La Organización Mundial de la Salud (OMS) quiere evitar la muerte de 74 000 niños que cada año pierden la vida por culpa de la tuberculosis, para ello ha informado de la puesta en marcha por primera vez de un Plan de Trabajo íntegramente dirigido a este objetivo.
Para llevar a cabo esta «Hoja de ruta para la tuberculosis infantil: hacia cero muertes», que ha sido presentada este martes en Washington (EEUU) ante un gran número de líderes mundiales, se estima que será necesaria una inversión de 120 millones dólares por año (más de 88 millones de euros), con los que esperar reducir las nuevas infecciones y mejorar la calidad de vida de los niños ya infectados por la tuberculosis y el VIH.
Cada día, más de 200 niños menores de 15 años mueren innecesariamente de tuberculosis, una enfermedad que es prevenible y curable; de hecho la OMS estima que alrededor de 1 de cada 10 casos de tuberculosis a nivel mundial (de 6 a 10% de todos los casos de TB) se encuentran entre este grupo de edad, pero que el número podría ser aún mayor debido a que muchos niños son diagnosticados.
«Cada niño que muere de tuberculosis es un niño de más», ha explicado el doctor Mario Raviglione, director del Programa Mundial contra la Tuberculosis de la OMS, quien en su intervención ha recordado que «esta hoja de ruta se centra en medidas que los Gobiernos y asociados puedan desarrollar para evitar que los niños que mueran».
Según la OMS se trata de una inversión anual pequeña que podría detener una enfermedad de carácter global. Por ello, el nuevo plan se basaría en los conocimientos más recientes de la enfermedad y en identificar acciones claras para prevenir estas muertes infantiles.
Por el momento se desconoce exactamente quienes serán los donantes, aunque sí se sabe que al menos 40 millones de dólares (29 millones de euros) irán destinados a la terapia antirretroviral contra el VIH y la terapia preventiva (para prevenir la enfermedad activa) para los niños coinfectados con TB y VIH.
Asimismo, se destinarán fondos a la mejora de la detección, el desarrollo de mejores medicamentos para los niños y la integración de tratamiento de la tuberculosis en los programas de salud materno-infantil existentes; aparte de a obtener más profesionales de la salud pediátrica y la TB, y mejores herramientas, es decir, medicamentos, medios de diagnóstico y vacunas, ayudará a captar todo el alcance de la epidemia y de llegar a más niños con el tratamiento que salva vidas antes.
«Demasiados niños con tuberculosis no reciben el tratamiento que necesitan», ha explicado Nicholas Alipui, director de programas de UNICEF, quien ha recordado que la mayoría de estos niños viven en los hogares pobres y vulnerables. «Es un error que los niños deban morir por falta de una cura simple, asequible, sobre todo cuando hay opciones basadas en la comunidad para ofrecer intervenciones que salvan vidas», ha advertido.
Por su parte, el director del Centro para la Salud Global en los EE.UU. El doctor Tom Kenyon, ha explicado que «mediante la ampliación de las herramientas existentes y la inversión en la mejora de los enfoques para el futuro, se puede cambiar el rumbo de esta epidemia oculta».
«Pero hay que poner estas herramientas en manos de los trabajadores de salud de primera línea y el uso de todas las oportunidades para identificar a los niños en situación de riesgo para la tuberculosis», ha añadido.
Diez acciones para salvar vidas
Inicialmente se recomienda diez acciones a nivel nacional y mundial. En primer lugar, incluir las necesidades de los niños y adolescentes en la investigación, desarrollo de políticas y prácticas clínicas; reunir y comunicar mejor los datos, incluyendo las medidas de prevención; y desarrollar la formación y materiales de referencia sobre la tuberculosis infantil para los trabajadores de la salud.
Por otro lado, fomentar los conocimientos locales y el liderazgo entre los trabajadores de la salud infantil en todos los niveles de los sistemas de salud; utilizar estrategias de intervención críticas, tales como la búsqueda intensiva de casos, rastreo de contactos y la terapia preventiva; involucrar a los actores clave y establecer una comunicación y colaboración efectiva entre los sectores implicados.
Finalmente, aconseja desarrollar estrategias familiares y comunitarias centradas integrados para proporcionar servicios integrales y eficaces a nivel comunitario; investigar en distintas áreas: epidemiología, la investigación fundamental, nuevas herramientas, etc; cerrar todas las brechas de financiación para la tuberculosis infantil; y formar alianzas para estudiar y evaluar las mejores estrategias para la prevención y manejo de la tuberculosis infantil.
octubre 7/2013 (Diario Salud)