Su control depende de una respuesta más contundente a los determinantes principales de estas epidemias (demográficos, sociales y medioambientales).
El IX Congreso de la Sociedad Española de Medicina Tropical y Salud Internacional (Semtsi), celebrado en Calpe, Alicante, ha reunido a 210 expertos nacionales e internacionales para analizar las últimas novedades en bloques temáticos como Medicina Tropical y Enfermedades Importadas, Microbiología y Parasitología y Cooperación Internacional en Salud.
El reto que supone el impacto de algunas enfermedades a nivel global, y que trasciende todo tipo de fronteras, requiere de avances científicos y tecnológicos, pero también de nuevas formas de mirar la salud, de estrategias y políticas de salud globales que aglutinen sinergias, complicidades y creatividad, y que posibiliten que el conocimiento generado se ponga al servicio de las poblaciones. Es una cuestión fundamental en las virosis emergentes: Ébola, dengue, chikungunya, MERS-CoV, SARS…
Según ha explicado a DM Diego Torrús, responsable de la Consulta de Enfermedades Importadas del Hospital General Universitario de Alicante y miembro del comité organizador del congreso, las enfermedades víricas emergentes «suponen un verdadero reto para la salud pública».
En su opinión, los organismos nacionales e internacionales y actores como agencias de cooperación y ONG se centran fundamentalmente en la mitigación del daño y la adopción de medidas orientadas a detener el brote, la epidemia o la pandemia en curso. Sin embargo, «habitualmente falta una respuesta dirigida a los determinantes principales de estas epidemias, que son de naturaleza demográfica (ocupación de nuevos territorios, contacto con nichos ecológicos de otras especies), social (pobreza, viviendas precarias, hacinamiento) y medioambiental (sobreexplotación y deterioro del medio, agotamiento de recursos naturales, cambio climático)».
La globalización y el cambio climático están posibilitando, en diferentes países mediterráneos, la aparición de casos autóctonos de arbovirosis tradicionalmente circunscritas a regiones de clima tropical y subtropical.
«El ejemplo más preocupante de esta situación en la actualidad es la expansión de Aedes albopictus o «mosquito tigre» en el sur de Europa. En apenas diez años este vector ha conseguido colonizar toda la costa mediterránea peninsular, desde Cataluña a Andalucía, incluyendo también las islas Baleares. La información relativa a la circulación de distintos serotipos de dengue y chikungunya entre humanos y poblaciones locales del mosquito tigre en países de nuestro entorno como Francia, Italia o Croacia en los últimos años, hace muy probable que esta situación sea también extensible a nuestro país en un futuro cercano», ha señalado Torrús.
noviembre 21/ 2015 (Diario Médico)