Un estudio de la Universidad de Michigan (UM) concluyó que extirpar las amígdalas a los niños y enviarlas a un estudio patológico para determinar problemas médicos es una práctica innecesaria y costosa.
Los resultados de la investigación, que se publican en la revista Otolaryngology-Head and Neck Surgery, destacan que cada año se gasta en Estados Unidos cerca de 35 millones de dólares en exámenes adicionales de amígdalas extirpadas.
Miles de niños se someten a esa cirugía para aliviar infecciones recurrentes y problemas obstructivos durante el sueño, y después hay un procedimiento de análisis de amígdalas extirpadas que rara vez conduce a descubrir alguna enfermedad escondida, dijo Marc C. Thorne. El profesor de Otorrinolaringología de la Escuela de Medicina de la UM, y autor principal del estudio, consideró este caso como «un asunto de economía y valores sociales, donde está en juego la forma de hacer un uso racional del dinero que se tiene en el país para el cuidado de la salud».
Los patólogos examinan los especímenes de amigdalotomía de dos maneras: una observación visual y un examen bajo microscopio. El examen con el microscopio cuesta casi tres veces más que la inspección visual.
El 42% de las muestras recibe una inspección ocular, el 38% se estudia bajo microscopio y el 20% se descarta sin observación alguna, según una encuesta hecha en el 2001 entre miembros de la Academia Estadounidense de Otorrinolaringología.
Para determinar la eficacia de cada práctica Thorne y sus colegas revisaron los datos de 5235 amigdalotomías llevadas a cabo en la UM entre 1996 y el 2008. En 4186 casos no se identificó una sola instancia de otra enfermedad adicional, pero el costo colectivo de esos exámenes fue de 150 000 dólares.
Si bien es más adecuado para la identificación de enfermedades el examen visual bajo microscopio, en el caso de las amígdalas ha encontrado muy pocos problemas adicionales. «La incidencia de otras enfermedades es tan baja que se necesitaría gastar más de 750 000 dólares por cada caso de linfoma que se encuentra», dijo.
De 1066 exámenes bajo microscopio se encontraron solo 18 casos de enfermedad, de los cuales se sospechaba antes de la cirugía por otros antecedentes. «Nadie sugiere que carezca de importancia el descubrimiento de cánceres ocultos u otras enfermedades, pero descuidamos otras cosas», agregó.
El investigador consideró que parte del problema se debe a la desconexión entre el servicio y el pago. Indicó que para un padre con seguro médico quizá no haya un costo adicional si la amígdala extirpada de su hijo se examina bajo microscopio, pero como sociedad tenemos que balancear estos deseos individuales con la carga que representan para todo el sistema.
Afirmó que si la decisión de continuar estos análisis se basa en que no importa el costo de detectar a tiempo un linfoma en un niño, entonces, más que exámenes visuales se requieren otros de mayor precisión. «De lo contrario seguimos gastando mucho dinero aunque sabemos que es poco probable que de esa forma detectemos algo», subrayó Thorne, quien, no obstante, estimó que el análisis rutinario de las amígdalas extirpadas tiene el beneficio no clínico para la instrucción de los patólogos. Chicago, febrero 8/2011 (Notimex)
Innecesario y costoso el análisis de amígdalas extirpadas
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