Los senadores franceses se pronunciaron contra la legalización de la eutanasia, tras un intenso debate sobre una proposición de la ley que quería instaurar «una asistencia medicada para morir».
Por 170 votos contra 142, la cámara alta suprimió el conjunto del texto «intertendencias» presentado por los senadores Jean-Pierre Godefroy, Alain Fouché y Guy Fischer. En la víspera del debate el primer ministro, Francois Fillon, se manifestó opuesto a la eutanasia, invitando así a la mayoría senatorial a hacer lo mismo.
Lo esencial de la proposición de ley estaba contenida en su artículo primero, suprimido: «toda persona capacitada mayor, en fase avanzada o terminal de una afección accidental o patológica grave e incurable, que le inflige un sufrimiento físico o síquico que no se puede calmar o considera insoportable, puede pedir el beneficio (…) de una asistencia medicada que permita, con un acto deliberado, una muerte rápida e indolora».
En el hemiciclo, con un diccionario en la mano, el ministro de Salud, Xavier Bertrand, indicó que la «eutanasia es contraria a nuestros fundamentos jurídicos». El ministro evocó «los enfermos de alzhéimer que no pudieran expresar su voluntad libre y clara». Bertrand saludó «un debate diferente de otros» y abogó por el desarrollo de los cuidados paliativos.
En el transcurso del extenso debate, unos oradores se refirieron a Vincent Humbert, joven tetraplégico que recibió ayuda de su madre para morir en el 2003. «Porque no quiero vivir más situaciones como esta, quiero una ley para que la sociedad asista a la persona que de hecho la pide», declaró el relator Jean-Pierre Godefroy.
«No se arroguen el derecho de decidir en lugar de quienes, lúcidamente, eligieron el momento de poner punto final a su sufrimiento. No les roben su última libertad», expresó en nombre propio la centrista Muguette Dini, presidenta de la Comisión de Asuntos Sociales.
«El mérito de este texto es que llamó la atención del Gobierno sobre la insuficiencia de los cuidados paliativos en Francia», añadió Alain Fouché (UMP), uno de los contados senadores derechistas que apoyó la proposición. La senadora centrista y exsecretaria de Estado Valérie Létard, indicó que votaría el artículo 1 «para que el debate se abra y siga».
Jean-Marie Bockel se declaró en contra por considerar que nos basta con la ley Leonetti, del 2005. Relativa a los derechos de los pacientes al final de la vida, dicha ley impide el ensañamiento terapéutico. «Me avergüenzo del Senado», exclamó Jean-Louis Lorrain, totalmente hostil, que había denunciado en un comunicado «la omnipotencia de la técnica y de la medicina para gestionar nuestra vida».
El presidente de la Asociación para el Derecho de Morir con Dignidad, Jean-Luc Romero, se declaró «optimista sobre la continuación». «Pienso que Francois Fillon ha cometido el mayor error de su vida al desplegar todos los medios del Estado contra un voto de conciencia (de los senadores)», señaló Romero, quien denunció «la presión de la iglesia».
París, enero 26/2011 (AFP)
En: Noticias