El brote de cólera que estalló hace tres años en Haití y se expandió a República Dominicana y Cuba ha comenzado a diseminarse en la América continental.Durante este último mes han sido confirmados 171 casos en México de una cepa un 95% similar a la que circula actualmente por el Caribe y que a su vez proviene del Sur de Asia.
En agosto también se detectaron media decena de contagios en Venezuela y Chile. La Organización Panamericana de la Salud teme que la enfermedad se extienda por el continente y se convierta, a la postre, en una amenaza global.
La bacteria del cólera se aloja en alimentos y aguas contaminadas. La población más pobre que vive en condiciones sanitarias precarias suele ser más propensa a la infección. Una vez que la bacteria se instala en los intestinos humanos se manifiesta en diarreas, vómitos y fiebre. La enfermedad se torna aguda en uno de cada veinte casos.
Entre el 9 de septiembre y el 18 de octubre de 2013, las autoridades sanitarias de México registraron un total de 171 casos de cólera dispersos en el Distrito Federal y en los Estados de México, Hidalgo, Veracruz y San Luis Potosí. Uno de los pacientes ya falleció y 39 de ellos requirieron hospitalización, según datos del Centro Nacional de Enlace para el Reglamento Sanitario Internacional de México. Al menos en el Estado de Hidalgo se determinó que el agua del río fue la principal fuente de contaminación.
Desde la epidemia que se desató en México en la década de 1991 al 2001 no se habían reportado nuevos brotes de cólera. Esta vez, sin embargo, la cepa es diferente: su perfil genético «presenta una alta similitud (95%) con la cepa que está circulando actualmente en tres países del Caribe (Haití, República Dominicana y Cuba)», señala la última actualización epidemiológica publicada el 19 de octubre por la Organización Panamericana de la Salud.
«Es un momento decisivo para nosotros. (La propagación del cólera) es en realidad una amenaza regional y ahora una amenaza global para la salud», ha dicho Jon Andrus, director adjunto de la Organización Panamericana de Salud, a (NPR, por sus siglas en inglés). «Hemos hecho campaña a través de toda la región para que los países se mantengan en guardia», ha agregado Andrus.
La epidemia que desde hace tres años azota a las islas del Caribe y que desde entonces ha provocado la muerte de 8874 personas comenzó a desarrollarse en Haití en octubre de 2010. El primer caso fue reportado el día 16 en la población de Saint Marc, ubicada en la provincia del Artibonite, a un par de horas en coche desde Puerto Príncipe, la capital. En pocos días, la bacteria se había diseminado por toda la ribera del Artibonite, de donde beben todos los pueblos cercanos. Los haitianos han atribuido la responsabilidad a un grupo de soldados de Naciones Unidas acantonados en esa región, que habrían contaminado con sus heces fecales las aguas del río.
Un total de 8413 personas han muerto en Haití desde que comenzó la enfermedad hasta el 12 de octubre de 2013, según el último reporte del Ministerio de Salud y Población de Haití. Todos los departamentos del país registran cada semana nuevos casos. Desde 2010, la suma de infectados es de 685 509 y el 55,6% ha requerido hospitalización.
En República Dominicana, que comparte con Haití la isla de La Española, la epidemia comenzó un mes más tarde, en noviembre de 2010. Desde entonces, 31 070 pacientes han sido diagnosticados y 458 han muerto. El número de defunciones ha aumentado considerablemente en 2013 con respecto a los dos años anteriores: a finales de 2012, la tasa de mortalidad era de 0,8%, mientras que en octubre de este año se ha disparado al 2,1%; una cifra que casi duplica el promedio de fallecimientos registrados hasta ahora en Haití, que sigue siendo de 1,2%.
octubre 25/2013 (Diario Salud)