Israel Borrajero Martínez (1930-2021)

Dr. Cs Israel Borrajero MartínezNació el 16 de enero de 1930, hijo de una familia de pequeños agricultores en los campos de San José de los Ramos, provincia de Matanzas, y de muy pequeño se desempeñó en las labores del campo, ayudando a sus padres, como único hijo varón, en las tareas del cultivo de la caña de azúcar y otros productos. A los 9 años comenzó asistir a la escuela primaria en su pueblo natal, y por lo aprendido en casa, fue ubicado en el tercer grado.

Terminó la enseñanza primaria a los 14 años, alternando siempre sus estudios con el trabajo agrícola y a los 16 años, y por ayuda de familiares, matriculó el primer año de bachillerato en enseñanza por vía libre en el Instituto de 2da Enseñanza de Cárdenas. En tres años examinó todas las asignaturas del bachillerato y en 1949 matriculó y aprobó el primer año de la carrera de medicina, también en enseñanza por vía libre y alternando siempre los estudios con las labores agrícolas.

En 1950 matriculó oficialmente el segundo año de la carrera y se trasladó a La Habana a vivir con una hermana. A mediados de ese año y por gestiones y varias entrevistas con el director del Hospital, Dr. José María Estévez, entró como alumno interno en el Hospital de Maternidad “América Arias”, asignado al departamento de anatomía patológica, bajo la dirección del Dr. Francisco Gálvez y Gálvez.

En el internado del hospital convivía con otros 14 internos de varios años de la carrera y en el departamento de anatomía patológica se le asignó la responsabilidad de realizar el estudio necrópsico de todos los fetos y recién nacidos que fallecían, así como de las muertes maternas ocurridas, bajo la supervisión del Dr. Gálvez. También se le asignaron guardias semanales como alumno ayudante en los equipos de Obstetricia, en este caso, el grupo del jueves dirigido por el Dr. Leopoldo Pérez Rojas.

Durante un largo periodo, realizó guardias en el departamento de transfusiones del hospital, que dirigía el Dr. Juan Bencomo. Los resultados de las autopsias de más interés eran presentados en las reuniones de trabajo del cuerpo médico del hospital.

En el curso de 6 años efectuó más de 2 000 autopsias perinatales que le permitieron realizar su tesis de terminación de la carrera con un trabajo titulado “La anoxia intrauterina como causa de muerte del feto y del recién nacido”, que fue muy valorado por el tribunal presidido por el Profesor Julio Ortiz Pérez.

En el año 1952 comenzó a asistir también como alumno ayudante al departamento de anatomía patológica del hospital “Calixto García”, bajo la dirección del Profesor Pedro León Blanco, lo que le permitió adquirir entrenamiento y conocimientos en la Patología del Adulto, con la realización de centenares de necropsias.

Desde enero de 1953 comenzó a asistir a las consultas de ginecología de los doctores Raúl Infante y Rodríguez Garmendia para la toma de muestras de exámenes citológicos y cérvico-vaginales así como la realización de biopsias de cuello y endometrio, y también para el estudio de las piezas quirúrgicas de los casos operados, con lo cual adquirió conocimientos y profundizó en la patología ginecológica y la citopatología cérvico-vaginal, que en esa época se extendía a través de los trabajos de Papanicolau.

En 1954 a solicitud del Profesor Ángel Arturo Aballí, asumió la tarea de realizar los estudios postmortem de todos los fallecidos del servicio de Prematuros de la sala Albertini, que dirigía el Profesor Aballí en el Hospital “Calixto García”. La vida en el internado se desenvolvía entre un grupo de alumnos y recién graduados formadospor los doctores Díaz Mendoza, José A Sarmiento, Juan A. Castell Moreno, Sergio del Valle, Amador Banderas, J. Álvarez Jacinto, Moisés Chediak, Boris Klaindorf, Carlos Scorza, Bienvenido Delgado, Gustavo Lahens, y otros, entre el estudio de la carrera y las guardias médicas, juegos de cartas nocturnos, amoríos y visitas a los cafés de la plaza de Cuatro Caminos, a comer arroz frito.

Terminó su tesis a finales de 1955 y la presentó en los primeros días de 1956, graduándose de Doctor en Medicina. Continuó viviendo en el internado, como adscrito al departamento de Anatomía Patológica del hospital, pero el 14 de marzo de 1957, a consecuencia del ataque al Palacio Presidencial, se recibió en el hospital una orden de desalojo del internado, con la amenaza de ocupación por la policía bajo la sospecha de albergar revolucionarios y tenían razón, pues en ese momento había varios conspiradores y Sergio del Valle estaba en camino de la Sierra Maestra.

Al dispersarse los miembros del internado, el Dr. Borrajero fue a vivir con una hermana en el Vedado y continuaba asistiendo al departamento de Anatomía Patológica del “Calixto García”, donde se había constituido, bajo la dirección del Profesor León Blanco un magnifico grupo de jóvenes patólogos.

