Uno de los mayores retos en el manejo del cáncer de pulmón es el tratamiento individualizado. En la III Conferencia Europea de Cáncer de Pulmón, en Ginebra, se han presentado los trabajos que hay en marcha. Los biomarcadores de respuesta a fármacos son imprescindibles para la terapia individualizada. El equipo de Oliver Gautschi, del grupo suizo de investigación clínica en cáncer, ha llevado a cabo un estudio retrospectivo con un clasificador de suero proteómico, denomiando VeriStrat, en pacientes con cáncer de pulmón no microcíticos tratados en primera línea con bevacizumab y erlotinib.
El método emplea la espectrometría de masas para medir las proteínas en la sangre antes del tratamiento y ver cómo se correlacionan con el tratamiento con inhibidores EGFR. El test se ha desarrollado y validado en pacientes que ya se han tratado con quimioterapia y los que recibieron estos inhibidores como segunda línea. «La diferencia en la supervivencia global entre los pacientes clasificados con el método para tener mejor o peor pronóstico cuando recibieron los inhibidores de EGFR era significativamente relevante. No obstante, el uso generalizado de estos métodos debe comprobarse en ensayos clínicos». Rafael Rosell, miembro del grupo de Cáncer de Pulmón de la Sociedad Europea de Oncología, ha comentado que los análisis de proteómica proporcionarán una información de gran utilidad, puesto que podremos salvar los problemas de heterogeneidad que pueden surgir con las biopsias tumorales».
Por su parte, Celina Mascausz, de la Universidad de Colorado, ha presentado un trabajo que muestra que el microARN miR-34c puede considerarse un biomarcador de la reacción histológica en respuesta a la quimioprevención del cáncer de pulmón. Tras el análisis de 14 microARN de 496 biopsias pulmonares, constataron que los cambios en la expresión del miR-34c tras la biopsia se correlacionaban de forma inversa con la respuesta histológica. Así, los cambios en la expresión de los microARN pueden considerarse como un biomarcador de respuesta en estudios de quimioprevención. Como predictores de supervivencia, Giovanna dal Bello, del Instituto Nacional de Investigación del Cáncer en Génova, Italia, ha mostrado que la subunidad 2 de ribonucleótido reductasa (RRM2) predice la supervivencia a corto plazo de pacienes con cáncer de pulmón no microcítico a los que se les ha extirpado el tumor. También se está trabajando en buscar biomarcadores en respuesta a radioterapia. Ioannis Trigonis, del Hospital Christie, en Manchester, ha visto que la radioterapia induce una reducción precoz significativa de fluorotimidina 18 F (FLT, en sus siglas inglesas). Trigonis ha estudiado a 14 pacientes con cáncer de pulmón no microcítico que se sometieron a 31 PET-FLT dinámica antes, a la semana y a las dos semanas de empezar la radioterapia. Se comprobó que el tumor reducía la captación de FLT, lo que indica que puede considerarse un buen marcador para identificar a los pacientes que responden a la radioterapia y puede guiar otras nuevas vías terapéuticas.
Cuatro caminos diferentes llevan al mismo destino: la detección precoz del cáncer de pulmón. Entre los avances técnicos presentados en la conferencia destaca la tomosíntesis torácica, una tomografía digital que se ha estudiado en 1500 pacientes, en el Hospital S. Croce e Carle, en Cuneo (Italia), con muy buenos resultados respecto a la tomografía computarizada convencional. También es prometedor el test sérico para detectar anticuerpos frente a la proteína BARD1, según refieren investigadores de los Hospitales Universitarios de Ginebra; utilizado en muestras de 60 pacientes y 40 controles, ha demostrado una sensibilidad y especificidad del 87 y 68 %, respectivamente. Llamativa ha sido la nanonariz artificial, que imita el sistema olfativo humano para detectar el cáncer en el aliento, y que ha desarrollado el Instituto Tecnológico israelí. Abril 24/2012 (Diario Médico)