El estudio más amplio que se ha hecho sobre el impacto de las mamografías muestra que éstas logran una «reducción significativa» en el número de muertes por cáncer de mama.
El profesor Duffy y su equipo llevaron a cabo un registro de 133 065 mujeres de entre 40 y 74 años en Suecia, que fueron divididas en dos grupos.
El primer grupo recibió una invitación para someterse a mamografías y el segundo fue sometido a los chequeos normales de salud.
Entre las mujeres del primer grupo, aquellas de entre 40 y 49 años fueron sometidas a mamografías cada 24 meses y aquellas de entre 50 y 74 años cada 33 meses, durante un período de siete años en promedio.
Al final de este lapso hubo 30% menos muertes por cáncer de mama entre las mujeres del primer grupo que entre aquellas no sometidas a radiografías.
Casi tres décadas después de que se iniciara el estudio, los científicos revisaron los registros originales y los de seguimiento para calcular el efecto de largo plazo de los análisis de mamografía en la mortalidad por cáncer de mama.
Nuevamente, los resultados fueron similares a los del ensayo original, con menos muertes entre las que tuvieron mamografías.
Y además, dicen los autores, «aunque el efecto relativo de los análisis en la mortalidad por cáncer de mama continuó siendo estable durante el período de seguimiento, el beneficio absoluto en términos de vidas salvadas se incrementó proporcionalmente con el número de veces que se estudió a las mujeres».
Después de 29 años, los resultados mostraron que por cada 400 a 500 mujeres sometidas a mamografías cada dos o tres años se logró evitar una muerte por cáncer de mama.
A largo plazo, explica el profesor Duffy, «el impacto total de las mamografías regulares en términos de prevención de muertes fue más del doble de la cifra alcanzada en el estudio de siete años».
Según el científico, estos datos apoyan la evidencia sobre los beneficios a largo plazo de las mamografías regulares, y «las mujeres y sus médicos deberían discutir qué es lo que pueden esperar sobre estos análisis de detección».
«Lamentablemente, no podemos saber con certeza quién desarrollará cáncer de mama y quién no», advierte el investigador.
«Pero si usted participa en un análisis de mamografía y se le diagnóstica la enfermedad en una etapa inicial, tendrá muy buenas posibilidades de que su tratamiento sea exitoso», agrega.
Aunque el cáncer de mama sigue siendo uno de los tipos de cáncer más frecuentes y la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres en muchos países del mundo, muy pocos países ofrecen, como parte de sus programas nacionales de salud, mamografías regulares de escrutinio para las mujeres.
Y países como el Reino Unido, Suecia y Canadá sólo ofrecen mamografías de escrutinio a las mujeres mayores de 50 años.
La investigación, que siguió a más de 130 000 mujeres durante cerca de 30 años, revela que entre las participantes que fueron sometidas a mamografías regulares murieron 30% menos mujeres por causa de la enfermedad que entre aquellas que no recibieron el análisis.
Los resultados, publicados en la revista Radiology, demuestran que el número de fallecimientos que pueden prevenirse aumenta si las radiografías se llevan a cabo año tras año.
«Estos datos son una nueva evidencia de los beneficios de largo plazo de los análisis de escrutinio regulares de las mamas», expresan los científicos de la Universidad Queen Mary de Londres que llevaron a cabo el estudio.
«El cáncer de mama puede tardar muchos años en desarrollarse, así que para poder saber si las mamografías son efectivas necesitamos observar a las mujeres durante un largo plazo», explica el profesor Stephen Duffy, quien dirigió la investigación.
«En este estudio, continuamos monitoreando a las mujeres durante casi tres décadas y encontramos que entre más tiempo las analizamos más vidas pudieron salvarse», agrega. Junio 29/2011 (Diario Salud)
Las mamografías sí previenen muertes por cáncer
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