generalmente torácico, irradiado al brazo izquierdo y acompañado en ocasiones de sudoración y náuseas). Más del 39% de los pacientes sufría entre uno y tres episodios de dolor semanalmente y por encima del 10% padecía más de tres eventos de este tipo a la semana. Habitualmente, éstos se desencadenaban tras practicar deporte o exponerse a cualquier tipo de estrés. El mismo estudio demostró que, además, existían grandes diferencias en la percepción que tiene el paciente y su cardiólogo, acerca de la severidad de la angina y las limitaciones físicas que ésta le produce, con una infravaloración por parte del especialista.
Marzo 14/2011, JANO

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Una nueva investigación está desafiando la teoría médica previa de que las personas con «forma de manzana» que portan más grasa alrededor de la cintura corren mayor riesgo de infarto y accidente cerebrovascular que aquellas con «forma de pera», con más grasa en la cadera.
Un estudio en 220 000 personas confirmó que ser obeso -es decir tener un índice de masa corporal o IMC de 30 o más- es el principal factor de riesgo cardíaco, aunque reveló que la distribución de la grasa en el cuerpo no tiene impacto sobre ese riesgo. Sin embargo, otros expertos cuestionaron esos hallazgos, por lo que un amplio grupo de científicos internacionales intentó esclarecer el tema.
Los resultados de este consorcio internacional de científicos sugieren que mientras que controlar el peso y los niveles de grasa sería importante para tratar de hacer que las personas cambien su estilo de vida, los mejores vaticinadores de riesgo cardíaco futuro son las mediciones de la presión arterial, el colesterol y los antecedentes de diabetes mellitus.
El estudio publicado en The Lancet incluyó datos de peso, cadera, cintura, presión sanguínea, colesterol y otros puntos clave de más de 220 000 adultos, los cuales no tenían antecedentes previos de enfermedad cardíaca. Se los siguió durante una década. En ese período, alrededor de 14 000 sufrieron infartos o accidentes cerebrovasculares (ACV).
John Danesh, de la Cambridge University en Gran Bretaña, que fue uno de los  científicos de 17 países que trabajaron en el estudio, dijo que los hallazgos mostraron «básicamente que todos los tipos de obesidad son igualmente malos» cuando se trata de la salud cardíaca. Señaló que los resultados deberían ayudar a guiar la práctica médica en todo el mundo, dado que actualmente los lineamientos nacionales e internacionales brindan diferentes recomendaciones sobre el valor de evaluar los niveles de obesidad para predecir el riesgo cardíaco.
La obesidad se volvió una epidemia global. Más de 500 millones de personas, o uno de cada 10 adultos de todo el mundo, es considerado actualmente obeso, es decir más del doble que en 1980.
Las enfermedades cardiovasculares -que pueden generar ataques cardíacos, ACV y otros episodios fatales- son la principal causa de muerte a nivel mundial, con 17,1 millón de decesos anuales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Londres, marzo 11/2011 (Reuters)

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La contaminación del aire produce más ataques al corazón que el consumo de cocaína e implica un riesgo cardíaco tan alto como el alcohol, el café y el esfuerzo físico, informaron científicos el jueves.
El sexo, la ira, el consumo de marihuana y las infecciones respiratorias o torácicas también pueden disparar ataques cardíacos de diferente tenor, dijeron investigadores, pero la contaminación del aire -particularmente por el tráfico- es el mayor culpable.
Los hallazgos, publicados en la revista The Lancet en la edición del 24 de febrero, sugieren que factores como la contaminación del aire deberían tomarse más seriamente cuando se consideran los riesgos cardíacos y deberían ponerse en contexto junto con riesgos mayores pero relativamente más raros como el uso de drogas.
Tim Nawrot de la Universidad de Hasselt en Bélgica, quien dirigió el estudio, señaló que espera que sus hallazgos también alienten a los médicos a pensar con más frecuencia sobre los riesgos al nivel poblacional.
«Los médicos siempre están viendo pacientes individuales y los factores bajos de riesgo no parecerían tan importantes a nivel individual, pero si son prevalentes en la población, entonces tienen una mayor relevancia en la salud pública», indicó Nawrot en la entrevista telefónica.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe la contaminación del aire como «un riesgo ambiental importante para la salud» y estima que causa anualmente alrededor de dos millones de muertes prematuras en todo el mundo.
El equipo de Nawrot combinó datos de 36 estudios separados y calculó el riesgo relativo por una serie de disparadores de ataque cardíaco y la proporción total de infartos que causaría cada uno de ellos.
El que generó una mayor proporción fue el tráfico, seguido del esfuerzo físico, el alcohol, el café, la contaminación del aire y luego la ira, el sexo, el consumo de cocaína, de marihuana y las infecciones respiratorias.
«De los disparadores de ataque cardíaco estudiados, la cocaína es el más propenso a generar un episodio individual, pero el tráfico tiene el mayor efecto poblacional dado que más personas están expuestas a él», escribieron los investigadores. Londres, febrero 24/2011 (Reuters)

