magnesio

Según un estudio del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic), este mineral reduce las lesiones de calcificación una vez que éstas ya se han formado, con lo que las células que habían comenzado a presentar características óseas vuelven a ser musculares.

Investigadores del Grupo Metabolismo del Calcio y Calcificación Vascular perteneciente al Imibic y al Hospital Universitario Reina Sofía de la capital cordobesa han demostrado cómo el magnesio previene y revierte determinados procesos relacionados con la rigidez de los vasos sanguíneos.

Esto procesos, conocidos como calcificación vascular, se producen cuando las células musculares de las arterias comienzan a acumular calcio y adquirir características más propias del hueso que del músculo. De esa forma, pierden la elasticidad que necesitan para contraerse y transmitir el pulso, lo que está asociado a procesos de hipertensión y otras disfunciones cardiovasculares.

Según apuntan los investigadores, se trata de una enfermedad que está asociada a alteraciones del metabolismo mineral que desarrollan enfermos renales crónicos en estado avanzado, provocándoles problemas de salud graves e incluso la muerte.

En el artículo «Magnesium Inhibits Wnt/B-Catenin Activity and Reverses the Osteogenic Transformation of Vascular Smooth Muscle Cells», publicado en la revista PlosOne (doi:  10.1371/journal.pone.0089525), los científicos han estudiado los estímulos y mecanismos que hacen aumentar y disminuir la calcificación de las células presentes en las arterias y han demostrado que un aporte adicional de magnesio disminuye y revierte esta calcificación.

«Cuando los niveles de fósforo de los pacientes renales aumentan las arterias comienzan a perder sus propiedades musculares y a transformarse en células similares a las encontradas en los huesos, los osteoblastos, incrementando la expresión de genes específicos de estas células», según explica a la «Fundación Descubre» uno de los responsables del estudio, Juan R. Muñoz-Castañeda, investigador de la Universidad de Córdoba y miembro del Imibic.

En este sentido, agrega, «partiendo de ahí decidimos investigar qué factores eran capaces de impedir ese proceso y probar si el aporte adicional de magnesio tiene un efecto beneficio sobre estas células».

Para comprobar el efecto del magnesio se han realizado experimentos «in vitro», es decir, con células aisladas. «Dosis crecientes de magnesio consiguieron descender el nivel de calcificación de las células musculares del vaso sanguíneo y, además, comprobamos que este hecho coincidía con el incremento en la expresión de genes que protegen frente a la calcificación», señala Muñoz-Castañeda.

Asimismo, estudiaron los mecanismos por los cuales se desarrolla esta patología con especial interés en el papel de la ruta imprescindible para la formación de los huesos, la llamada «Wnt/beta-catenina». «Por un lado observamos que el fósforo interviene en el proceso de calcificación activando esta ruta. Posteriormente, comprobamos que al añadir magnesio se inhibían los efectos del fósforo y de forma específica la activación de la ruta «Wnt/beta-catenina», precisa.

Además, demostraron que el magnesio era «capaz de reducir las lesiones de calcificación una vez éstas fueron formadas. Así, las células que habían comenzado a tener características óseas volvían a ser musculares y a su estado inicial, revirtiendo el proceso de calcificación», según detalla Muñoz-Castañeda.

Investigación con pacientes

Paralelamente a este proyecto, se han realizado otros estudios «in vivo», es decir, en animales que validan las conclusiones obtenidas «in vitro». Según apuntan los expertos, el siguiente paso sería comprobarlo en pacientes, ya que aún no hay ensayos controlados donde se evalúe el efecto de aumentar el magnesio en pacientes.

«No obstante, estos resultados deben ser validados in vivo dado que la compleja regulación del metabolismo mineral desencadenada durante la enfermedad renal puede verse alterada por lo que la consecuencias de estos cambios deben ser cuantificadas y evaluadas», apunta Muñoz-Castañeda.

Estos resultados se enmarcan en el proyecto de excelencia financiado por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía titulado «Papel de las células madre adultas y el músculo liso vascular en el daño inducido por la calcificicación vascular. Relación entre fósforo, Wnt/Beta-cateninta y osteogénesis», cuyo investigador principal es Mariano Rodríguez Portillo, catedrático del departamento de Medicina de la Universidad de Córdoba y director del grupo de investigación Metabolismo del Calcio y Calcificación Vascular del Imibic.
junio 23 /2014 (JANO)

Addy Montes de Oca, Fatima Guerrero, Julio M. Martinez-Moreno, Juan A. Madueño, Carmen Herencia, Juan R. Muñoz-Castañeda.Magnesium Inhibits Wnt/β-Catenin Activity and Reverses the Osteogenic Transformation of Vascular Smooth Muscle Cells.PLOS ONE. 25 Feb 2014

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Altos niveles de magnesio en sangre y en la dieta estarían asociados con una reducción del riesgo de sufrir una muerte cardíaca súbita (MCS), según artículo publicado en la The American Journal of Clinical Nutrition.
La doctora Stephanie E Chiuve dijo a Reuters Health que «la MCS es uno de los principales problema de salud pública» y que «la prevención primaria es clave para reducir su incidencia».
En modelos celulares y experimentales, el magnesio demostró sus cualidades antiarrítmicas. Una serie de autopsias reveló un menor nivel de magnesio en víctimas de MCS que en las de traumatismos.
El equipo de Chiuve, de la Escuela de Salud Pública de Harvard en Boston, Estados Unidos, determinó si existen pruebas de una relación entre los niveles de magnesio y la MCS en la población general. Para esto, realizó un análisis prospectivo de información sobre más de 88 000 mujeres participantes de «Nurses Health Study». En 26 años, se registraron 505 casos de muerte súbita o arrítmica.
Otros análisis demostraron que la MCS afectaba significativamente menos a las mujeres con más magnesio en sangre que a aquellas con los niveles más bajos. Lo mismo ocurrió con el magnesio en la dieta. Por cada 0,25 mg/dL más de magnesio en sangre, el riesgo de MCS disminuía un 41%.
La doctora Chiuve comentó: «En el estudio, un mayor nivel de magnesio, en sangre y en la dieta, estuvo asociado con un menor riesgo de sufrir una MCS». «La mayoría de los estadounidenses no ingieren las dosis diarias de magnesio recomendadas. Por lo tanto, elevar su consumo sería una estrategia de prevención primaria de la MCS», añadió la experta.
De todos modos, Chiuve insistió en que el estudio fue observacional y que «se necesitan ensayos clínicos para determinar si esas relaciones son realmente causales».
Nueva York, diciembre 10/2010 (Reuters Health)

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