A finales de 1957 y con criterios favorables del director del hospital “América Arias”, el Dr. Estévez, del Profesor Aballí y del Profesor León Blanco, Borrajero fue designado Patólogo Necropsista del departamento de Anatomía Patológica del hospital Clínico Quirúrgico de 26 y Boyeros, bajo la dirección del Profesor León Blanco, jefe del departamento.

A mediados de 1958 falleció súbitamente por un infarto cardiaco, el Profesor Pedro León Blanco y el Dr. Borrajero quedó al frente del departamento de Anatomía Patológica de ese hospital. Existía en ese momento  en ese Hospital un grupo de profesores  de gran prestigio, como fueron los profesores Rafael Estrada, Abelardo Buch, Raimundo Llanio y otros.

Con el triunfo de la Revolución el 1ro de enero de 1959 se dio un vuelco a la actividad asistencial del Hospital Clínico Quirúrgico “Joaquín Albarrán”, con ampliación de servicios, la incorporación de nuevos médicos y el Profesor Borrajero asumió nuevas responsabilidades asistenciales y científicas en el Centro.

Ya en esa etapa había emigrado al exterior un grupo de especialistas y docentes de Anatomía Patológica y se hacía imperativo formar nuevo personal, pues se planeaban nuevos centro hospitalarios que requerían especialistas y los únicos centros formadores eran el Calixto García y el Clínico Quirúrgico. Aunque no era miembro de la Cátedra de Anatomía Patológica de la Escuela de Medicina, el Dr. Borrajero asumió la tarea de incorporar nuevo personal a la especialidad, incluyendo la formación de técnicos de laboratorio y nuevos alumnos ayudantes.

A finales de 1961 y 1962 se incorporaron como alumnos ayudantes e internos de Anatomía Patológica un grupo de jóvenes, entre ellos Agustín Chong, Osiris Cubero, MaríaLuisa Fernández, José Hurtado de Mendoza, Bienvenido Gra y otros, que comenzaron desde esa etapa su formación como patólogos y más tarde la Dra. Dora Galego y Bienvenido Delgado como residentes.

En el año 1961 el Dr. Borrajero fue llamado por la directora en funciones del Hospital Nacional, próximo a ser inaugurado, para proponerle que asumiera la responsabilidad de la jefatura del departamento de Anatomía Patológica de esa Institución. Consultada esta propuesta con el Director del Hospital Clínico Quirúrgico “Joaquín Albarrán” hubo acuerdo de que asumiera temporalmente ambos cargos.

En 1962 con el nuevo personal en formación, el Dr. Borrajero daba apoyo asistencial al departamento de Anatomía Patológica del Hospital “William Soler”, que carecía de patólogo en ese momento. A finales de octubre de 1962 y recién terminada la Crisis de Octubre, se le propuso al Dr. Borrajero, por la dirección de la Escuela de Medicina, la tarea de asumir la jefatura de la Cátedra de Anatomía Patológica de la Facultad de Medicina.

El Dr. Borrajero aceptó la tarea y se dispuso a reorganizar al personal en funciones y a preparar a un grupo de recién graduados, residentes e internos y alumnos ayudantes de Anatomía Patológica para la tarea de enfrentar la docencia de la asignatura en el siguiente mes de enero de 1963, a un curso de más de 900 alumnos procedentes de la Escuela de Ciencias Básicas Victoria de Girón.

En 1967 el Profesor Borrajero viajó a Inglaterra, a un curso de 8 meses en Histoquímica, en el Hospital Hammersmith de la Post-Graduate Medical School de Londres, con el Profesor A.G.E. Pearse, que después impartió en diversas ocasiones al personal docente y residentes.

Desde 1962, Borrajero brindó asesoría a los Ministros de Salud Pública en funciones, Dr. José R. Machado Ventura y Dr. Heliodoro Martínez Junco, en asuntos relacionados con la especialidad de Anatomía Patológica en la formación de especialistas y técnicos y en la creación y desarrollo de nuevos departamentos de Anatomía Patológica.

En 1969 fue designado Jefe del Grupo Nacional de Anatomía Patológica, y organizó una actualización general de la especialidad en el país, en cuanto a especialistas, residencia en Anatomía Patológica, formación de técnicos, creación de nuevos departamentos y preparó una normación del trabajo que llevó a efecto en el año 1971, con la participación de todo el personal docente y especialistas de provincias.

A finales de 1969 fue llamado a ocupar la jefatura del departamento de Anatomía Patológica del Hospital “General Calixto García». En 1970 viajó a Curazao en misión oficial para el estudio y esclarecimiento de la muerte de un dirigente de esa Isla. En 1972 y 1974 viajó en misión oficial a Europa y a Japón, en funciones de asesoría en el denominado “Plan Suecia”, para el equipamiento general de la especialidad de Anatomía Patológica en el País.

En 1977 viajó al Ecuador, al XII Congreso de la Sociedad Latinoamericana de Anatomía Patológica (SLAP) y en 1979 a Santo Domingo, República Dominicana, donde se logró para Cuba la sede del XIV Congreso de esta Sociedad en el año 1983. Asistió a los subsiguientes Congresos de la SLAP, presidiendo delegaciones cubanas a Bolivia, Venezuela, Brasil, Argentina, México, Ecuador, Costa Rica, Panamá, Nicaragua y Guatemala.

