calidad de vida

Siempre es bueno hacer ejercicio físico, aunque solo sea andando un rato cada día. Caminar un poquito más de lo habitual, incluso tan solo 2 minutos extra cada hora, aporta ventajas para la salud y es mucho mejor que el sedentarismo durante horas seguidas, según los resultados de una investigación que ha despertado mucho interés en los últimos meses.

Investigaciones previas han sugerido que permanecer sentado durante largos períodos de tiempo podría incrementar el riesgo de enfermedad y muerte prematura.

Siempre es bueno hacer ejercicio físico, aunque solo sea andando un rato cada día. Caminar un poquito más de lo habitual, incluso tan solo 2 minutos extra cada hora, aporta ventajas para la salud y desde luego es mejor que el sedentarismo durante horas seguidas, según los resultados de la investigación.

Utilizando técnicas estadísticas sofisticadas, los investigadores encontraron que hacer en cada hora un reemplazo extra de 2 minutos de sedentarismo por 2 minutos de actividad física de intensidad ligera (por ejemplo caminar) estaba asociado con un riesgo un 33 % menor de muerte prematura en la población general. La tendencia era aún más marcada en la población con enfermedad renal crónica, donde ese porcentaje de descenso en el riesgo de muerte prematura llegaba al 41 %.

Los participantes de la población general pasaban más de la mitad del tiempo dedicados a actividades sedentarias. Aquellos con enfermedad renal crónica eran incluso más sedentarios y pasaban más de dos tercios de su tiempo dedicándose a actividades de ese tipo.

Andar un poco más cada día, incluso tan poco más como dos minutos extra cada hora a lo largo del día, en vez de permanecer sentado, podría beneficiar notablemente a la longevidad.

Esta es la llamativa conclusión a la que se llegó en una investigación reciente publicada en la Clinical Journal of the American Society of Nephrology (CASJ),, llevada a cabo por el equipo del Dr. Srinivasan Beddhu, de la Universidad de Utah en Estados Unidos.

Los autores del estudio analizaron información sobre 3 626 personas para examinar la importancia relativa de las actividades físicas de intensidad baja y ligera en la población general y en pacientes con enfermedad renal crónica. El seguimiento promedio de los participantes fue de casi 3 años.

agosto 10/ 2015 (SINC)

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Investigadores australianos de la Universidad de Nueva Gales del Sur presentaron una teoría según la cual, los alimentos nutritivos bajos en calorías contribuyen a una vida más larga, publicó recientemente la revista especializada «BioEssays».

Los científicos creen que la limitación de calorías en la alimentación provoca un retraso en el metabolismo, y los experimentos revelaron que la disminución de la intensidad de procesos metabólicos retrasa el proceso de envejecimiento.

Afirmaron que ese efecto se relaciona con un mecanismo protector del organismo humano, pues con la limitación de alimentos aumenta el uso de nutrientes de reserva en las células, así como la reparación del ADN.

Los científicos señalaron igualmente que aunque la extensión de esperanza de vida puede ser un efecto secundario de la limitación de la alimentación, lo que está claro es que una profunda investigación de los mecanismos celulares ayudaría a incrementar la esperanza de vida.

Los primeros experimentos sobre dietas anti-edad y de restricción de calorías fueron llevados a cabo por el bioquímico estadounidense Clive McCay en la primera mitad del siglo XX, que logró aumentar la esperanza de vida de las ratas de su laboratorio, que estaban a dieta hipocalórica.

Una de las ratas de sus experimentos vivió 1800 días, que es el equivalente a unos 200 años de edad para un ser humano.
marzo 21/2014 (AFP)

Tomado del Boletín de Prensa Latina: Copyright 2012 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

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Los cambios relacionados con la edad en las defensas del cuerpo pueden ser responsables de las diferencias en la expectativa de vida promedio entre hombres y mujeres, sugiere la revista Inmunity & Ageing.

Según el artículo, en la medida que las defensas del cuerpo se debilitan con el tiempo, aumenta la susceptibilidad de los hombres a enfermarse y se acorta su vida útil.

La investigación, liderada por el profesor Katsuiku Hirokawa de la Universidad Médica de Tokio, demostró que el número de leucocitos disminuye con la edad y en las mujeres el sistema inmune envejece más despacio.

Los especialistas midieron en muestras de sangre de 350 hombres y mujeres sanos, los niveles de glóbulos blancos y moléculas llamadas citocinas, que interactúan con las células del sistema inmune para regular la respuesta del cuerpo a enfermedades.

El examen también mostró diferencias entre hombres y mujeres en dos componentes clave del sistema inmune, los linfocitos-T, que protegen el cuerpo de infecciones, y los linfocitos-B, que segregan anticuerpos.

