aspirina

El cáncer es la primera enfermedad en la que los médicos pueden brindar un tratamiento personalizado, al hacer concordar la genética del tumor con un tipo apropiado de quimioterapia, y ahora también podría convertirse en el primer mal cuya prevención puede ser personalizada.

Dos décadas después de que los científicos descubrieran que la aspirina puede reducir el riesgo de cáncer colorrectal, un nuevo estudio determinó que el beneficio es casi exclusivo en personas con genes que producen altos niveles de una enzima en particular.

Aquellas personas cuyo ADN produce bajos niveles de la  enzima obtienen poco o ningún beneficio a partir de la aspirina, reportaron el miércoles los científicos en la revista «Science Translational Medicine».

«Si tienes bajos niveles (de la enzima), tomar aspirinas para reducir el riesgo de tener cáncer colorrectal probablemente no te esté ayudando», dijo el doctor Sanford Markowitz, profesor de genética del cáncer en Case Western Reserve School of Medicine en Cleveland y uno de los líderes del equipo que desarrolló el estudio.

«Pero las personas con altos niveles están recibiendo los mayores beneficios: La combinación de altos niveles de enzimas con la ingesta de la aspirina realmente parece ser clave en reducir cuantitativamente el riesgo de cáncer de colon», sostuvo.

Identificar quién puede disminuir el riesgo de cáncer colorrectal -que según la Asociación Americana del Cáncer, causará la muerte de 50 000 personas en Estados Unidos este año- tomando una aspirina es especialmente importante ya que el fármaco genera un importante riesgo de úlceras y sangramiento gastrointestinal, que puede ser fatal.

Puesto que los peligros gastrointestinales son demasiado elevados como para justificar beneficios inciertos, la agencia  de servicios preventivos de Estados Unidos, que asesora al Gobierno, recomienda a la población en general no usar la aspirina para eludir el cáncer de colon.

«Pero si puedes hacer concordar la prevención con personas que tienen elevado riesgo de desarrollar la enfermedad y las mayores posibilidades de beneficiarse (con el fármaco), esto podría cambiar el balance», dijo el doctor Andrew Chan del  Massachusetts General Hospital en Boston, que también fue uno de los líderes del estudio.

Tanto la aspirina como la enzima, denominada 15-PGDH, atacan las prostaglandinas, unas moléculas que promueven el crecimiento de células en el colon y la inflamación, ambos factores que incrementan el riesgo de desarrollar cáncer.

La aspirina inhibe la producción de las prostaglandinas y la enzima en cuestión las consume, lo que da como resultado menores niveles de moléculas que promueven el surgimiento del cáncer.
abril 25/2014 (Reuters)

Tomado del Boletín de Prensa Latina: Copyright 2012 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

