El nuevo modelo de mosquitos se ha obtenido con la inserción, mediante edición genética, de un elemento de ADN en la línea germinal de «Anopheles stephensi», uno de los insectos vectores del paludismo, típico de Asia. El gen añadido evita la transmisión del paludismo y se difunde a un 99,5 % de las crías. El hallazgo se publica en «Proceedings of the National Academy of Sciences».
Anthony James, profesor de Biología Molecular y Bioquímica y Microbiología y Genética Molecular en la Universidad de California (Irvine), destaca que el estudio ha demostrado cómo la técnica Crispr/Cas9 puede adaptarse para eliminar el paludismo.
Durante casi 20 años, el laboratorio de James se ha centrado en diseñar mosquitos que pudieran servir de ayuda frente a diversas enfermedades. Sus modelos de fiebre «antidengue» se han probado en estudios en México, y en 2012, este grupo contribuyó a mostrar que se pueden introducir en los mosquitos los anticuerpos que impiden que la biología del parásito se adapte a los sistemas inmunes de los ratones. Sin embargo, este rasgo solo podía ser heredado por más o menos la mitad de la progenie.
A principios de este año, los biólogos de la Universidad de California en San Diego Ethan Bier y Valentino Gantz, que trabajan con moscas de la fruta, anunciaron el desarrollo de un nuevo método para generar mutaciones en ambas copias de un gen. Para ello, emplearon la técnica Crispr/Cas9, lo que permitió la transmisión de mutaciones a través de la línea germinal, con una tasa de heredabilidad del 95 %.
Los dos grupos colaboraron para fusionar los métodos de Bier y de Gantz con los mosquitos de James. Los genes antipalúdicos de Gantz se empaquetaron con una enzima Cas9 (que puede cortar el ADN) y un ARN guía para crear un «transportador» genético que, al inyectarse en un embrión de mosquitos, se dirige a un punto muy específico en el ADN de la línea germinal para insertar los genes de anticuerpos contra el paludismo.
Para asegurarse de que este elemento que lleva los anticuerpos de bloqueo del paludismo había llegado al sitio de ADN deseado, los investigadores incluyeron una proteína que iluminaba con fluorescencia roja a la progenie. Casi el cien por cien de la descendencia (99,5 %) exhibió este rasgo, lo que James considera que es un resultado sorprendente para un sistema de este tipo que puede cambiar rasgos heredables.
Con todo, reconoce que se necesitan más pruebas para confirmar la eficacia de los anticuerpos y finalmente iniciar estudios de campo. «Este es un primer paso importante. Sabemos que el gen funciona. Los mosquitos que hemos creado no son la meta final, pero pensamos que esta tecnología nos permitirá crear de manera eficiente grandes poblaciones».
Noviembre 26/2015 (Diario Médico)