Artículos recomendados

La psoriasis es una enfermedad común crónica, autoinmune ainflamatoria. La literatura indica que el curso de la psoriasis puede alterarse por los cambios hormonales de la menopausia. La menopausia se define como el último período menstrual confirmado por al menos 12 meses de ausencia de periodo menstrual. La transición de la menopausia influye en la actividad del sistema endócrino. Ampliar…

Las fluctuaciones de estrógenos y progesterona que definen la menstruación se asocian con numerosos cambios fisiológicos y psicosociales. Se tiene limitado entendimiento del efecto de estos cambios hormonales en la piel, sin embargo está claro que varias enfermedades cutáneas están influenciadas por ellos. En este artículo se exploran las manifestaciones clínicas y mecanismos del ciclo menstrual y sus efectos en la piel. Ampliar…

Un compuesto contenido en las uvas puede  proteger la piel contra los rayos ultravioletas, hallazgo difundido  en la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry . Los flavonoides, compuestos antioxidantes, al parecer, inhiben la formación de especies reactivas de oxígeno (ERO) que incluyen los radicales libres y peróxidos. Esas moléculas pueden causar reacciones químicas en el ADN y como consecuencia daño o muerte celular, explicaron científicos de la Universidad de Barcelona y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC). Ampliar…

Los dermatólogos enfatizan que no existe una cantidad segura de exposición al sol. El «brillo saludable» vinculado con el bronceado es de hecho una señal de peligro, de acuerdo a una dermatóloga. «La noticia triste es que desafortunadamente, no existe manera segura de broncearse. Las investigaciones dejan claro que no existe un nivel de corte para la cantidad segura de sol», dijo la Dra. Angela Lamb, profesora asistente de dermatología en la Escuela de Medicina del Hospital Mount Sinai en Nueva York. Ampliar…

Megha M. Tollefson, MD, Anna L. Bruckner Pediatrics 2014; 134:e1735 .Atopic Dermatitis: Skin-Directed Management

La dermatitis atópica (DA), comúnmente conocida como eccema, es una enfermedad crónica, recidivante, y a menudo un trastorno inflamatorio de la piel intensamente pruriginoso. Un estudio epidemiológico reciente que utiliza datos nacionales sugirió que la prevalencia pediátrica es al menos del 10% en la mayoría de los Estados Unidos. La DA afecta principalmente a los niños, y la aparición de la enfermedad se produce antes de los 1 y 5 años en el 65% y el 85% de los niños afectados, respectivamente.

Se está incrementado el número de visitas al consultorio de los niños con DA. Hasta el 80% de los niños con DA son diagnosticados y manejados por el personal de atención primaria, a menudo pediatras. Aunque puede requerirse la participación de subespecialistas médicos, tales como dermatólogos pediatras y/o alergólogos pediátricos, para proporcionar una atención más avanzada en los niños con DA, la falta de un suficiente número de esos médicos, particularmente dermatólogos pediatras, probablemente significa que la carga del cuidado de la DA seguirá estando en el personal de atención primaria.

Aunque se publicaron guías de consenso y parámetros de prácticas con respecto al manejo de la DA en niños, persiste una considerable variabilidad en la práctica clínica, especialmente en relación al rol que el baño, la hidratación, los medicamentos tópicos, y las alergias desempeñan en el manejo. Las inconsistencias en los enfoques de opinión y tratamiento, así como la naturaleza crónica y recurrente de la DA pueden conducir a la frustración para el paciente, la familia y los agentes de atención primaria en el manejo de la DA.

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Dres. Batya B Davidovici, Ronni Wolf. Clinics in Dermatology (2010), 12-16

El acné es la enfermedad de la piel más prevalente, afecta cerca del 85% de la población entre 11 y 30 años.  No es una enfermedad amenazante para la vida; sin embargo, puede durar años y causar cicatrices físicas y trastornos emocionales.

Varios estudios recientes han evaluado el conocimiento, pensamientos y percepciones sobre la causa del acné en pacientes y familiares.  Es interesante saber que no se observaron diferencias significativas entre los pensamientos y percepciones de la patogénesis del acné, y el rol de la dieta se notó entre los pacientes de distintas sociedades y culturas.

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NUEVA YORK (Reuters Health) – Un panel federal de expertos de Estados Unidos se unió a la lucha contra el cáncer de piel al instar a los médicos a aconsejarles a los más jóvenes con piel blanca cómo protegerse del sol.

