La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) aprobó el ensayo clínico de una nueva terapia de células madre que intenta prevenir los daños que causa un infarto, como insuficiencia cardíaca.
La terapia consiste en una inyección de células madre que se suministra a los pacientes tras un infarto y que restaura el abastecimiento sanguíneo para reducir los daños del evento cardíaco.
El tratamiento, llamado Revascor, se inyecta en el paciente inmediatamente después de haber sufrido el infarto para mejorar la función del corazón y evitar consecuencias perjudiciales como la insuficiencia.
Este trastorno, que provoca que el corazón no pueda bombear sangre al organismo de forma normal, se produce cuando el músculo resulta dañado o el tejido muere después de un infarto.
La terapia, diseñada con células madre de adultos jóvenes y sanos, será probada en clínicas del Reino Unido, Holanda y Bélgica con 225 pacientes.
Y eventualmente se espera utilizarla en una variedad de enfermedades cardiovasculares, incluida insuficiencia cardíaca, angina crónica e infarto.
El objetivo principal del ensayo será probar la seguridad y eficacia del tratamiento.
La primera fase de las pruebas, llevada a cabo con ovejas, mostró que la terapia puede mejorar el flujo sanguíneo hacia el tejido dañado por el infarto, limitando así la cicatrización que causa el evento y mejorando la función del corazón.
Los infartos son la principal causa de muerte tanto de hombres como mujeres en muchos países del mundo.
En Europa cada año, más de 1.7 millones de personas sufre un infarto. En Estados Unidos la cifra es de más de 1,1 millones.
Los infartos son causados por la obstrucción de una de las arterias coronarias, por lo que la mayoría de estos pacientes son sometidos a una angioplastia -para ampliar la arteria obstruida- y la implantación de un stent, un tubo artificial, para mantener las arterias abiertas.
Sin embargo, un número alto de los pacientes que sobreviven al infarto desarrollan insuficiencia cardíaca.
Los científicos planean inyectar el Revascor en los pacientes al mismo tiempo que les somete a la angioplastia e implante del stent, en el período de 12 horas posterior al infarto.
«Los datos preclínicos fueron muy alentadores» afirma el profesor Eric Duckers, del Hospital de la Universidad Erasmus, en Holanda, quien está dirigiendo el estudio.
«Estamos emocionados de poder ser pioneros de un enfoque clínico novedoso y mínimamente invasivo que tiene el potencial de mejorar enormemente la calidad de vida de los pacientes que sufren infartos agudos» agrega.
Los expertos subrayan, sin embargo, que todavía falta llevar a cabo más estudios y pruebas antes de que el tratamiento esté disponible en la clínica.
Tal como expresa el profesor Jeremy Pearson, de la Fundación Británica del Corazón «este ensayo experimental está dando otro paso para conocer si la terapia celular puede ser capaz de reparar corazones dañados de forma segura».
«Sin embargo, todavía falta recorrer un largo camino para que podamos confirmar si esta terapia particular tendrá éxito o si existen otras formas más exitosas de promover la reparación del tejido cardíaco dañado» agrega el experto.
La insuficiencia cardíaca es un trastorno incapacitante, progresivo y potencialmente mortal que afecta a cerca de 2% de la población adulta.
Por lo que, tal como señalan los expertos, es urgente encontrar un tratamiento que logre prevenir la enfermedad. Septiembre 8/2011(Diario Salud)
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