La Editorial Ciencias Médicas presenta Oncopediatría. Tumores intracraneales y extracraneales frecuentes, una serie de guías que el Programa del Control del Cáncer, del Ministerio de Salud Pública de Cuba, pone por primera vez a disposición de todos los servicios de oncopediatría del país y hospitales pediátricos. Ampliar…
Una investigación sobre el ácido oleico, el ingrediente principal del aceite de oliva, ha mostrado cómo puede ayudar este a evitar que los genes que causan cáncer actúen en las células. La sustancia aceitosa, que pertenece a un grupo de nutrientes conocidos como ácidos grasos, estimula la producción de una sustancia celular cuya función es prevenir que se formen proteínas capaces de causar cáncer.
La investigación la ha llevado a cabo el equipo de Gracjan Michlewski, de la Universidad de Edimburgo en Escocia, Reino Unido. Aunque lo que se ha descubierto plantea la posibilidad de idear terapias basadas en el aceite a fin de prevenir el cáncer cerebral, Michlewski y sus colegas advierten que es demasiado pronto para decir si el consumo habitual de aceite de oliva podría realmente ayudar a prevenir el cáncer cerebral. Ampliar…
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Las mutaciones en la localización del gen LMO1 se asocian en gran medida con la susceptibilidad al desarrollo de neuroblastoma, lo que podrían influir en la posibilidad de futuras alteraciones que pueden conducir a la progresión maligna, según un estudio del Hospital Infantil de Filadelfia, Estados Unidos, que se publica en la edición digital de la revista Nature.
El neuroblastoma es un cáncer asociado al sistema nervioso simpático que da lugar al 10% de la tasa de mortalidad por cáncer pediátrico. El gen LMO1 se expresa principalmente en el sistema nervioso y, junto con otros miembros de esta familia genética, se encuentra muy implicado en las causas del cáncer humano.
Los científicos, dirigidos por John Maris, utilizaron un método genómico integral para mostrar que mutaciones genéticas comunes asociadas con la predisposición al neuroblastoma podrían también marcar regiones del genoma proclives a las alteraciones somáticas y que pueden influir en la progresión tumoral.
Los autores sugieren que en los cánceres infantiles, como el neuroblastoma, el poder real de los estudios de asociación amplia del genoma podría estar en la identificación de las dianas terapéuticas y los marcadores biológicos de la agresividad de la enfermedad.
Madrid, diciembre 2/2010 (Europa Press)
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