enero 2013 Archivos

Un grupo de científicos australianos descubrieron que la proteína conocida como ELF5 hace que los tumores vinculados al cáncer de mama sean más agresivos y resistentes a los tratamientos, informan medios locales.

Chris Ormandy, profesor asociado del Instituto Garvan de Sídney, explicó a la emisora australiana ABC que los tratamientos para eliminar o reducir los tumores cancerígenos en las mamas pierden eficiencia ante elevados niveles de la proteína ELF5.

«Desafortunadamente un gran número de mujeres, aproximadamente la mitad de ellas, experimentan en cierto momento una insensibilidad a los tratamientos anti-estrógenos y ven el tumor crecer», señaló el responsable de esta investigación publicada en el portal científico PLOS Biology (doi:10.1371/journal.pbio.1001461).

El científico australiano consideró que su descubrimiento ofrecerá nuevas opciones tanto en materia preventiva como para mejorar los tratamientos anti-estrógenos que ataquen el ELF5, aunque el desarrollo de estos medicamentos aún es lejano.
diciembre 28/2012 (EFE).-

Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2011 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

Maria Kalyuga, David Gallego-Ortega, Heather J. Lee, Daniel L. Roden, Mark J. Cowley, Christopher J. Ormandy. ELF5 Suppresses Estrogen Sensitivity and Underpins the Acquisition of Antiestrogen Resistance in Luminal Breast Cancer. PLOS Biology 27

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Un virus logró curar el cáncer de próstata en ratones, de acuerdo con los resultados de un estudio difundido en la revista Cancer Research.

Científicos de la Universidad británica de Sheffield enmascararon el virus para que los glóbulos blancos no lo destruyeran y pudiera ser introducido en el tumor.

Para ello, los investigadores tomaron muestran de sangre para extraer las células macrófagas del sistema inmunológico entre las cuales lograron camuflar al virus.

Los ratones con cáncer de próstata recibieron inyecciones de glóbulos blancos dos días después de que terminaran un tratamiento de quimioterapia.

En esa parte del tratamiento cada glóbulo blanco portaba solo un par de virus, que se replicaron una vez que penetraron al tumor y eliminaron a las células del cáncer.

Después de 40 días, los ratones tratados con el virus superaron el cáncer.

En comparación, los roedores que recibieron otros tipos de tratamiento murieron.

Aunque los resultados de este estudio son esperanzadores, los científicos aclararon que es necesario ser cautelosos porque enfoques probados en animales no funcionan en humanos.

Sin embargo, esta investigación muestra que el uso de un virus contra los tumores puede aumentar la efectividad de los tratamientos convencionales contra el cáncer.

«Si este tratamiento resulta exitoso en ensayos humanos, podría marcar un progreso sustancial en la búsqueda de mejores terapias para hombres con cáncer de próstata que se ha propagado al hueso», opinó Kate Holmes, jefa de investigación de Prostate Cancer, del Reino Unido.
diciembre 25/2012 (PL)

Shahana Majid,  Altaf A. Dar, Sharanjot Saini,  Sumit Arora, Varahram Shahryari, Mohd Saif Zaman, Inik Chang, et. al. miR-23b Represses Proto-oncogene Src Kinase and Functions as Methylation-Silenced Tumor Suppressor with Diagnostic and Prognostic Significance in Prostate Cancer. Cancer Res 2012 72:6435-6446; doi:10.1158/0008-5472.CAN-12-2181.

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Las células de Wharton son las más eficaces dentro de las de cordón umbilical para su aplicación terapéutica.

En los últimos años, las células madre de distintas fuentes de procedencia se han convertido en una de las puntas de lanza de la investigación en medicina regenerativa y de construcción de tejidos. Las expectativas terapéuticas que se han puesto sobre ellas están empezando a dar resultados alentadores, excelentes en casos concretos. Pero no todo está dicho en este tipo de terapia. Quedan flecos, pequeños matices, cuya resolución, a corto y largo plazo, consolidará a las células madre como medicamentos de probada y elevada efectividad.

La selección de los segmentos o poblaciones celulares más eficaces de cada una de las fuentes de donde se obtienen para medicina regenerativa, así como la obtención del mayor grado de viabilidad en el momento de su implantación, son dos de los aspectos que se han tratado, y despejado, en un estudio publicado en el último Tissue Engineering y que ha sido llevado a cabo por científicos de las universidades de Granada y de Alcála de Henares, en Madrid. En concreto, se han centrado en uno de los distintos tipos de células madre existentes en el cordón umbilical, las denominadas células madre de la gelatina de Wharton, como las más idóneas para su posterior aplicación terapéutica. También se ha confirmado que, además de seleccionar la subpoblación más viable, es necesario concretar un periodo ventana de implantación para obtener su máximo grado de viabilidad.

