Estados Unidos es el país que tiene mayor gasto por habitante en salud y sin embargo registra los peores resultados en sanidad pública y esperanza de vida dentro de los países desarrollados, según un estudio publicado el miércoles.
La investigación publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA) compara datos en 34 países y revela que por ejemplo Estados Unidos invierte dos veces más por habitante que países como Francia, sin embargo, la nación europea registra una esperanza de vida de 80,9 años y los estadounidenses de 78,2 años.
El gasto de salud por habitante en Estados Unidos fue de 8000 dólares en el 2009, pero a pesar del esfuerzo el país cayó del puesto 20 al 27 de la clasificación del estudio. A pesar de que la esperanza de vida ha progresado en veinte años, la potencia americana progresa menos que otros países.
«Estados Unidos gasta más que el resto del mundo en medicina y es líder en investigación en salud, pero eso no se traduce en una mejora de la salud», afirmó Christopher Murray, uno de los autores del estudio.
Japón sigue siendo el número uno mundial en términos de esperanza de vida con una media de 82,6 años en el 2010, en 1990 la cifra era de 79,1 años.
A pesar de que los estadounidenses viven más tiempo que en el pasado, también tienen más problemas de salud, dolores de espalda o depresiones, entre otros.
«La gente en Estados Unidos vive más tiempo pero no por ello tienen buena salud», explica el estudio.
«El país ha hecho un buen trabajo para disminuir la muerte prematura por crisis cardiaca, pero en lo referente al cáncer de pulmón, las complicaciones de los nacimientos prematuros y otras enfermedades, el país no está al mismo nivel que otras naciones desarrolladas de Europa y Asia», precisó Murray.
La mala alimentación es un factor importante para las enfermedades en Estados Unidos. La dieta es baja en frutas, frutos secos y semillas, pero abundante en sodio, carnes procesadas y grasas.
La enfermedad cardiaca sigue siendo la principal causa de muerte en los Estados Unidos, seguido por el cáncer de pulmón, ocupando el mismo lugar que en 1990.
Por otro lado, la diabetes se elevó a la séptima causa de muerte más común, por encima de su rango de 15 en 1990. La enfermedad de Alzheimer también aumentó considerablemente como causa de muerte, de 32 en 1990 al noveno en 2010.
Murray describió los hallazgos como «una sorpresa para muchos de nosotros en términos de la magnitud de la incidencia de la dieta y la creciente importancia de la obesidad en la contabilización de los patrones que vemos.»
Otro estudio llevado a cabo en paralelo por la Universidad de Washington y publicado en la revista Population Health Metrics, subraya que los estadounidenses hace más ejercicio que hace diez años pero que la obesidad aumenta. Se considera que el 35,7% de los adultos estadounidenses son obesos.
«Tenemos que hacer un gran esfuerzo para efectuar mejores elecciones en nuestro estilo de vida cotidiano, entre otros con una mejor alimentación», concluye Robert Rosenson, cardiólogo de la Mount Sinai Medical Center de Nueva York.
julio 12/2013 (AFP)
Tomado del Boletín de Prensa Latina: Copyright 2012 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»