ola de calor

Las olas de calor, como las que se registran actualmente a Europa, afectan de manera diferentes a las personas en diferentes ciudades, lo que también se refleja en la cifra de casos mortales, según revela un estudio comparativo realizado en nueve metrópolis europeas.
«Las olas de calor persistentes tienen su mayor efecto sobre la tasa de mortalidad, y las personas mayores, ante todo las mujeres, son las que están en mayor riesgo», señala Daniela D’Ippoliti, de la autoridad de salud regional en Roma.
D’Ippoliti y colegas investigaron la relación entre las olas de calor y un aumento de los casos mortales en las personas mayores de 65 años y presentaron sus resultados en un artículo publicado en la revista «Environmental Health».
Las consecuencias de las olas de calor que se registraron entre los años 1990 y 2004, en las que se determinó la intensidad, la duración y el momento de ocurrencia en el verano, resultaron ser significativamente diferentes: por ejemplo, mientras que en Múnich hubo un 7,6 por ciento más de casos mortales durante el período de calor, en la ciudad italiana de Milán el aumento fue del 33,6 por ciento.
Si el calor persistía y era muy intenso, la mortalidad era algunos días hasta 1,5 a tres veces mayor, según el estudio.
El «horno» causaba la muerte de más personas mayores en las ciudades del Mediterráneo, donde se registraba un aumento del 21,8 por ciento de la mortalidad, que en las metrópolis del norte de Europa (+12,4 por ciento).
En el proyecto denominado «EuroHEAT», los investigadores compararon las ciudades de Atenas, Barcelona, Budapest, Londres, Milán, Múnich, París, Roma y Valencia, que juntas alcanzan unos 25 millones de habitantes.
El estudio remite a escenarios que los científicos pronostican se darán por el calentamiento global: «los eventos meteorológicos extremos podrían aumentar en el futuro en regiones, en las que hasta ahora no se registraban con frecuencia olas de calor».
Los programas preventivos en las ciudades deberían centrarse ante todo en las personas mayores, las mujeres y las personas con enfermedades de las vías respiratorias, para evitar un aumento de la mortalidad por el intenso calor.
«Para nuestro estudio no teníamos datos de por qué la diferencia entre las nueve ciudades es tan grande», indicó D’Ippoliti a la agencia dpa.
Estudios anteriores arrojaron que el grado de aislamiento social de las personas mayores así como el monto de sus ingresos tenían un papel similar a la magnitud de la prevención, explicó la especialista, a la pregunta de por qué Múnich presentaba cifras más bajas de mortalidad que otras ciudades.
Roma, 15 jul (dpa).

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