Historia sucinta de la coloproctología

Aunque etimológicamente la palabra proctología significa «tratado de las enfermedades del ano» y viene de la combinación de las palabras griegas proctos – πρωκτός  – que significa ano, partes escondidas, y logia – λογία -, que siginifica ciencia, estudio, al pronunciar esta palabra los médicos nos
referimos mas bien a las enfermedades del recto. Cuando queremos incluir también las enfermedades
del colon, hablamos entonces de coloproctología.

Si bien la opinión de Etienne May de que el hombre tiene 600 000 años de vida, 6 000 de historia y sólo 200 de desarrollo científico es cierta para muchas ramas de la medicina, no lo es en absoluto en lo concerniente a la proctología, puesto que ésta fue tenida en gran consideración ya en los pueblos más antiguos, y todavía nos impresiona hoy el desarrollo alcanzado entonces, sobre todo en lo que concierne a determinadas técnicas quirúrgicas y a algunos aparatos utilizados en épocas bastante remotas.

Las primeras referencias que tenemos acerca de las enfermedades del recto proceden del Código de Hammurabi (hacia el 2200 a. J.C.), en donde se fijan los honorarios de los proctólogos, lo cual nos hace suponer que eran muy importantes (Hammurabi era rey de Babilonia, de la dinastía Amonta, y mandó grabar en un cilindro de basalto las leyes de su país y, entre éstas, las del ejercicio de la medicina).

En el papiro de Tebas, estudiado por Jorge Ebers (1500 a. J.C.), y que representa una especie de
farmacología de la época, pueden encontrarse muchas recetas para enfermedades del recto.

La historia de la proctología encuentra en el medioevo a uno de sus representantes más ilustres, el
gran cirujano inglés John Árdeme, a quien se puede calificar como un magnífico especialista por sus conocimientos anatómicos de la región y por su dedicación a la materia.

Árdeme nació en Newark (Nottinghamshire) en 1307, de donde pasó a Londres, llegando como cirujano militar a actuar en la guerra de los Cien Años; fue médico del duque de Lancaster, el «Príncipe Negro». Escribió en 1349.un ensayo sobre los enemas e inventó instrumentos quirúrgicos.

Su obra maestra fue «Practica Magistri Johannis de Árdeme», en la cual condensó toda su experiencia y conocimientos de la cirugía anorrectal.

En el siglo XVIII es la Universidad de Padua la que marcha en vanguardia de los estudios proctológicos; pero en el siglo XIX, al fundar Frederick Salmón en Londres el Hospital St. Mark’s, se traslada allí, creo, el interés mayor por las enfermedades del recto.

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