La autopsia es uno de los métodos más antiguos de la investigación médica, sus inicios se remontan a las primeras civilizaciones en Egipto, donde el historiador Manetón narró que el faraón médico Athotis escribió libros de medicina en los que se encontraban descripciones anatómicas en el año 4000 antes de Cristo (a.C.).
O las referidas en China en el siglo IX a.C. en circunstancias especiales, en las que se indicaban ciertos tipos de disección, como lo ordenó el último soberano de la dinastía Yin, quien determinó abrir el tórax de uno de sus ministros. O en la India, en el siglo VI a.C., en que se documentó la existencia de Sushruta, individuo que se dedicaba a realizar disecciones en los cadáveres para su conservación.
El Dr. Andrés A. Morilla Guzmán hace un breve análisis histórico de la importancia de la autopsia en la Revista Cubana de Pediatría.
Morilla Guzmán señala que en los últimos años se muestra una tendencia a la disminución del empleo de la autopsia clínica tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo. Entre las causas que motivan esta disminución, se encuentran los avances tecnológicos que permiten diagnósticos más precisos antes de la muerte, el elevado costo del proceder, lo relacionado con la actitud de los profesionales frente al duelo familiar, el temor ante posibles demandas por mala práctica médica y la negativa del consentimiento informado por parte de la madre, el padre o familiares.
Estas causas se incrementan cuando ocurre la muerte en la etapa pediátrica o neonatal y Cuba no está ajena a esta tendencia mundial.
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