septiembre 2011 Archivos

La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) aprobó el ensayo clínico de una nueva terapia de células madre que intenta prevenir los daños que causa un infarto, como insuficiencia cardíaca.
La terapia consiste en una inyección de células madre que se suministra a los pacientes tras un infarto y que restaura el abastecimiento sanguíneo para reducir los daños del evento cardíaco.
El tratamiento, llamado Revascor, se inyecta en el paciente inmediatamente después de haber sufrido el infarto para mejorar la función del corazón y evitar consecuencias perjudiciales como la insuficiencia.
Este trastorno, que provoca que el corazón no pueda bombear sangre al organismo de forma normal, se produce cuando el músculo resulta dañado o el tejido muere después de un infarto.
La terapia, diseñada con células madre de adultos jóvenes y sanos, será probada en clínicas del Reino Unido, Holanda y Bélgica con 225 pacientes.
Y eventualmente se espera utilizarla en una variedad de enfermedades cardiovasculares, incluida insuficiencia cardíaca, angina crónica e infarto.
El objetivo principal del ensayo será probar la seguridad y eficacia del tratamiento.
La primera fase de las pruebas, llevada a cabo con ovejas, mostró que la terapia puede mejorar el flujo sanguíneo hacia el tejido dañado por el infarto, limitando así la cicatrización que causa el evento y mejorando la función del corazón.
Los infartos son la principal causa de muerte tanto de hombres como mujeres en muchos países del mundo.
En Europa cada año, más de 1.7 millones de personas sufre un infarto. En Estados Unidos la cifra es de más de 1,1 millones.
Los infartos son causados por la obstrucción de una de las arterias coronarias, por lo que la mayoría de estos pacientes son sometidos a una angioplastia -para ampliar la arteria obstruida- y la implantación de un stent, un tubo artificial, para mantener las arterias abiertas.
Sin embargo, un número alto de los pacientes que sobreviven al infarto desarrollan insuficiencia cardíaca.
Los científicos planean inyectar el Revascor en los pacientes al mismo tiempo que les somete a la angioplastia e implante del stent, en el período de 12 horas posterior al infarto.
«Los datos preclínicos fueron muy alentadores» afirma el profesor Eric Duckers, del Hospital de la Universidad Erasmus, en Holanda, quien está dirigiendo el estudio.
«Estamos emocionados de poder ser pioneros de un enfoque clínico novedoso y mínimamente invasivo que tiene el potencial de mejorar enormemente la calidad de vida de los pacientes que sufren infartos agudos» agrega.
Los expertos subrayan, sin embargo, que todavía falta llevar a cabo más estudios y pruebas antes de que el tratamiento esté disponible en la clínica.
Tal como expresa el profesor Jeremy Pearson, de la Fundación Británica del Corazón «este ensayo experimental está dando otro paso para conocer si la terapia celular puede ser capaz de reparar corazones dañados de forma segura».
«Sin embargo, todavía falta recorrer un largo camino para que podamos confirmar si esta terapia particular tendrá éxito o si existen otras formas más exitosas de promover la reparación del tejido cardíaco dañado» agrega el experto.
La insuficiencia cardíaca es un trastorno incapacitante, progresivo y potencialmente mortal que afecta a cerca de 2% de la población adulta.
Por lo que, tal como señalan los expertos, es urgente encontrar un tratamiento que logre prevenir la enfermedad. Septiembre 8/2011(Diario Salud)

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Las personas están en un riesgo mucho más alto de desarrollar enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) de lo que se pensaba, según un estudio reciente.
Investigadores canadienses hallaron que una de cada cuatro personas mayores de 35 años tiene probabilidades de desarrollar EPOC, que afirmaron es «una de las enfermedades crónicas más letales, prevalentes y costosas». La EPOC incluye enfisema y bronquitis crónica, y el riesgo general de desarrollarla sobrepasa el de insuficiencia cardiaca, y también el de cáncer de mama o próstata.
«Nuestros novedosos hallazgos llaman la atención a la inmensa carga de EPOC en nuestra sociedad… y se pueden usar para combatir la enfermedad (y) justificar la continuación de los programas para la cesación del tabaquismo», escribieron los autores en un comunicado de prensa de la revista The Lancet, que publicó los resultados en una edición especial de la Sociedad Respiratoria Europea (European Respiratory Society).
Los investigadores, del Instituto de Ciencias de la Evaluación Clínica en Toronto, usaron datos de salud sobre trece millones de personas que tenían entre 35 y 80 años de edad, para determinar el riesgo de por vida de desarrollar la afección. En el transcurso de 14 años, se diagnosticaron 579 466 casos de EPOC.
La investigación encontró que la mujer promedio de 35 años tiene más tres veces más probabilidades de contraer EPOC que cáncer de mama en su vida, y el hombre promedio de 35 años tiene más de tres veces más riesgo de EPOC que de cáncer de próstata.
El estudio también señaló que los hombres, las personas que viven en áreas rurales o un estatus socioeconómico más bajo tienen un mayor riesgo de desarrollar EPOC durante sus vidas.
Por otro lado, un estudio distinto en la misma edición de la revista reveló que la derivación (bypass) de las vías respiratorias, un procedimiento experimental y mínimamente invasivo, no alivia los síntomas de enfisema grave, que causa la destrucción e hiperinflación de los pulmones, dificultando que las personas respiren y realicen tareas diarias como comer, bañarse y caminar.
Aunque estudios anteriores habían mostrado que la derivación de las vías respiratorias reducía la inflación de los pulmones y la falta de aire un día tras el procedimiento, el análisis más reciente de 315 pacientes a quienes se dio seguimiento durante un año no halló esos efectos positivos después de un mes o seis meses tras el procedimiento. Además, los pacientes no recibieron un mayor beneficio que los pacientes del grupo de control que se sometieron a un procedimiento placebo.
Los investigadores londinenses del ensayo, conocido como EASE (por la sigla en inglés de dilatadores de la exhalación de las vías respiratorias para el enfisema), dijeron que los decepcionantes resultados se debían a una combinación de factores, que incluían bloqueos con mucosidad. Septiembre 9/2011 (Medlineplus)