Fue nombrado vicepresidente y presidente de la Sociedad Cubana de Anatomía Patológica al fallecer el Profesor Agustín Paramio Ruibal. En el año 1980 fue llamado para trabajar en la planificación y creación del Departamento de Anatomía Patológica del Hospital “Hermanos Ameijeiras”, que fue inaugurado el 3 de diciembre de 1982. En ese Departamento se creó y funciona el Centro Nacional de Referencia de Anatomía Patológica para consulta, estudio y diagnóstico de casos difíciles o complejos de la especialidad, procedentes de todo el país.

El profesor Borrajero trabajó y organizó diversos convenios de colaboración con las Universidades de Extremadura, Granada, Sevilla y Valencia en España, así como con la Sociedad Italiana de Patología, con lo cual se propiciaron siete Jornadas Científicas España-Cuba, seis Granada-Cuba, siete Valencia-Cuba, y cinco Italia-Cuba, que permitieron un intercambio permanente de los patólogos cubanos con el exterior.

En 1979 obtuvo la militancia en el PCC y en 1980 recibió la medalla XX Aniversario del triunfo de la Revolución. Participó en la creación y puesta en marcha del Departamento de Anatomía Patológica del Hospital CIMEQ y fue colaborador permanente de este centro. En 1982 recibió por otorgamiento, en base a la trayectoria profesional, el Grado de Doctor en Ciencias y fue designado por la Comisión Nacional de Grados Científicos como Presidente del Tribunal Permanente de las Ciencias Diagnósticas de la rama de la Biomedicina. Recibió las medallas José Tey y por la Educación Cubana, la orden Frank País y la Orden Dr. Carlos J Finlay por la trayectoria científica.

Era presidente del Tribunal para la obtención de 2do grado en la Especialidad Anatomía Patológica y fue miembro Titular de la Academia de Ciencias de Cuba. Recibió la medalla Conmemorativa de los 250 Aniversario de la creación de la Universidad de La Habana y el Diploma de la Dignidad Universitaria en 1994.

Fue miembro Titular de la Sociedad Latinoamericana de Patología y en dos ocasiones Vicepresidente y Presidente de esta Sociedad y de dos Congresos Latinoamericanos efectuados en Cuba; miembro de Honor de la Sociedad Española de Citología, de la Sociedad Italiana de Citología, Presidente de la División Cubana de la Internacional Academy of Pathology y del Primer Congreso de esta División efectuado en Cuba.

Fue Profesor visitante honorífico de la Universidad de Salamanca en 1995, miembro honorario de la Asociación Centro Americana de Patología, y Miembro Honorario de la Asociación Mexicana de Patólogos.

Desde 1962 se desempeñó como Profesor Titular de Anatomía Patológica y participó en la elaboración del programa de la residencia de Anatomía Patológica en dos ocasiones, en la revisión para la nueva propuesta de este Programa, en la elaboración del programa de la licenciatura en tecnología de la salud, rama citohistopatología y en la elaboración de la propuesta de programa para la maestría en citopatología.

Fue Profesor de Mérito de la Universidad Médica de La Habana. Como Jefe de Grupo Nacional de Anatomía Patológica, efectuó más de 50 visitas de control y ayuda o inspección a provincias y elaborado los listados de necesidades a los niveles superiores. Realizó trabajos científicos y publicaciones en los temas de anoxia intrauterina y patología perinatal, cáncer pulmonar, coagulación intravascular diseminada, cáncer de cuello uterino, patología del dengue, neuropatía epidémica, patología del transplante y patología de los linfomas.

Como Jefe del Centro de Referencia de Anatomía Patológica, estudió y diagnosticó más de 12.000 casos de consulta procedentes de 55 hospitales de todas las provincias del país y más de 100 casos procedentes del exterior. Participó en más de 150 eventos nacionales e internacionales, y realizó 50 publicaciones en revistas científicas y médicas y dos libros.

En el año 2016 recibió la condecoración de Héroe del Trabajo de la República de Cuba y le fue otorgado el Premio al Mérito Científico por la obra de toda la vida, en el contexto de la cuadragésima primera edición del concurso “Premio Anual de la Salud”, que otorga el Ministerio de Salud Pública.

Al momento de su fallecimiento, el viernes 10 de septiembre de 2021 en La Habana, a la edad de 91 años, era miembro del equipo de expertos en anatomía patológica que cada martes y jueves, desde abril de 2020, se reúne en el Hospital Clínico Quirúrgico “Hermanos Ameijeiras”, en La Habana, para analizar las autopsias de los fallecidos por COVID-19 que llegan desde varios centros del país y, a partir del criterio conjunto, establecer un diagnóstico más calificado desde el punto de vista científico.

 

El querido profesor Borrajero, quien siempre se destacó por su sencillez, será recordado por los patólogos cubanos como ejemplo de profesional consagrado a su especialidad, compartiendo sus conocimientos con colegas, estudiantes y compañeros de labor.

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