Antonio Campos, catedrático de Ingeniería Tisular e Histología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada y director del grupo granadino que ha realizado la investigación, ha explicado a DM que hay que tener en cuenta que en el organismo humano existen distintas células madre en los diversos tejidos. Y no todas tienen el mismo grado de viabilidad, en diferentes momentos, cuando se extraen para su posterior uso en la construcción de tejidos artificiales. Por ejemplo, y en el caso de las células de Wharton de cordón umbilical, no empleadas en clínica,»su máxima viabilidad se encuentra entre la tercera y cuarta semana en cultivo. Es posible que los queratinocitos o las células madre de la grasa, por ejemplo, tengan otros periodos distintos de viabilidad».

Hipótesis acertada
En este sentido, Julia Buján, catedrática de Histología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Alcalá de Henares, y coodinadora del grupo madrileño de investigación, ratifica que «todas las células madre, sean de la fuente que sean, tienen que ser protocolizadas y es casi seguro que requerirán de condiciones y tiempos diferentes para cada situación clínica».

Esta máxima especificidad celular dentro de un grupo concreto de células y el conocimiento del periodo de implantación de mayor viabilidad podrían explicar los resultados contradictorios que pueden darse entre ensayos con terapia celular. «Una hipótesis que barajamos es que los pobres resultados del uso de ciertas células madre, cuando se comparan con otros tratamientos, obedecen a que se están utilizando las células que no son las más viables, lo que vuelve a poner de relieve la necesidad de seleccionar la población más viable, dentro de la línea celular madre concreta, para su utilización terapéutica», según Miguel Alaminos, del Departamento de Histología de la Universidad de Granada.

Estas consideraciones han abierto, por tanto, una nueva vía de estudio y de selección de subgrupos de células en otras poblaciones de células madre de tejidos diferentes con el fin de aumentar la eficacia terapéutica. Por ejemplo, el grupo de Granada, entre otros, y como consecuencia de las investigaciones en córneas artificiales, ya han trabajado y publicado en el Journal of Celular Physiolgy resultados con células endoteliales, «en las que se verificaron diferencias. Los estudios con células endoteliales vasculares, pulpa dental y cartilaginosas han mostrado que el principio de heterogeneidad de las poblaciones celulares de cada línea celular se cumple», según Campos y Alaminos.

Los investigadores de la Universidad de Alcalá de Henares también han ahondado en esta cuestión en modelos experimentales. Concretamente el grupo trabaja con células no condicionadas y con células condicionadas al ambiente en el que van a ser trasplantadas «y la diferencia es notoria», según Buján.

Técnicas específicas
Otro de los muchos grupos internacionales que estudian cuál es la fuente de células troncales idónea es el de Jan E. Brinchmann, de la Universidad de Oslo (Noruega), que ha comparado, en modelo animal, las células madre mesenquimales musculoesqueléticas de las obtenidas del tejido adiposo para la regeneración del tejido cardiaco. Según han publicado en Cell Transplantation, ambos tipos celulares reducían el tamaño de la lesión cardiaca y mejoraban la función ventricular izquierda, aunque aún hay que investigar más para determinar si las mesenquimales aisladas de diferentes órganos logran resultados funcionales distintos. El siguiente paso para la catalogación exacta del segmento celular más eficaz es, según Campos, trabajar con técnicas más específicas (las actuales son estandarizadas), que permitan una evaluación celular óptima.

El mundo de la ingeniería tisular abrió la puerta cuando consideró a la células como herramienta terapéutica excepcional. Pero de igual forma, nos ha enseñado que no todas las células son iguales, ni están todas en las mismas condiciones (diferenciación, edad, momento funcional) como para generar una respuesta homogénea y adecuada a cada caso. «Por ello es necesario y fundamental ajustar el tratamiento celular a cada actuación concreta», ha señalado a DM Julia Buján, catedrática de Histología e Ingeniería Tisular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Alcalá, en Madrid, y coautora del estudio publicado en Tissue Engineering. A su juicio, ello precisa de una serie de protocolos que garanticen que las células que van a ser trasplantadas a otro nicho cumplen con los requisitos necesarios para su supervivencia y adaptación para recrear el tejido buscado. La mejora real de la terapia celular, al menos en lo que al componente celular se refiere, es el logro futuro en cuanto a su aplicación clínica. «Otra cosa son las matrices y las señales necesarias para que estas células tengan el medio ambiente idóneo para poder estabilizarse y ser capaces de diferenciarse en un tejido adulto».
diciembre 30/2012 (Diario Médico)