«Por definición, la piel blanca no se broncea mucho, por lo tanto, ¡hay que dejar de intentarlo!», dijo la doctora Virginia Moyer, responsable del panel llamado U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF). «Lo único que están haciendo estos jóvenes es dañarse la piel», añadió.

La propuesta, cuyo borrador aparece en el sitio de internet del USPSTF, es un nuevo intento por proteger a los estadounidenses de los efectos cancerígenos de la radiación ultravioleta (UV).

Este año, la Academia Estadounidense de Pediatría se unió a la Organización Mundial de la Salud, la Academia Estadounidense de Dermatología y otros grupos para impulsar la prohibición de las camas solares.

Según dijo Moyer, la radiación UV está fuertemente asociada con el cáncer de piel.

Cada año, más de 2 millones de estadounidenses desarrollan cáncer de piel, pero la mayoría no son casos graves y se pueden curar.

«No los va a matar, pero tampoco es gracioso», dijo Moyer, cuya madre tiene cáncer de piel y está recibiendo inyecciones para destruir químicamente las células tumorales.

Uno de cada 50 estadounidenses blancos que nacen hoy desarrollará un tipo fatal del cáncer de piel llamado melanoma. La Sociedad Estadounidense del Cáncer estima que el melanoma causa menos de tres cuartos de las 11.800 muertes anuales por cáncer cutáneo.

La recomendación del USPSTF alcanza a niños y jóvenes de entre 10 y 24 años; actualiza una declaración del 2003 en la que se estableció que la evidencia todavía era insuficiente.

«La actitud a tomar no es ‘No se expongan al sol para prevenir el cáncer’, sino ‘No se expongan al sol para prevenir tener una piel fea’. Para un adolescente no hay nada más importante que la apariencia», dijo Moyer a Reuters Health.

Para los menores de 10 y los mayores de 24 años, el panel afirma que no existe suficiente evidencia para recomendar cambios de conducta. Y en los adultos mayores, una quemadura de sol no tendrá tiempo suficiente como para causar un tumor. «El daño solar demora en transformarse», explicó.

La Academia Estadounidense de Dermatología (AAD) elogió la recomendación, pero consideró que el USPSTF no fue lo suficientemente lejos.

«La AAD considera que aconsejar la protección solar es importante para todos, incluidos los adultos», indicó el presidente de la AAD, doctor Ronald L. Moy.

«Cada año, se diagnostican más de 3,5 millones de cánceres de piel en más de 2 millones de personas. La exposición excesiva a la radiación UV del sol y las camas solares es la causa más prevenible de todos los cánceres de piel», agregó Moy.

Moyer señaló que no hay evidencias de que protegerse del sol tendrá efectos no deseados, como que los niños dejen de jugar al aire libre o les falte vitamina D, que la piel produce cuando está expuesta al sol.

FUENTE: U.S. Preventive Services Task Force, online 8 de noviembre del 2011

Autor: Kate Khorsand, Robert Sidbury Arch Dis Child 2014; 99: 944–948

El año pasado se produjeron nuevas guías clínicas de dermatología pediátrica, así como importantes trabajos relacionados con trastornos reumatológicos, comorbilidades de psoriasis, lesiones pigmentadas y su impacto en la calidad de vida.

Resumen:
Esta revisión destaca los diagnósticos y tratamientos útiles comunes para el pediatra clínico. Una serie de nuevas guías ayuda a la estandarización de los métodos de las mejores prácticas en base a recomendaciones basadas en la evidencia. Las manifestaciones únicas de muchos trastornos dermatológicos en los niños y las complejidades de la adaptación de los tratamientos para la población pediátrica justifican un enfoque e investigación continua.

Comentario: La consulta dermatológica es muy frecuente en la práctica pediátrica, siendo algunos diagnósticos de fácil resolución, y otros que se prestan a controversias. La presente revisión focaliza en algunas patologías frecuentes y otras no habituales en la consulta pediátrica, lo que ayuda a que el pediatra considere diagnósticos diferenciales que no son tenidos en cuenta comúnmente. Serán necesarios más estudios con metodología adecuada para redactar guías de práctica clínica para ser utilizadas en diferentes ámbitos de atención.

