Un consorcio internacional de investigadores ha descubierto dos nuevos genes que modulan el riesgo a desarrollar cáncer de mama y de ovario de las mujeres portadoras de mutaciones en BRCA1 y BRCA2. El estudio, publicado en «PLoS Genetics», está firmado por 200 autores de 55 grupos de todo el mundo.
Para este trabajo, los investigadores se organizaron en 2006 en un consorcio llamado CIMBA (Consortium of Investigators of Modifiers of BRCA1 y BRCA2). El CIMBA, con datos de más de 40 000 portadoras de mutaciones en estos genes, dispone de la mayor cantidad de muestras en las que estudiar la interacción de las mutaciones con los SNP.
«El objetivo es crear una prueba con todas las variantes genéticas que sabemos que influyen en el riesgo de desarrollar un cáncer, y a qué edad, de forma que podamos hacer un perfil personalizado para cada paciente», cuenta Ana Osorio, autora y coordinadora del estudio.
Para asociar los SNP al riesgo de desarrollar cáncer de mama u ovario, los autores han trabajado en dos fases: primero analizaron muestras de 1787 portadoras españolas e italianas de mutaciones en BRCA1/2 y lograron acotar la lista a 36 SNP potencialmente interesantes. A continuación, investigaron la importancia de estos últimos en otras 23 463 muestras de CIMBA. Así, han descubierto 11 SNP que inciden en el riesgo, especialmente dos. Sin embargo, su influencia es pequeña, ya que el más importante multiplica el riesgo por 1,12, un 12 % sobre el riesgo basal.
Estos SNP se encuentran en los genes denominados NEIL2 y OGG1, genes que intervienen en la iniciación del mecanismo de reparación alternativo a BRCA1/2. «Además, son genes básicos en eliminar de la célula los productos tóxicos generados por el estrés oxidativo», explica Javier Benítez, director de grupo en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas Carlos III (CNIO) y participante en el estudio.
Por otra parte, este hallazgo podría ser también de interés clínico. Uno de los tipos de fármacos eficaces inhibidores de PARP actúa inactivando la ruta de reparación alternativa. De esta forma, los autores escriben que «estos descubrimientos podrían tener implicaciones en el tratamiento de las portadoras de mutaciones en BRCA1/2 con fármacos inhibidores de PARP.
abril 5/2014 (Diario Médico)