Abu Kasim NH, Govindasamy V, Gnanasegaran N, Musa S, Pradeep PJ, Srijaya TC, Aziz ZA. Unique molecular signatures influencing the biological function and fate of post-natal stem cells isolated from different sources. J Tissue Eng Regen Med. 2012. doi: 10.1002/term.1663.

Artículos Relacionados:

Transdifferentiation potentiality of human Wharton’s jelly stem cells towards vascular endothelial cells

Szöke K, Brinchmann JE. Concise review: therapeutic potential of adipose tissue-derived angiogenic cells. Stem Cells Transl Med. 2012 Sep;1(9):658-67. doi: 10.5966/sctm.2012-0069.

Otto Beitnes J, Oie E, Shahdadfar A, Karlsen T, Müller RM, Aakhus S, Reinholt FP, Brinchmann JE. Intramyocardial injections of human mesenchymal stem cells following acute myocardial infarction modulate scar formation and improve left ventricular function. Cell Transplant. 2012;21(8):1697-709. doi: 10.3727/096368911X627462.

Szöke K, Beckstrøm KJ, Brinchmann JE. Human adipose tissue as a source of cells with angiogenic potential. Cell Transplant. 2012;21(1):235-50. doi: 10.3727/096368911X580518.

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Las personas sanas tienen hasta 400 mutaciones genéticas que en su mayoría son inocuas para la salud, de acuerdo con los resultados de un estudio del «Proyecto Mil Genomas», difundido recientemente. Publicada en la American Journal of Human Genetics por científicos del Instituto Wellcome Trust Sanger, en Cambridge, la investigación revela que esas mutaciones no representan un perjuicio en el portador, pero sí pueden causar problemas cuando pasan a futuras generaciones.

Durante el estudio se secuenció el genoma de mil individuos procedentes de Europa y Asia que no manifestaban problemas de salud.

El objetivo del trabajo fue analizar las diferencias entre las personas y contribuir a la búsqueda de vínculos genéticos a enfermedades.

Como parte de la investigación, se compararon los genomas de 179 participantes saludables con una base de datos de mutaciones humanas creada por la Universidad de Cardiff.

De esa forma, los científicos encontraron que los individuos tienen como promedio unas 400 mutaciones que no representaron un daño para su salud.

Los errores genéticos contribuyen a que las personas sean diferentes, pero también pueden hacerlas propensas a enfermedades, indicó David Cooper, de la Universidad de Cardiff, quien también intervino en la pesquisa.

«No todos los genomas humanos tienen secuencias perfectas. El genoma humano está lleno de fallas arquitectónicas y dominantes», señaló el experto.

En algunas personas, las fallas genéticas provocan trastornos moderados, pueden permanecer inactivas o manifestarse tarde en la vida.

A ninguno de los participantes en la investigación se le comunicó sobre sus errores genéticos.

Sin embargo, en la medida en que la secuenciación de ADN se hace común aparecen nuevos dilemas éticos sobre si las personas deben ser puestas sobre aviso, principalmente cuando los riesgos son aún inciertos, indicó Chris Tyler-Smith, director del estudio.
diciembre 30/2012 (PL)

Yali Xue, Yuan Chen, Qasim Ayub, Ni Huang, Edward V. Ball, Matthew Mort, et. al. Deleterious- and Disease-Allele Prevalence in Healthy Individuals: Insights from Current Predictions, Mutation Databases, and Population-Scale Resequencing. The American Journal of Human Genetics 2012, Vol 91 (6), 1022-1032, doi:10.1016/j.ajhg.2012.10.015.

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El Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell) ha celebrado una conferencia centrada en medicina personalizada aplicada a cáncer, un ámbito en el que se buscan puntos flacos en el metabolismo y en la genética y epigenética del cáncer que puedan ser útiles contra los tumores.