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Cardiólogos internacionales revelaron que tras 20 años de observación del uso de la aspirina o ácido acetilsalicílico, se ha descubierto que reduce el riesgo de desarrollar o morir de ciertos tipos de cáncer, como el colorrectal.
En entrevista, Carlo Patrono, jefe del Departamento de Farmacología en la Universidad Católica de la Escuela de Medicina La Sapienza en Roma, dijo que ese hallazgo surge de la observación y no de estudios específicos, por lo que la autoridad reguladora debe aprobarlo.
El especialista participó con la conferencia «Beneficios de la aspirina en la prevención del riesgo cardiovascular» en la quinta Reunión Internacional de Líderes en Cardiometabolismo y Hemostasis, que este sábado concluye en el balneario del noroeste mexicano. «Existen algunos hallazgos provenientes de análisis de largo plazo acerca de estudios de prevención cardiovascular que sugieren que la aspirina puede también reducir el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer y la muerte por cáncer», enfatizó.
Explicó que lo anterior es válido en particular para los cánceres del conducto gastrointestinal o del esófago, pues el consumir aspirina en bajas dosis en tratamiento para prevenir un infarto o accidente cardiovascular tiene un efecto aparentemente protector.
Estos descubrimientos, resaltó, aún no han sido examinados por ninguna autoridad sanitaria reguladora como la FDA en Estados Unidos y su similar en Europa, «por lo que todavía no existe una indicación aprobada para uso de la aspirina como quimioprevención».
Sin embargo, insistió en que los efectos observados por más de 20 años abren nuevos horizontes y representan una novedad en cuanto a aplicaciones futuras de este fármaco que surgió ya hace como un siglo.
«Pero lo que se necesita es una acción coordinada conjunta entre los laboratorios farmacéuticos (Bayer) que la producen, entidades comerciales y las autoridades reguladoras como la FDA en Estados Unidos y su similar en Europa para que se apruebe su nuevo uso».
Por ello es necesario revisar si existe evidencia reguladora y decidir qué otros estudios se requieren para confirmar o desechar este efecto quimioprotector aparente, agregó el experto.
Informó que este hallazgo de que la aspirina puede reducir riesgos y muerte por cáncer, surgió en el 2010 como resultado de la observación de un neurólogo de la Universidad de Oxford, quien recopiló datos de seguimiento en pacientes que habían ingresado en estudios de prevención cardiovascular.
«El hallazgo más interesante fue que estos estudios, que como promedio son de cuatro a cinco años, no había una diferencia aparente en los índices de cáncer entre aspirina y placebo, algunos durante más de 20 años, pero hubo una ligera desviación de las curvas que describían la frecuencia en la incidencia del cáncer», expuso el médico italiano.
Continuó que después de 20 años de seguimiento se observó que la aspirina reduce el riesgo de cáncer y de muerte por esta causa particularmente el colorrectal; pero la limitación de este estudio es que no fue diseñado con el objeto de estudiar el cáncer.
«De tal manera que queda en manos de las autoridades reguladoras decidir si existe suficiente evidencia como para poder aprobar una nueva indicación para este fármaco o si se necesita hacer estudios clínicos aleatorios para demostrarlo», insistió.
Comentó que también se ha descubierto que la aspirina para la artritis reumatoidea y migraña existen indicaciones claramente establecidas que se basan en sus propiedades analgésicas, es decir, que quitan el dolor, y desinflamatorias.
Sin embargo, con el fin de lograr estos objetivos, se necesita recomendar dosis diarias mayores que para el tratamiento cardiovascular, que pueden dañar el estómago y provocar úlceras, por lo que se tiene que valorar entre riesgo y beneficio.
En lo que se refiere al alzhéimer, se ha sugerido que la aspirina podría tener un efecto protector en el desarrollo de esta enfermedad crónica-neurodegenerativa, pero esto no ha sido demostrado por ningún estudio clínico.
«Hay ciertos datos de naturaleza observacional que sugieren que puede haber un efecto protector, pero son solo hipótesis que no han sido validadas por ningún estudio clínico de asignación aleatoria».
En general reconoció que existe un uso más polémico de la aspirina para prevención primaria, es decir, para personas que no tienen antecedentes de complicaciones cardiovasculares, porque puede haber problemas de hemorragia.
Existen efectos claramente establecidos para la protección vascular, esto se aplica tanto a la prevención secundaria en pacientes de alto riesgo como en el tratamiento agudo de infarto de miocardio, de accidente  cerebrovascular isquémico y síndromes coronarios agudos.
En estos distintos entornos, la aspirina a bajas dosis es un fármaco que puede salvarles la vida a las personas, pero en la gente que no sufre estos riesgos recordó que los efectos adversos son las complicaciones provocadas por sangrado o hemorragia.
«La aspirina aun en el uso de prevención de enfermedad cardiovascular puede incrementar el riesgo de sangrado de una lesión preexistente del estómago o en el duodeno y rara vez se puede presentar en el cerebro», detalló.
El especialista alertó sobre el abuso en el consumo de este fármaco, pues la aspirina también puede inducir una hemorragia cerebral, aunque es un evento mucho menos común que el sangrado gastrointestinal superior.
Cuando se incrementa la dosis de aspirina también se pueden provocar efectos adversos adicionales, incluyendo nuevas úlceras.
Los Cabos, BCS., febrero 19/2011 (Notimex)

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La Aspirina podría aumentar la supervivencia en pacientes intervenidos de cáncer de pulmón
Un estudio de un equipo de investigadores del Liverpool Heart and Chest Hospital (Reino Unido) ha demostrado que la toma regular y a largo plazo del ácido acetilsalicílico, comercializado como «Aspirina» por Bayer Health Care, podría aumentar la supervivencia en pacientes intervenidos de cáncer de pulmón no microcítico. La investigación, publicada en el European Journal of Cardio-Thoracic Surgery, se ha llevado a cabo en 1765 personas que habían sido operadas de cáncer de pulmón no microcítico entre octubre del 2001 y marzo del 2009. De ellas, 412 (un 23,3%) tomaban ácido acetilsalicílico a dosis bajas de forma regular antes de la intervención.
De este modo, el análisis comprobó que la supervivencia en este último grupo de pacientes, pese a tener un mayor riesgo cardiovascular y una peor predicción a cinco años, era un 5% superior comparado con el resto de enfermos.
Hasta la fecha, varios trabajos han demostrado las propiedades de la «Aspirina» en la prevención secundaria de episodios cardiovasculares, pero este fármaco “también podría tener un efecto incrementando la supervivencia de pacientes con determinados cánceres”, explican desde la farmacéutica alemana.
En este punto, los autores del estudio señalan que los beneficios de la «Aspirina» podrían estar relacionados con la acción inhibidora que ejerce sobre la ciclooxigenasa-2 (COX-2), una enzima directamente relacionada con los procesos inflamatorios y la progresión de determinados tipos de cáncer, como el de pulmón.
Otras de las conclusiones extraídas es que, a pesar de que los beneficios de la «Aspirina» a los tres años «no fueran del todo significativos» -algo que podría atribuirse a los fallecimientos originados por recidivas, según los autores-, al cabo de este tiempo el fármaco «sí pareció tener un efecto significativo en la  supervivencia».
Madrid, julio 5/2010 (Europa Press)

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