«Los resultados indican que la tasa de disminución en esos parámetros inmunológicos es más lenta en mujeres y esto es consistente con el hecho de que ellas viven más», declaró Hirokawa.
mayo 22/2013 (PL)

Tomado del Boletín de Prensa Latina: Copyright 2012 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

Caruso C, Accardi G, Virruso C.  Sex, gender and immunosenescence: a key to understand the different lifespan between men and women?  G Immunity & Ageing 2013.

Hirokawa K, Utsuyama M, Hayashi Y, Kitagawa M, Makinodan T, Fulop T. Slower immune system ageing in women versus men in the Japanese population. Immunity & Ageing 2013.

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La nanotecnología promete soluciones vanguardistas para múltiples problemas de salud y enfermedades de los adultos mayores, por lo que se espera que con ello se prolongue la longevidad de la especie humana y mejore su calidad de vida.
Enrique Casillas Aceves, presidente de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de México, expuso que si el promedio de vida, según la estadística de 2000, es de 74 años para ambos sexos, es importante hablar de que se podrá vivir hasta 124 años con calidad.
En su ponencia Nanotecnología y sus aplicaciones para adultos mayores, dentro del programa la Universidad Autónoma de México (UAM) en octubre, mes de la ciencia y la tecnología 2010, indicó que esa rama médica tiene un impacto revolucionario en la evaluación y la terapia de las enfermedades, que busca un diagnóstico, un dispositivo y nuevos principios de detección.
Además se experimenta con sistemas de liberación controlada, terapias genéticas y nanovacunas y se crean mecanismos y principios moleculares de regeneración de tejidos.
Casillas Aceves comentó que ya existen dispositivos para evaluar o curar enfermedades, como los micri-bivores, concebidos para destruir microbios en el torrente sanguíneo, actúan hasta mil veces más rápido que las defensas naturales y podrían remplazar el uso de antibióticos.
También está el Respiro-cito, robot esférico que imita la acción de la hemoglobina natural presente en los hematíes, con la capacidad de liberar hasta 236 veces más oxígeno por unidad de volumen.
Por otra parte se han creado Biochips, que permiten la obtención de gran cantidad de información y se desarrollan nanopartículas transportadoras de fármacos.
El presidente de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de México precisó que la gerontología es la ciencia que estudia al adulto mayor. Para este país se utiliza la clasificación que sugiere la Organización Mundial de Salud (OMS) a partir de los 60 años: se es viejo joven de 60 a 69 años; viejo maduro de 70 a 79 años y viejo de 80 años en adelante.
En cambio en Europa se corrió esa clasificación cinco años porque es común encontrar adultos mayores de 60 a 65 que son productivos y generalmente son personas calificadas por experiencia laboral.
Ciudad de México, noviembre 5/2010 (Notimex)

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Los asmáticos que conocen bien su enfermedad, los síntomas y las técnicas de control consiguen controlarla con mucho más eficacia que los que tienen poco conocimiento del mal, según un estudio por investigadores de la brasileña Universidad de Sao Paulo (USP).
El estudio de la fisioterapeuta Luciene Angelini demostró que los asmáticos que conocen su enfermedad también tienen mejor calidad de vida que los poco informados, informó este centro académico.
«Conocer la enfermedad es fundamental en el tratamiento», aseguró Agnelini, que propuso que las autoridades sanitarias implanten programas educativos que ayuden a los asmáticos a conocer y autocontrolar su enfermedad.
«La educación en salud es un tratamiento no medicamentoso que debe ser recomendado e incentivado en el manejo de las enfermedades crónicas», agregó la fisioterapeuta.
La investigadora trabajó con tres grupos de pacientes, el primero de los cuales fue sometido a un programa educativo sobre el asma bronquial, sus síntomas, agravantes y técnicas de alivio, el segundo al mismo programa y a un proceso para aprender a autocontrolar la enfermedad y el tercero fue dejado desinformado.
Los pacientes que recibieron las aulas educativas aumentaron su conocimiento sobre el asma bronquial y sobre la terapia de inhalación en un 100%. Los que fueron sometidos al programa educativo y al de autocontrol consiguieron, además de aumentar el conocimiento, controlar la enfermedad en casi un 50%, es decir que se beneficiaron con una reducción de los síntomas como falta de aire, chillido en el pecho, tos y sensación de presión en el pecho.
«Ellos pasaron a faltar menos a la escuela o al trabajo; redujeron el uso de corticoides oral y de las medicinas de control, y disminuyeron la asistencia a los servicios médicos o las hospitalizaciones», según la especialista.
«En este grupo de pacientes también fue registrada una reducción de los síntomas de ansiedad, lo que conllevó a una mejoría. Río de Janeiro, octubre 31/2010 (Xinhua)

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