Un análisis publicado en «Molecular Systems Biology» sobre los perfiles metabólicos de cientos de tumores de ovario ha revelado una nueva prueba para determinar si la enfermedad tiene el potencial de extenderse por el organismo.
«Hemos encontrado una gran diferencia entre los perfiles metabólicos de las células de cáncer de ovario muy agresivas y poco agresivas, particularmente respecto a la producción y uso del aminoácido glutamina», dice Deepak Nagrath, de la Universidad William Marsh Rice (Estados Unidos) y autor principal del estudio. «Las células tumorales de ovario muy agresivas son dependientes de la glutamina y hemos demostrado en laboratorio que privar a estas células de las fuentes externas de glutamina es necesario para tratamientos en los que estas células son el objetivo», añade.
«Por otra parte, las células poco agresivas utilizan una vía metabólica interna para producir una porción significativa de la glutamina que consumen, por lo que necesitan otro tipo de tratamiento, como por ejemplo uno que ataque a las fuentes internas de glutamina», comenta Nagrath. Además, como indica el experto, «cada tipo de cáncer tiene su propia firma metabólica».
Por eso, la investigación ha dado como resultado una prueba bioquímica específica que los patólogos podrían utilizar para guiar los tratamientos con múltiples fármacos. Para esta prueba es necesario medir la tasa entre la cantidad de glutamina que una célula toma del exterior y la cantidad de glutamina que produce internamente.
«Esta tasa es un marcador sólido de pronóstico», afirma Anil Sood, colaborador en el estudio. «Una tasa alta está relacionada directamente con la agresividad tumoral y la susceptibilidad de ser metastásico. Los pacientes con este perfil muestran el peor pronóstico de supervivencia», asegura Sood.
Por otro lado, Nagrath concluye que «la enzima glutaminasa es clave para la absorción de la glutamina desde el exterior de la célula y la glutaminasa es el objetivo principal actualmente en el desarrollo de medicamentos. Sin embargo, hemos descubierto que centrarse únicamente en la glutaminasa haría que pasásemos por alto las células del cáncer de ovario menos agresivas porque están en una etapa metabólica donde ya no son dependientes de la glutaminasa».
mayo 9/2014 (Diario Médico)