junio 2014 Archivos

Biólogos de la Universidad de Sheffield (Reino Unido) estudiaron las células madre humanas pluripotentes porque tienen la habilidad de producir cualquier tipo de célula en el organismo. No obstante, utilizar estas células madre en terapias es normalmente obstaculizado por el hecho de que estas pueden adquirir cambios genéticos durante cultivos prolongados no aleatorios y que se asemejan a mutaciones en células cancerígenas.

Los investigadores capturaron imágenes en intervalos de células madre embrionarias humanas para identificar aspectos de su comportamiento que restringen el crecimiento y son el blanco de mutaciones que permiten a las células crecer de un modo más eficiente.

«Con el fin de poder utilizar de forma segura las células madre pluripotentes en medicina regenerativa, necesitamos entender cómo afectan las condiciones de cultivo a las células y cómo pueden permitir la adaptación de cultivo», explica Ivana Barbaric, de la Universidad de Sheffield.

El equipo de investigación combinó el uso de microscopía, rastreo de células individuales y modelos matemáticos para caracterizar los obstáculos que afectan la supervivencia de células madre embrionarias humanas normales y compararlas con células adaptadas.

Los científicos identificaron tres grandes obstáculos que afectan la formación de colonias: la supervivencia tras el revestimiento, el fallo a la hora de incorporarse al ciclo celular y la muerte celular continua tras la división.
junio 19/2014 (Diario Médico)

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Los investigadores han descubierto que un mayor consumo de carne roja en la edad adulta puede ser un factor de riesgo para el cáncer de mama. En cambio, si se reemplazaba por una combinación de verduras, pollo, nueces y pescado se reducía el riesgo, según un estudio publicado en «British Medical Journal».

En esta investigación se analizaron los datos de 88 803 mujeres premenopáusicas con edades comprendidas entre los 26 y los 45 años que habían participado en el «Nurses Health Study II» en el que se habían realizado encuestas sobre la dieta. En esas encuestas se preguntó por el consumo de carne roja procesada, no procesada, pescado, verduras y frutos secos.

Además, se tuvieron en cuenta parámetros como la edad, altura, peso, raza, antecedentes familiares de cáncer de mama, antecedentes familiares de enfermedad benigna de mama, tabaquismo, menopausia, uso de anticonceptivos orales y hormonales. Los registros médicos identificaron 2830 casos de cáncer de mama durante los 20 años de seguimiento y los investigadores descubrieron que introduciendo estos datos en un modelo estadístico se podía estimar el riesgo de cáncer de mama en las mujeres según la dieta.

Los resultados vincularon un mayor consumo de carne roja con un aumento del 22 % de riesgo de padecer cáncer de mama. Cada ración de carne roja diaria se relacionó con un aumento del riesgo del 13 por ciento%, concretamente, 12 % en las mujeres premenopáusicas y 18 % en las posmenopáusicas. También se demostró que si se sustituía la ración de carne roja por aves de corral el riesgo de padecer cáncer de mama en las mujeres posmenopáusicas era menor.

Por otra parte, si se ingería una ración diaria de verduras combinadas con nueces, carne de ave y pescado en lugar de carne roja, el riesgo de padecer cáncer de mama se reducía en un 14 %.
junio 20/2014 (Diario Médico)

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Un equipo de especialistas de la Clínica Universidad de Navarra ha demostrado la alta sensibilidad que ofrecen tres marcadores de remodelado óseo a la hora de descartar si una paciente postmenopáusica padece o no osteoporosis.

Según las especialistas del Laboratorio de Bioquímica del centro hospitalario, las doctoras Patricia Restituto y Nerea Varo, mediante un simple análisis de sangre se pueden conocer los niveles de los tres marcadores y detectar así la presencia de un recambio del hueso acelerado. En caso positivo sería necesaria una densitometría para confirmar el diagnóstico. Las expertas se basan en un estudio sobre 152 mujeres, reclutadas por las doctoras Sonsoles Botella, Amparo Calleja e Inmaculada Colina.

Actualmente, el método recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el diagnóstico de la osteoporosis es la densitometría ósea. La pauta general indica la realización de una densitometría únicamente a aquellas mujeres postmenopáusicas que presenten al menos un factor de riesgo de padecer osteoporosis.

«Sin embargo -destacan las doctoras Restituto y Varo- existen dos claros inconvenientes en la práctica diaria. Por un lado, la densitometría es una prueba económicamente muy costosa. Por otro, debido a una limitación en el número de equipos disponibles en nuestro país, no a todas las mujeres postmenopáusicas con factores de riesgo se les realiza una densitometría, aunque clínicamente esté justificado». Por esta serie de circunstancias, apuntan ambas especialistas, «la osteoporosis no se diagnostica en estadios tempranos».

La epidemia silenciosa

La osteoporosis ha sido bautizada por la OMS como la epidemia silenciosa. Según explica la Dra. Calleja, «se trata de una enfermedad en la que el paciente sufre una pérdida de masa ósea que puede repercutir en el deterioro de la calidad del hueso. El problema es que el paciente no notará ningún síntoma hasta que sea demasiado tarde ya que antes de la fractura los síntomas suelen pasar desapercibidos, tanto para el paciente como para el médico».

Del último estudio epidemiológico completo realizado en España sobre la osteoporosis, se desprende que en 2010 se produjeron 200 000 fracturas por fragilidad, de las que 40 000 fueron de cadera; 30 000, de vértebras; 30 000, de antebrazo y las 100 000 restantes, de húmero y otras localizaciones.

La doctora Calleja aconseja, en este sentido, estudiar especialmente a tres colectivos: mujeres mayores de 65 años, varones mayores de 70 años y el grupo de mujeres y varones que presentan factores de riesgo debido a alguna enfermedad o a la toma de fármacos que disminuyen la masa ósea.
Junio 17/2014 (JANO)

Botella S, Restituto P, Monreal I, Colina I, Calleja A, Varo N.Traditional and novel bone remodeling markers in premenopausal and postmenopausal women.  J Clin Endocrinol Metab. 2013 Dec;98(12):4992. doi: 10.1210/jc.2013-2264.

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