Durante los últimos 30 años el abordaje del cáncer se ha centrado en dianas como los oncogenes, responsables del desarrollo de la enfermedad. Aunque los éxitos han sido numerosos, en fechas recientes se ha confirmado que el desarrollo de fármacos como imatinib o trastuzumab ha alcanzado su cénit, con muy pocos agentes desarrollados en los últimos cinco años. Como ha señalado Manel Esteller, director del Programa de Epigenética y Biología del Cáncer y organizador de la jornada, apenas el 10 % de los tratamientos antitumorales siguen criterios moleculares, por lo que el objetivo en la próxima década sería alcanzar, al menos, el 50 %.

Posible toxicidad
«Está claro que muchos genes tienen muchos oncogenes, mientras que otros no. Y muchas de las aberraciones genéticas de los cánceres se deben a la pérdida de función de ese gen que, como no es una diana, nos conduce a un camino sin salida. Creo que comienza ahora una era en la que no se tendrá éxito buscando oncogenes como dianas. Se habla de combinar diferentes inhibidores, pero pienso que eso causará más toxicidad que no tolerarán los pacientes», ha recalcado Tak Mak, director del Instituto Campbell Family para la Investigación de Cáncer de Mama en el Hospital Princesa Margarita, de Toronto (Canadá).

En su opinión, la pregunta que hay que plantearse es qué camino tomar ahora. «En el futuro, deberemos comenzar a pensar en elegir como diana el estado de transformación de la célula de cáncer con independencia de dónde venga. Dicho de otro modo: si se transporta un carro de Madrid a Barcelona, no importa si el carro se lleva por carretera, por la vía del tren o por avión: lo importante es que está aquí y es con eso con lo que nos tenemos que manejar».

División independiente
Del mismo modo, y según el experto, al sistema inmune no le importa cómo se desarrolla el cáncer, porque al final ataca el tumor según las propiedades del estado de transformación. Sin olvidar que tiene 90 cromosomas o más frente a los 46 de las células normales; por eso tienen la facultad de dividirse con independencia de su procedencia. Y comprenderlo creo que es el futuro».

Según Esteller, es evidente que se sumarán otras dianas como los fármacos epigenéticos, los agentes que actúen en el nicho del ambiente inmunológico en el que se desarrolla el tumor y, como ha indicado Tak Mak, aprovechar la característica de que los tumores sean aneuploides.

Relación entre obesidad y cáncer hepático
La relación entre obesidad y cáncer de hígado ha sido otro de los temas tratados en el encuentro. La inflamación de bajo nivel que causa la obesidad en el hígado induce esteatohepatitis no alcohólica, que causa daño y estrés al órgano y que puede desembocar en cáncer. «Hay varios marcadores que lo indican, como los lípidos y el hígado graso. Son habituales en Estados Unidos, donde la tasa de obesidad es elevada. Por este motivo, los marcadores verdaderamente útiles son aquellos que muestran daño hepático, aunque no sabemos todavía el agente. Sospechamos que podría ser el estrés endoplásmico reticular y el estrés oxidativo», ha teorizado Michael Karin, profesor de Farmacología en la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos). Y ha recordado que, una vez que el daño se ha producido en el hígado, «este trata de regenerarse, pero a su vez se origina daño crónico que también produce regeneración y en el que las células continúan dividiéndose, de manera que el estrés oxidativo causa mutaciones y desarrollo del tumor».
diciembre 31/2012 (Diario Médico)