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El cáncer epitelial de ovario es la causa ginecológica de mortalidad más frecuente en Europa y Estados Unidos, debido a que es difícil de diagnosticar en sus primeras fases. El tratamiento más eficaz es la extirpación del tumor acompañada de quimioterapia, pero los expertos están buscando nuevos métodos para hacer más efectiva la eliminación total de las células malignas en el quirófano.
Un área prometedora, cuyos primeros resultados con mujeres se acaban de presentar, es la utilización de un marcador fluorescente que se acopla selectivamente a las células tumorales, de forma que las colorea y el cirujano puede distinguirlas con más claridad de las células sanas. Así podría evitarse en un futuro, si los buenos resultados se confirman, que los doctores no sean capaces de demarcar con exactitud los límites del tumor y queden restos del mismo tras la intervención. La técnica, según publica la revista Nature Medicine, se ha probado en un grupo limitado de mujeres y se ha demostrado viable para los cirujanos, ya que no interfirió en sus tareas habituales, y segura para las pacientes, aunque ahora será necesario hacer estudios más amplios para confirmar su utilidad. El avance ha sido posible porque las células del cáncer de ovario expresan exageradamente un receptor de folato (vitamina B). Los investigadores acoplaron un marcador fluorescente al folato, de forma que lograron un compuesto capaz de adherirse a estos receptores e iluminar el tumor en toda su extensión. Así, se inyectó a las mujeres el compuesto y el equipo quirúrgico pudo diferenciar en tiempo real a las células malignas de las corrientes. La técnica ofrece una mayor resolución y sensibilidad que otros métodos radiológicos o la inspección visual y la palpación durante la cirugía, según el doctor Gooitzen van Dam, de la Universidad de Groningen (Países Bajos) y sus colegas. Una limitación de este método es que hay entre un 5% y un 10% de los cánceres de ovario que no expresan en mayor medida el receptor de folato. De hecho, en una de las mujeres en que se ha probado, las células malignas no se iluminaron por este motivo. En cualquier caso, los investigadores creen que el folato es una sustancia idónea para realizar esta técnica, ya que no es tóxico, es barato y se une fácilmente al material fluorescente. Septiembre 19/2011 (Diario Salud)

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La causa primaria de muerte súbita en los adultos jóvenes difiere si ocurre antes o después de los 35 años, reveló una nueva investigación. «Los programas de pesquisa brindan atención desproporcionada en la identificación de la cardiomiopatía hipertrófica», dijo el doctor Robert E. Eckart, del Centro Médico Brooke del Ejército en San Antonio, Estados Unidos. «Mientras que resulta crítico descartar esta enfermedad potencialmente fatal, nos deberíamos concentrar en la causa principal de muerte súbita en los jóvenes, como es el síndrome de muerte súbita arrítmica.», agregó.
Como publica Journal of the American Collage of Cardiology, el equipo de Eckart utilizó el Registro de Muerte Cardiovascular del Departamento de Defensa de Estados Unidos para identificar la causa de todas las muertes súbitas no traumáticas entre el personal militar de 18 años o más durante una década. Los autores revisaron 902 registros con información de las autopsias con etiología cardíaca presunta. La tasa de mortalidad por muerte súbita cardíaca por cada 100 000 personas-años fue de 6,68 para los hombres y de 1,40 para las mujeres. Las tasas por cada 100 000 personas-años pasaron de 3,25 entre los menores de 20 a 105,57 en los mayores de 50. Antes de los 35 años, la causa principal de muerte súbita (el 41 % de los casos) fue «muerte súbita sin anormalidad cardíaca estructural identificable, presuntamente arrítmica». A partir de esa edad, la mayoría (el 73 % de los casos) murió por enfermedad coronaria. Sólo un 6,3 % de las muertes (57) se había atribuido a una cardiomiopatía hipertrófica, mientras que apenas el 2,9% (26) había sido por una cardiomiopatía hipertensiva. «El colesterol y el IMC, que son dos indicadores tradicionales, no estuvieron asociados con el riesgo de muerte súbita por enfermedad coronaria, pero el riesgo relativo dos veces mayor a partir de los 35 años sugiere que debemos bajar el umbral de edad en el que comenzamos a sospechar de la enfermedad, en especial en la población con antecedentes familiares», finalizó Eckart. Septiembre 9/2011 (Medlineplus)

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