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Un nuevo análisis de sangre podría decir si una persona aparentemente sana corre riesgo de morir por enfermedad cardíaca, según informaron investigadores de Estados Unidos.
Una versión más antigua y menos sensible del test detecta cierta proteína en solo un pequeño porcentaje de las personas, pero un estudio sobre la prueba más nueva creada por Roche mostró que logró detectarla en alrededor de un 25% de 3500 muestras sanguíneas.
Y quienes tenían niveles detectables de la proteína, producida por el músculo cardíaco dañado, eran casi siete veces más propensos a morir por enfermedad cardíaca dentro de los siguientes seis años.
Ambos test buscan una proteína llamada troponina T cardíaca, que indica daño muscular en el corazón, pero la versión más moderna llamada Elecsys Troponin T es 10 veces más sensible.
«Esta prueba se encuentra entre los vaticinadores más poderosos de muerte en la población general que hemos visto hasta el momento», dijo el doctor James de Lemos, de la University of Texas, cuyo estudio fue publicado en Journal of the American Medical Association (JAMA).
«Al parecer, cuanto mayor es la troponina T, más propensa es una persona a tener problemas con su corazón y peores serán las consecuencias, más allá de los otros factores de riesgo», señaló el experto en un comunicado.
Actualmente, las pruebas que buscan la troponina T se usan en los departamentos de emergencia para ver si una persona con dolor en el pecho está teniendo un ataque cardíaco.
Pero De Lemos cree que el nuevo test podría usarse como parte de un control de rutina para observar signos de daño cardíaco que pudieran ser tratados o revertidos con fármacos o cambios en el estilo de vida.
Para el estudio, el equipo realizó la prueba estándar o la más sensible a 3500 personas de diferentes razas en el condado de Dallas entre el 2000 y el 2002. Luego, los participantes fueron seguidos hasta el 2007.
Las personas, entre 30 y 65 años de edad, fueron reunidas en cinco categorías, según sus niveles de troponina T. El equipo usó controles por resonancia magnética para ver la estructura y función del corazón, así como también otras pruebas para ver signos de enfermedad cardíaca.
Los investigadores pudieron detectar troponina T cardíaca en el 25% de los adultos a través del nuevo test, pero en menos del 1% con la prueba estándar.
Los hombres fueron tres veces más propensos que las mujeres a tener niveles detectables de la proteína y los negros, mucho más proclives que los hispanos o los blancos.
«Esta es una correlación realmente muy importante con la muerte prematura en los afroamericanos», dijo De Lemos en una entrevista telefónica.
De Lemos indicó que el estudio apunta a nuevos usos del test de Roche, que actualmente está aprobado en Europa pero no en Estados Unidos.
El autor señaló que la prueba podría usarse con otros factores para predecir qué pacientes corren riesgo de muerte por enfermedad cardíaca. «También identifica a las personas que tienen problemas que podrían tratarse hoy», añadió.
Chicago, diciembre 8/2010 (Reuters)

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