Para el año 2030, siete de cada diez muertes en todo el mundo se deberán a enfermedades no infecciosas como las de tipo crónico, advierte la revista médica The Lancet en una serie de trabajos sobre el tema.
Actualmente existen en los países pobres o de nivel medio muchas posibilidades de intervención eficaces en relación con el costo además de nuevas tecnologías, pero la debilidad de sus sistemas de salud imposibilitan a veces enfrentarse al reto creciente de esas enfermedades.
Alrededor de 23 millones de defunciones debidas a enfermedades crónicas -un 60% de las muertes anuales por ese tipo de enfermedades en todo el mundo- se concentran en 23 de estos países.
Y seis de cada diez de esas muertes son de personas de setenta años o menos.
Los elevados índices de tabaquismo en los varones de esos países -que incluyen a Rusia, con un 65% y China, con un 57%- revelan la falta de control existente, indica uno de los trabajos que forman parte de la serie sobre enfermedades crónicas y desarrollo de esa revista médica británica.
Entre las medidas propuestas, además de proteger a los fumadores pasivos del peligro del tabaco y prohibir tanto la publicidad de ese producto como el patrocinio por las tabaqueras de eventos deportivos o de otro tipo, está el incremento de los impuestos.
Pero el único país que ha aumentado hasta al menos un 75% el precio al por menor del tabaco es Polonia, mientras que Irán ha adoptado casi todas las medidas mencionadas antes salvo esa última.
El sobrepeso y la obesidad constituyen también graves problemas, con Argentina a la cabeza con un 74% de hombres afectados y Egipto con un 74% de mujeres.
Los autores predicen que en 14 de esos países los índices de enfermedades infecciosas se reducirán en un 2% anual en los cuarenta próximos años mientras que los casos de cáncer crecerán en un 1,1% y las enfermedades vasculares en un 0,7% al año.
Otro trabajo de la serie examina las estrategias frente a los factores de riesgo de la obesidad en seis países emergentes -Brasil, México, China, la India, Rusia, Sudáfrica- y uno desarrollado, el Reino Unido, como comparación.
En todos ellos, incluido este último, la obesidad y las enfermedades crónicas con ella relacionadas constituyen un grave problema: siete de cada diez adultos mexicanos son obesos o sufren exceso de peso. Los casos de obesidad se han triplicado entre los varones brasileños y doblado entre las mujeres de ese país.
El Reino Unido es mientras tanto el país europeo con mayor número de gordos, y los índices de obesidad van a aumentar en Gran Bretaña en otro 10% en los diez próximos años.
Según los autores de este trabajo, una estrategia de intervenciones múltiples sería mucho más eficaz que otra de intervenciones a escala individual y resultaría además más barata.
La estrategia propuesta incluiría campañas de promoción de la salud en los medios de comunicación, impuestos y subsidios destinados a incentivar el consumo de alimentos más saludables, la regulación de la publicidad de los alimentos destinada a los menores y un sistema de etiquetado obligatorio que indicase el contenido graso, en azúcar o sal de cada producto.
Un paquete preventivo contra las dietas malsanas, la inactividad física y el abuso del alcohol y el tabaco, además del tratamiento de la hipertensión arterial y el colesterol, costaría, según calculan los expertos, entre 1,5 dólares al año por persona en la India y 4,5 dólares en México.
En un comentario que acompaña la serie de trabajos, las federaciones que representan las cuatro enfermedades crónicas más importantes -el cáncer, las cardiovasculares, las respiratorias crónicas y la diabetes mellitus- advierten de que si gobiernos y agencias no gubernamentales hacen caso omiso de esa amenaza, nos encontraremos de pronto con que «las personas sanas serán minoría, los niños malsanos morirán antes que sus padres y los sistemas de salud no podrán dar abasto».
Londres, noviembre 10/2010 (EFE)
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