Casi el 60 % de los casos de cáncer uterino son prevenibles

La actividad física regular y mantener un peso saludable pueden prevenir tres de cada cinco casos nuevos de cáncer endometrial, según una nueva revisión de las evidencias científicas. Los investigadores calculan que el 59 % de los casos de cáncer endometrial (unos 29,500 cada año en Estados Unidos) podrían prevenirse si las mujeres hicieran al menos 30 minutos de ejercicio al día y evitaran la grasa corporal excesiva.

El informe fue publicado el 10 de septiembre por el Instituto Americano de Investigación del Cáncer (AICR) y World Cancer Research Fund International (WCRF).

«La grasa corporal puede producir hormonas que fomentan el desarrollo del cáncer», advirtió Alice Bender, gerente de comunicación en nutrición del AICR. «También sabemos que la grasa corporal se vincula con la inflamación crónica, que produce un ambiente que fomenta el desarrollo del cáncer».

El estudio también descubrió que algunas opciones nutricionales pueden aumentar o reducir el riesgo de una mujer de cáncer endometrial, que es un cáncer del revestimiento del útero.

Beber una taza de café al día puede reducir el riesgo de cáncer del cuello uterino de una mujer en un 7 %, ya sea con cafeína o descafeinado, sugirió la investigación.

Por otro lado, comer muchos alimentos con un índice glucémico alto, como productos azucarados y granos procesados, aumenta el riesgo de cáncer. El estudio halló que el riesgo aumenta en un 15 % por cada 50 unidades de «carga» glucémica.

Todos esos factores influyen sobre hormonas como el estrógeno y la insulina, que se cree que son la raíz del cáncer endometrial, concluyó el informe.

El cáncer endometrial es el cáncer más común del sistema reproductivo femenino. Cada año, en Estados Unidos hay unos 49 600 casos nuevos de cáncer del cuello uterino, más que el cáncer de ovario y el cervical en combinación, según el AICR.

La mayoría de casos de cáncer endometrial se diagnostican en mujeres a partir de los 60 años. No hay un sistema de detección confiable para la enfermedad.

La nueva revisión es parte de un proyecto en curso de WCRF y AICR, en que ambos grupos colaboran para actualizar sus recomendaciones sobre la prevención del cáncer basándose en la evidencia científica más actualizada. Informes anteriores han actualizado recomendaciones para el cáncer de páncreas, de mama y colorrectal.

Los hallazgos del panel son «muy coherentes con nuestra investigación sobre la obesidad y la actividad física», aseguró Mia Gaudet, directora de epidemiología genética de la Sociedad Estadounidense del Cáncer (American Cancer Society).

«El cáncer endometrial presenta asociaciones más sólidas con la obesidad de todos los cánceres que sabemos que se asocian con esta enfermedad», aseguró Gaudet.

Los cambios hormonales asociados con la obesidad fomentan el cáncer endometrial, señaló un miembro del panel revisor, la Dra. Elisa Bandera, profesora asociada de epidemiología del Instituto Oncológico Rutgers de Nueva Jersey.

«El cáncer endometrial es una enfermedad mayormente provocada por una estimulación excesiva y prolongada del endometrio, el revestimiento del útero, por parte de los estrógenos, sin oposición de la hormona progesterona», apuntó Bandera. «La obesidad se asocia con un aumento en la producción de estrógenos en el tejido adiposo en las mujeres postmenopáusicas, y se asocia con una mayor insulina y resistencia a la insulina, además de inflamación crónica. Todos esos factores afectan a las células del endometrio».

Al mismo tiempo, el ejercicio físico tiene efectos protectores que van más allá de mantener un peso saludable.
«Se ha mostrado que la actividad física regular reduce los niveles de estrógeno y de insulina», señaló Bandera. El ejercicio también fortalece al sistema inmunitario y ayuda a mantener un sistema digestivo sano.

El café probablemente reduce el riesgo de cáncer porque contiene potentes antioxidantes, como el ácido clorogénico. Esos antioxidantes pueden prevenir el daño en el ADN, mejorar la sensibilidad a la insulina e inhibir la absorción de la glucosa en el intestino. Todos esos factores podrían reducir el riesgo, concluyeron Bandera y otros expertos del panel.

Pero al aumentar los niveles de glucemia, los alimentos con un índice glucémico alto contribuyen al riesgo de cáncer. Inunda el torrente sanguíneo con glucosa e insulina, comentó Bender, del AICR.

«Una vez más crea un ambiente que puede llevar al desarrollo del cáncer», advirtió. «Me gusta llamarlo caos metabólico».

Sin embargo, Bender desaconsejó exagerar la evidencia sobre los alimentos con un índice glucémico alto, al anotar que algunos alimentos muy malsanos tienen una carga glucémica baja.

«No se puede simplemente elegir alimentos que tengan una carga glucémica baja y pensar que será una dieta saludable. La mantequilla pura no es algo que recomendaríamos a las personas comer todo el tiempo», planteó. «Recomendamos una dieta saludable y bien equilibrada, con muchas frutas y verduras».
septiembre 26/2013 (www.magazinedesalud.com)

En: Noticias #