Palma Soriano, 1 de agosto de 1929.
Graduado de Doctor en Medicina en 1956, en la Facultad No.1 del Hospital Universitario «General Calixto García». Vinculado al «Movimiento 26-de julio», del que fue combatiente en la clandestinidad. Durante la agresión mercenaria de «Playa Girón» formó parte del cuerpo de cirujanos destacados en el Hospital establecido en el «Central Australia» por nuestras Milicias Nacionales Revolucionarias y que fuera el centro principal de atención a heridos que llegaban desde el frente de batalla.
Realizó servicios médicos en el central «Elia», en la antigua provincia de Camagüey. Estuvo dedicado a la práctica de la especialidad de Pediatría hasta que de regreso a La Habana comienza como alumno ayudante de anestesiología con el profesor Bernabé Ordaz, en el mismo hospital donde antes se había graduado.
El profesor Emilio Camayd Sogbe, dado el interés que mostraba en las intervenciones quirúrgicas le sugiere cursar la residencia en la especialidad de cirugía general, la que culminó con notas sobresalientes. De esta forma se convirtió en el primer ayudante de este eminente profesor, iniciando una brillante carrera que lo llevaría a planos estelares.
Fundador de las Facultades de los hospitales «Vladimir Ilich Lenin», de Holguín, «Cmte. Manuel Fajardo» (hospital en el que además fungió como director durante dos años); profesor de las Facultades de Ciencias Médicas «Salvador Allende», «Enrique Cabrera» y «Dr. Miguel Enríquez». En este último centro hospitalario fue Jefe del Servicio de Cirugía General durante muchos años, formando a un gran número de residentes que fueron catalogados como brillantes especialistas en el desempeño de sus exámenes y como cirujanos y docentes en diversos hospitales de renombre de nuestro país y en posteriores actuaciones en el exterior.
-Miembro del Grupo Nacional de Cirugía Asesor del Minsap.
-Jefe del Grupo Provincial de Cirugía de la entonces provincia La Habana
-Miembro de la Sociedad Cubana de Cirugía
-Diplomado en cirugía de Mínimo Acceso en vías biliares.
-Especialista de II Grado en Cirugía General
-Profesor Titular y Consultante del ISCM de La Habana
-Profesor de Mérito
-Doctor en Ciencias Médicas
En 1979 ante la enorme cantidad de nuevos alumnos que ingresarían en el 3er. año de la carrera de medicina, el destacado profesor José Fernández Sacasa, recibe del ministro la tarea de crear una nueva facultad de medicina para acoger a los nuevos educandos y es nombrado su primer Decano, con la indicación de que procediera a seleccionar entre los profesores más brillantes de las restantes facultades un claustro con la calidad suficiente para enfrentar el nuevo resto. Entre estos profesionales escogidos fue seleccionado el profesor Pedro Álvarez quién fundó, junto al resto de otros eminentes maestros, la entonces naciente Facultad «Dr. Miguel Enríquez», hospital de donde fue Jefe del Servicio de cirugía general durante muchos años.
Se desempeñó en la hermana República de Nicaragua como Jefe de Cirugía de la misión médica cubana, siendo cirujano asesor de la presidencia de esa nación.
Realizó múltiples intervenciones quirúrgicas de gran envergadura y complejidad, entre ellas a notables personalidades de nuestro país y figuras del ámbito nacional que abarcaron las más complejas técnicas de cirugía en cuello, tórax, abdomen y pared abdominal, sin dejar de mencionar sus incursiones en Ginecología, Proctología, Angiología y ORL, con resultados brillantes en todas estas especialidades.
Las entregas de guardias, conferencias, seminarios y operaciones quirúrgicas dirigidas por él constituyeron joyas de una docencia meticulosa y de una alta rigurosidad en la que se revisaba hasta la saciedad todos los métodos y variantes a utilizar, tanto en el manejo de los casos como en la actualización de las más novedosas técnicas de diagnóstico, terapéuticas y quirúrgicas que debían ser empleadas en cada paciente, pues el profesor se mantenía constantemente actualizado de los nuevos y más recientes logros de la cirugía internacional.
Se mantuvo activo brindando consultas y participando en turnos quirúrgicos electivos después de su retiro durante 15 años. Prestaba ayuda y asesoramiento teórico y práctico de manera continuada; siempre dispuesto a concurrir al hospital cuando era llamado a valorar o atender casos de gran complejidad y mantenía, pese a su avanzada edad, destreza, maestría y habilidades asombrosas que siempre concordaban con sus diagnósticos preoperatorios acertados en los casos más difíciles.
Especial habilidad para reintervenir exitosamente casos en que la terapéutica quirúrgica no había sido satisfactoria o sus resultados no habían satisfecho las expectativas esperadas, incluidos accidentes o complicaciones muy severas, de gran magnitud y complejidad.
Muy conocido en el ámbito quirúrgico y médico en general como uno de nuestros mejores cirujanos. Modesto en sus enseñanzas, recomendaciones o consejos a colegas y alumnos, que veían la extremada decencia, caballerosidad y facilidad para hacerse comprender. Transmitía sus sabias experiencias de una manera clara y preñada de rigor científico y respeto que lo engrandecía aún más y lo rodeaba de un irresistible carisma.
Esta síntesis de su vida, es la que nosotros, sus alumnos durante 35 años, podemos decir ante el titán que parte, pero dejando una estela de la más sincera y elocuente admiración al que nuestra medicina, y en especial la especialidad de Cirugía General, rinde honor póstumo y estamos convencidos que por mucho tiempo se hablará de su memoria imperecedera.
¡Descanse en paz Profesor!, le estamos agradecidos por todos los años que dedicó a enseñar el difícil arte de salvar con sus manos, tanto en nombre de todos aquellos pacientes a los que le salvó la vida o les alivió sus sufrimientos, como de sus colegas, alumnos y amigos.
La Habana, 4 de junio de 2014
Sección Informática
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