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Los pacientes con sobrepeso u obesidad tienen mayor probabilidad de sobrevivir y de padecer menos discapacidades tras sufrir un derrame cerebral que aquellos con un peso ideal, revela un estudio difundido por la clínica universitaria berlinesa de la Charité.
Ciertamente, el riesgo de padecer un primer accidente cerebrovascular es mayor para las personas con sobrepeso que para las de peso normal, es decir, aquellas con un índice de masa corporal entre 18,5 y 25, según los criterios de la Organización Mundial de la Salud.
No obstante, el riesgo de tener un nuevo derrame no aumenta en ningún caso en los pacientes obesos que ya han sufrido anteriormente un ictus cerebral, señala el estudio, publicado en la revista European Heart Journa (doi: 10.1093/eurheartj/ehs340).
Según Wolfram Doehner, del Centro para la Investigación del Ictus de Berlín, en la Charité, y principal autor del estudio, «las conclusiones son nuevas para los pacientes con un derrame cerebral».
«Las líneas de tratamiento para accidentes cerebrovasculares en Alemania, Europa y Estados Unidos recomiendan hasta el momento bajar de peso después de un primer derrame, siempre y cuando se de el caso de sobrepeso u obesidad», señaló.
No obstante, «estas recomendaciones se basan en opiniones de expertos sustentadas únicamente en conclusiones extraídas de la prevención primaria, ya que hasta el momento se carece de datos reales» al respecto, agregó.
Según el estudio, en el que se analizaron los datos de 1521 pacientes de un trabajo de investigación realizado por varios centros entre 2003 y 2005, las personas de bajo peso son las más afectadas tras un accidente cerebrovascular.
Mientras el riesgo de morir de un ictus cerebral es un 14 % menor en personas con sobrepeso que en aquellas con un supuesto peso ideal, en el caso de pacientes obesos es incluso entre un 24 y 45 % inferior.
Las conclusiones que se pueden extraer de este trabajo de investigación «contradicen nuestro mantra repetido una y otra vez de la delgadez como garante universal para la salud», señaló Doehner.
Matizó, no obstante, que «en el caso de pacientes con enfermedades preexistentes, la gestión del peso debe ser evaluada de otra manera».
Esta relación aparentemente contradictoria, conocido como «paradoja de la obesidad» («Obesity Paradox») ya se había observado anteriormente en otras enfermedades crónicas, como la insuficiencia cardíaca.
Este nuevo estudio revela por primera vez que esta «paradoja de la obesidad» es válida también en el caso de accidentes cerebrovasculares.
enero 3/2013  (EFE).-
Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2011 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»
Wolfram Doehner, Johannes Schenke, Stefan D. Anker, Jochen Springer,  Heinrich J. Audebert. Overweight and obesity are associated with improved survival, functional outcome, and stroke recurrence after acute stroke or transient ischaemic attack: observations from the TEMPiS trial. Eur Heart J. Oct 16, 2012

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Se ha estudiado el uso potencial de la variación de los leucocitos como una herramienta diagnóstica predictiva y de investigación en los cánceres no hematológicos.
El Dr. Devin Koestler, un bioestadístico en la Facultad de Medicina Geisel en Dartmouth (Hanover, NH, EUA) y sus colegas, están estudiando el potencial de variación de los leucocitos con fines de diagnóstico. Dr. Koestler desarrolla y aplica métodos estadísticos a grandes volúmenes de datos, buscando nuevos métodos para entender la enfermedad, el cáncer en particular. Él se concentra en el desarrollo y aplicación de métodos estadísticos para el análisis de datos genómicos.
El interés del Dr. Koestler, quien trabaja en el Programa de Ciencias Biomédicas Cuantitativas, es el desarrollo de herramientas computacionales y estadísticas para investigar el proceso de metilación del ADN. En la metilación, un grupo metilo se une al ADN, causando, algunas veces que la función del ADN cambie dramáticamente. Por ejemplo, el grupo metilo puede bloquear la expresión de un gen supresor de tumores.
«Cuando tenemos una enfermedad, se afecta nuestro sistema inmune», explica el Dr. Koestler. «Responde proporcionando las células necesarias para combatir esa amenaza. En la sangre, los leucocitos suministran la respuesta inmune».
Los estudios mostraron diferencias en los patrones de metilación en los leucocitos de los pacientes con cáncer, en comparación con los individuos sin cáncer. Cada tipo de leucocitos, o subconjunto, muestra su propio patrón distintivo de firma de metilación. Las proporciones de estos subconjuntos identificables cambian, dependiendo del tipo de enfermedad que puedan estar combatiendo.
Utilizando datos de estudios de cáncer de ovario, vejiga, y de cabeza y cuello, los científicos demostraron correlaciones estadísticamente significativas entre los cánceres específicos y las firmas de metilación que caracterizan los subconjuntos de leucocitos. Analizar las proporciones relativas de los tipos de leucocitos en la muestra de sangre puede ayudar a predecir la aparición de un cáncer particular o identificar y diagnosticar un cáncer en progreso. La alternativa de analizar la sangre de un paciente es preferible a ser sometido al procedimiento invasivo que es la biopsia quirúrgica.
Las ventajas de utilizar patrones de metilación para evaluar las proporciones de subtipos de leucocitos en los estudios de cáncer se extienden más allá de la cabecera del paciente al mesón del laboratorio. El Dr. Koestler dijo: «Hay una promesa para una nueva herramienta diagnóstica. Lo que mostramos aquí no está listo para la utilidad clínica inmediata, pero creo que está en el camino correcto».
enero 7/2013 (Hospimédica.es)

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