La COVID-19 alcanzó rápidamente niveles pandémicos desde que se informó por primera vez en diciembre de 2019. El virus responsable de la enfermedad, llamado SARS-CoV-2, es un virus de ARN de hélice positiva. Ampliar…
«The Lancet Respiratory Medicine» ha publicado un estudio que describe el manejo clínico del primer caso de transmisión entre humanos de enfermedad por virus del Ébola ocurrido fuera de África en septiembre de 2014. Los autores pertenecen al Hospital Universitario La Paz-Carlos III y al Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III.
El trabajo describe los resultados de las terapias aplicadas y la realización de pruebas de detección del virus en fluidos distintos de la sangre, como el sudor o la saliva. El equipo del Carlos III administró a la paciente tratamiento de soporte con fluidos por vía intravenosa, antibióticos de amplio espectro y dos tratamientos experimentales: plasma de dos convalecientes de la enfermedad y altas dosis del antiviral favipiriavir. Es la primera vez que se comunica en la literatura científica el uso conjunto de estos dos tratamientos que pudieron haber contribuido a la curación de la paciente.
No obstante, el equipo de José Ramón Arribas, jefe de la Unidad de Infecciosas del Servicio de Medicina Interna del Hospital Carlos III-La Paz, de Madrid, recalca que este estudio pone de manifiesto «las incretidumbres sobre la eficacia de los tratamientos frente a la enfermed por el virus del Ébola».
La paciente experimentó el décimo día de convalecencia un síndrome de distrés respiratorio, que los investigadores creen que podría estar causado por una lesión pulmonar aguda producida por la transfusión del plasma de convalecientes. Esta complicación se resolvió sin necesidad de ventilación mecánica.
El ingreso hospitalario se prolongó por la detección de ARN viral en varios fluidos corporales a pesar de la eliminación de la viremia. Finalmente, la paciente recibió el alta el día 34 de la enfermedad. En ese momento sufría una posible tiroiditis postviral subaguda. Los médicos que la trataron recalcan que «no se infectó con el virus del Ébola ninguna de las personas que tuvieron contacto con la paciente antes y después del ingreso».
A la vista de su experiencia, los autores consideran que «los médicos deberían estar alertas ante la posibilidad de que se produzca lesión pulmonar aguda por transfusión cuando se utilice plasma de convalecientes para el tratamiento de la enfermedad por el virus del Ébola».
junio 10/2015 (Diario Médico)
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