Un pez venenoso posee una molécula con potencial acción contra la esclerosis

Cuando se piensa en un pez venenoso, es común acordarse de la imagen de un pez globo. En la especie así denominada –a decir verdad, un nombre popular de diversos peces del orden de los Tetraodontiformes–, el veneno está presente en la carne. Si se come su carne no tratada previamente para la extracción de la toxina, se corre peligro de muerte. El pez globo es venenoso, pero no tiene colmillos ni espinas para inyectar toxinas en sus víctimas a los efectos de inmovilizarlas. El Thalassophryne nattereri, cuyo nombre popular en portugués es ninquim, habitante de aguas poco profundas, posee todo eso.

El niquim vive en la zona de transición entre las aguas saladas y dulces, escondido en el fondo barroso de ríos y lagunas costeras. En la marea menguante, este pez del color de la arena sobrevive enterrado: puede vivir fuera del agua hasta 18 horas. Quienes caminan por la arena de las playas de las costas norte y nordeste de Brasil, y hasta la costa del estado de Espírito Santo, pueden inadvertidamente sufrir picaduras de niquim. Todos los años surgen relatos de 50 a 100 accidentes en el litoral brasileño. Y esa cantidad real podría ser mayor, dado que la notificación no es obligatoria, ni existe por ahora un tratamiento.

En 2008, un grupo de investigadores del Laboratorio Especial de Toxinología del Instituto Butantan, en São Paulo, desarrolló un suero eficaz contra la picadura del niquim. Ahora, ese mismo equipo, encabezado por las inmunofarmacólogas Mônica Lopes-Ferreira y Carla Lima, descubrió que las hembras de niquim, aunque son menores, tienen una toxina más poderosa que la de los machos.

Los resultados de esta investigación, desarrollada en el ámbito del Centro de Toxinas, Respuesta Inmunitaria y Señalización Celular (CeTICS), uno de los Centros de Investigación, Innovación y Difusión (CEPIDs) que cuentan con el apoyo de la FAPESP, salieron publicados en la revista Toxicon.

En otro estudio, el grupo de científicos ya había observado en el veneno del niquim la presencia de un péptido que mostró tener acción contra la esclerosis múltiple, una enfermedad inflamatoria neurológica autoinmune en la cual el sistema inmunológico afecta a la vaina de mielina que recubre las neuronas, encargadas de la conducción nerviosa. Noviembre 11/2016 (noticiasdelaciencia.com)

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Tomado de Noticias Al Día. Noviembre 12, 2016

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