Se celebró por primera vez el año 1986. Este Día se observa anualmente el primer lunes de octubre, en virtud de la Resolución 40/202 adoptada por la Asamblea General en 1985. La idea es reflexionar sobre la situación de nuestros pueblos y ciudades y el derecho básico de todos a la vivienda adecuada.
También tiene el propósito de recordar al mundo su responsabilidad colectiva para el futuro del hábitat humano.
En 2050, se prevé que alrededor del 70 por ciento de la población mundial viva en zonas urbanas. El rápido crecimiento urbano está principalmente ocurriendo en países menos capaces de hacer frente a la demanda de puestos de trabajo, vivienda adecuada y servicios urbanos básicos.
Cerca de mil millones de personas, o el 33 por ciento de la población urbana en los países en desarrollo, viven en barrios marginales, en condiciones inequitativas y con alta mortalidad. Si no lo dirigimos correctamente, esta tendencia puede convertirse en fuente de inestabilidad social y política.
Lo que hoy es conocido como Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, comenzó como la Fundación Hábitat, órgano que estaba vinculado al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Era el comienzo de la década del 70. En 1976 se llevó a cabo, en Vancouver, Canadá, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos (Hábitat I).
En ese evento la Fundación Hábitat cambió de nombre y se transformó en el Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (CNUAH), con sede en Nairobi, Kenia. En 2002, por decisión de la Asamblea General, el CNUAH pasó a ser el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, ONU-Habitat.
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