Resumen y comentario objetivo: Dra. Alejandra Coarasa

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Jerome R Hoffman, professor emeritus of medicine, Hemal K Kanzaria, Robert Wood Johnson clinical scholar Fuente: BMJ 2014; 349 doi: http://dx.doi.org/10.1136/bmj.g5702 Intolerance of error and culture of blame drive medical excess

Hay muchas razones por las que los médicos realizan demasiados estudios y sobretratamiento. Mucho se ha hecho hincapié en los incentivos financieros perversos que refuerzan ese comportamiento, así como en los esfuerzos de mercadeo comercial diseñados para crear una demanda de más pruebas, diagnóstico y tratamiento.1 2 3 4 5

Los médicos por sí mismos citan sobre todo el temor a las demandas judiciales por mala praxis como el motivo principal de esos  excesos. Pero se ha prestado menos atención a otros factores6 7 , ya sea a nivel individual o de la sociedad médica.

Creemos que la intolerancia hacia la incertidumbre y el error-entre los médicos, en la cultura médica, y en la cultura occidental en general- puede ser la razón más importante para que los médicos participen en excesos en su práctica. Ambos elementos (incertidumbre y error) necesitan ser enfrentados si queremos abordar el problema de los excesos de la llamada «demasiada medicina». 8 9

La negación de la falibilidad médica

La creencia generalizada en la capacidad ilimitada de la ciencia médica es uno de una serie de mitos

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Dres. Flytstöm, B. Stenberg, A. Svensson y col.
Comentario: Dra. Geraldina Rodriguez Rivello
British Journal of Dermatology. Vol 158 I 1. Pág 116-121. Enero 2008

La psoriasis es una enfermedad crónica, que independientemente de su extensión, puede afectar la calidad de vida de los pacientes.  Está indicado el tratamiento sistémico cuando fueron insuficientes los tratamientos tópicos y ultravioletas y la calidad de vida del paciente está alterada.  El objetivo es controlar satisfactoriamente la enfermedad.  Los tratamientos sistémicos como metotrexato, ciclosporina y acitretin son utilizados como prácticas rutinarias a lo largo del mundo.  En los años recientes, se introdujeron nuevas terapias biológicas, como etanercept, efalizumab, alefacept e infliximab.  En la era de éstas nuevas terapias, el metotrexato y la ciclosporina siguen siendo de primera elección al momento de elegir una terapia sistémica.

El metotrexato se utiliza desde el año 1950.  Es un antagonista del ácido fólico con efectos inmunosupresores y citostáticos.  Bajas dosis de metotrexato tienen efecto anti-inflamatorio.  Es necesario un monitoreo cuidadoso ya que puede producir mielosupresión y fibrosis/cirrosis hepática.  El primer estudio controlado con ciclosporina fue publicado en 1986.  La ciclosporina tiene características inmunosupresoras fuertes, inhibiendo la producción y liberación de linfoquinas y de la función de las células presentadoras de antígeno.  El principal efecto adverso es la nefrotoxicidad, hipertensión arterial y riesgo potencial de desarrollar cáncer de piel no-melanoma.

El objetivo de éste estudio fue comparar metotrexato y ciclosporina con respecto a su efectividad, calidad de vida y efectos adversos.
El estudio se llevó a cabo desde febrero del 2002 hasta febrero del 2005.  Luego de la aleatorización, se realizaron los siguientes laboratorios.  A los pacientes aleatorizados para metotrexato se le realizaban los siguientes laboratorios: hemograma completo, albúmina, creatinina, aspartato aminotranferasa y alanino aminotranferasa, fosfatasa alcalina, bilirrubina, orina y péptido procolágeno III.  El hemograma, y las transaminasas se medían a las semanas 2, 4 y 8; a la semana 12 se repetía el análisis de inicio.

A los pacientes aleatorizados para ciclosporina se les realizó el siguiente laboratorio: hemograma completo, estudio de electrolitos, creatinina sérica, urea, transaminasas, fosfatasa alcalina, bilirrubina, colesterol, triglicéridos, magnesio y análisis de orina.  Se realizaba medición de la tensión arterial 3 veces antes de iniciar el tratamiento.  Durante el estudio, se medía la creatinina sérica, y la tensión arterial cada 15 días.  A las 4 semanas de tratamiento, se analizaba la concentración de ciclosporina.  A la semana 12, se repetían los exámenes iniciales.  Se permitía el tratamiento tópico durante el estudio.

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